Por aquel año de 1926 se fundó la Liga Nacional Campesina por el veracruzano Úrsulo Galván Reyes, en esa organización participaban las Ligas de Comunidades Agrarias de los estados, así como las agrupaciones que estaban en proceso de constitución. México era gobernado por los caudillos, los liderazgos fueron muy necesarios para edificar de manera justa a la nación.
Las voces del pueblo, principalmente del sector agrario fueron teniendo sus representantes en la tribuna legislativa y gubernamental. Por la década de los 30 se crea la Confederación Campesina Mexicana, mientras el exgobernador de Veracruz, Sixto Adalberto Tejeda, fue apostándole a la Liga Nacional Campesina que dejará después de muerto Galván, con la fuerza de las organizaciones del campo buscó la candidatura para la presidencia de la República y a la vez también el michoacano Lázaro Cárdenas del Río fue candidato. Fueron tiempos de incidencias y coincidencias, ya que al ganar la presidencia el general Lázaro Cárdenas permitió la creación de la organización más importante como lo es la Confederación Nacional Campesina.
El origen de la Confederación Nacional Campesina es con el propósito de hacer valer los derechos de los trabajadores del sector agrario. Es un 26, 27 y 28 de agosto cuando se debatieron diferentes temas que abordaría dicha organización, donde en un proceso electoral interno se realizó la votación. Bien nos contaba el Tigre, don Mario Hernández Posadas, al principio ganó la elección el veracruzano Lorenzo Azua, pero la estructura no se ponía de acuerdo así que se sometió a otra votación y en ella eligieron al profesor rural de San Luis Potosí, Graciano Sánchez Romo, quien hasta aquel tiempo presidía a la Confederación Campesina Mexicana.
La Confederación Nacional Campesina se convierte en un sector importante del Partido de la Revolución Mexicana, antes PNR desde 1929. De ahí van surgiendo candidatos ganadores, así como funcionarios públicos en puestos claves vinculados con el tema agropecuario, sin embargo, con el pasar de los años se fueron perdiendo los espacios que había logrado esta institución.
Cada uno de los 32 mil ejidos que hay en el país, así como las comunidades agropecuarias tienen historia y de alguna manera existe un vínculo con la Confederación Nacional Campesina. Sea jornalero agrícola, productor indígena, ejidatario, artesano, pescador, pequeño propietario o toda persona involucrada con el tema agrario, es ahí donde ha participado la CNC. Es necesario que la organización emprenda una nueva etapa bajo el liderazgo de Ismael Hernández Deras, quien a partir del 28 de agosto de 2018 será el presidente de esta central campesina. Hernández Deras nos invita para que “retomemos las causas y nuestro origen” que le dieron sentido, sustento, fundamento y fortaleza a la CNC en todo el país.
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