/ lunes 26 de marzo de 2018

A 95 años de fundarse la Liga Agraria en Veracruz

Enlodarse en tiempos de lluvia al recorrer los caminos de las tierras ejidales o pequeñas parcelas donde se siembra maíz, frijol, café, limón, naranja, plátano, pimienta, calabaza, cacahuate, chayote, papa, sandía, papaya, melón, piña, yuca, en sí, una diversidad de productos que se adecuan al buen uso del suelo que esté apto para cada uno de ellos, siendo el estado de Veracruz, un lugar rico en su biodiversidad agropecuaria.

En estos tiempos de calor, ciclo de la maravillosa primavera, son momentos justos para el florecimiento en las distintas áreas verdes. Nos encontramos aquí y allá, personas trabajando en sus terrenos, logrado por muchos de ellos gracias al movimiento revolucionario y posrevolucionario. En este amplio territorio localizamos a Úrsulo Galván Reyes, el líder que levanta el estandarte de los trabajadores del campo, así como de los pueblos originarios distribuidos en lo ancho y amplio de esta porción que colinda con el Golfo de México. Precursor del agrarismo, conocedor de las necesidades más apremiantes, formado en el surco, en la carpintería, en la lucha obrera e inquilina hasta que por fin decide crear una propia central, la poderosa organización de los campesinos.

¿Qué sería de Úrsulo Galván sin el respaldo del gobernador chicontepecano Sixto Adalberto Tejeda Olivares, su propósito quizás se quedaría trunco o tal vez le hubiera costado fundar la legendaria Liga de Comunidades Agrarias del estado de Veracruz en aquel primer congreso que se realizó durante los días 21, 22 y 23 de marzo de 1923? Enfrentamientos, luchas, sangre, unión y organización de comités particulares agrarios. Diálogo, encuentros, acercamientos y fortalecimiento de liderazgos naturales como el del indio de la sierra, Carolino Anaya Ramírez, como el ideólogo Manual Almansa, como don José García, Isauro Acosta, Hilario C. Salas y el mártir agrarista, José Cardel Murrieta, entre tantos.

Es el agrarismo veracruzano y nacional un gran sostén, granero vigente de una amplia clase social que no deben olvidar los hombres del poder. Fue la Liga de Comunidades Agrarias desde sus orígenes ejemplo para crear más ligas agrarias en el país, hasta que en 1926 se constituye la Liga Nacional Campesina que dirige el joven Galván.

Con las Ligas en los estados de la República había un diálogo directo con las autoridades, había acuerdos y soluciones para los campesinos. Se lograron constituir ejido tras ejido y eso fue porque en la capital contaban con la casa del campesino veracruzano. A la liga se le escuchaba, se le respetaba, se le reconocía por su gran labor.

A través de la Liga de Comunidades Agrarias miles de mujeres y hombres se vieron beneficiados a través de la historia, con demasiado orgullo entonaban el himno agrarista, en aquellos tiempos del tata Lázaro, de Graciano Sánchez cuando las ligas agrarias consolidaron la gloriosa Confederación Nacional Campesina durante los días 26, 27 y 28 de agosto de 1938. Desde las alturas del cerro Macuiltépec, los agraristas que están ahí observan y en silencio siguen sosteniendo entre sus manos llama de la tan ansiada redención. ¡Vivan los campesinos y pueblos originarios de Veracruz y México! Paxkatkatsini (Gracias).



venandiz@hotmail.com

Twitter @tepetototl

Enlodarse en tiempos de lluvia al recorrer los caminos de las tierras ejidales o pequeñas parcelas donde se siembra maíz, frijol, café, limón, naranja, plátano, pimienta, calabaza, cacahuate, chayote, papa, sandía, papaya, melón, piña, yuca, en sí, una diversidad de productos que se adecuan al buen uso del suelo que esté apto para cada uno de ellos, siendo el estado de Veracruz, un lugar rico en su biodiversidad agropecuaria.

En estos tiempos de calor, ciclo de la maravillosa primavera, son momentos justos para el florecimiento en las distintas áreas verdes. Nos encontramos aquí y allá, personas trabajando en sus terrenos, logrado por muchos de ellos gracias al movimiento revolucionario y posrevolucionario. En este amplio territorio localizamos a Úrsulo Galván Reyes, el líder que levanta el estandarte de los trabajadores del campo, así como de los pueblos originarios distribuidos en lo ancho y amplio de esta porción que colinda con el Golfo de México. Precursor del agrarismo, conocedor de las necesidades más apremiantes, formado en el surco, en la carpintería, en la lucha obrera e inquilina hasta que por fin decide crear una propia central, la poderosa organización de los campesinos.

¿Qué sería de Úrsulo Galván sin el respaldo del gobernador chicontepecano Sixto Adalberto Tejeda Olivares, su propósito quizás se quedaría trunco o tal vez le hubiera costado fundar la legendaria Liga de Comunidades Agrarias del estado de Veracruz en aquel primer congreso que se realizó durante los días 21, 22 y 23 de marzo de 1923? Enfrentamientos, luchas, sangre, unión y organización de comités particulares agrarios. Diálogo, encuentros, acercamientos y fortalecimiento de liderazgos naturales como el del indio de la sierra, Carolino Anaya Ramírez, como el ideólogo Manual Almansa, como don José García, Isauro Acosta, Hilario C. Salas y el mártir agrarista, José Cardel Murrieta, entre tantos.

Es el agrarismo veracruzano y nacional un gran sostén, granero vigente de una amplia clase social que no deben olvidar los hombres del poder. Fue la Liga de Comunidades Agrarias desde sus orígenes ejemplo para crear más ligas agrarias en el país, hasta que en 1926 se constituye la Liga Nacional Campesina que dirige el joven Galván.

Con las Ligas en los estados de la República había un diálogo directo con las autoridades, había acuerdos y soluciones para los campesinos. Se lograron constituir ejido tras ejido y eso fue porque en la capital contaban con la casa del campesino veracruzano. A la liga se le escuchaba, se le respetaba, se le reconocía por su gran labor.

A través de la Liga de Comunidades Agrarias miles de mujeres y hombres se vieron beneficiados a través de la historia, con demasiado orgullo entonaban el himno agrarista, en aquellos tiempos del tata Lázaro, de Graciano Sánchez cuando las ligas agrarias consolidaron la gloriosa Confederación Nacional Campesina durante los días 26, 27 y 28 de agosto de 1938. Desde las alturas del cerro Macuiltépec, los agraristas que están ahí observan y en silencio siguen sosteniendo entre sus manos llama de la tan ansiada redención. ¡Vivan los campesinos y pueblos originarios de Veracruz y México! Paxkatkatsini (Gracias).



venandiz@hotmail.com

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