/ jueves 9 de agosto de 2018

A los amigos justicia y gracia, a los enemigos, la ley a secas: Juárez

En iguales circunstancias el profesor Carlos Jonguitud Barrios salió del país hasta nuevo aviso; si la maestra Elba Esther Gordillo Morales hubiera hecho lo mismo, tal vez no habría sufrido el encarcelamiento que terminó con el clásico “usted dispense”.

Todavía con la fotografía del profesor Carlos Jonguitud Barrios, un 24 de abril de 1989, la maestra Elba Esther Gordillo Morales tomó posesión de la oficina de quien fuera su líder y con quien se afirma (por sus allegados), que mantenía vínculos muy cercanos y por ende, conocía todo el tejemaneje del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, que en esos tiempos mantenía el monopolio del sindicalismo magisterial y aglutinaba en sus filas a más de 1 millón de afiliados, por lo que se le consideraba la más grande organización sindical de Latinoamérica.

Se cuenta que molesto por la falta de apoyo del voto corporativo del SNTE, el presidente Carlos Salinas de Gortari traía en la mira al profesor Carlos Jonguitud Barrios y a Joaquin Hernández Galicia, La Quina, a este último por la línea que salió de Ciudad Madero, Tamaulipas, lugar de residencia del líder nacional de los petroleros, quien acordó con sus líderes de las secciones del SNTPRM, girar la instrucción de votar en favor del hijo del expropiador del petróleo, ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, candidato del Frente Democrático Nacional a la Presidencia de la República.

El profesor Carlos Jonguitud Barrios, además de la dirigencia nacional del SNTE, fue diputado federal, dos veces senador y gobernador de San Luis Potosí, sin que se separara de la dirigencia nacional del SNTE y aunque lo protegía el fuero constitucional por ser Senador de la República al triunfo del Presidente Salinas, bastó una visita del secretario de Gobernación del gabinete de don Carlos, y después de una plática en privado, sobre el futuro del sindicato, el profesor Carlos Jonguitud Barrios decidió tomar unas vacaciones por los siguientes seis años fuera de México para no tener que responder ante la SHCP y la PGR, por enriquecimiento ilícito, desvío de recursos del sindicato y administración fraudulenta de las cuotas de los profesores afiliados al SNTE.

De talentosa y hábil negociadora fue reconocida la maestra Elba Esther Gordillo; pero las adulaciones no le permitieron ver el peligro que corría al desafiar al poder presidencial. Ahora falta que intente una revancha que de antemano la tiene perdida.


En iguales circunstancias el profesor Carlos Jonguitud Barrios salió del país hasta nuevo aviso; si la maestra Elba Esther Gordillo Morales hubiera hecho lo mismo, tal vez no habría sufrido el encarcelamiento que terminó con el clásico “usted dispense”.

Todavía con la fotografía del profesor Carlos Jonguitud Barrios, un 24 de abril de 1989, la maestra Elba Esther Gordillo Morales tomó posesión de la oficina de quien fuera su líder y con quien se afirma (por sus allegados), que mantenía vínculos muy cercanos y por ende, conocía todo el tejemaneje del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, que en esos tiempos mantenía el monopolio del sindicalismo magisterial y aglutinaba en sus filas a más de 1 millón de afiliados, por lo que se le consideraba la más grande organización sindical de Latinoamérica.

Se cuenta que molesto por la falta de apoyo del voto corporativo del SNTE, el presidente Carlos Salinas de Gortari traía en la mira al profesor Carlos Jonguitud Barrios y a Joaquin Hernández Galicia, La Quina, a este último por la línea que salió de Ciudad Madero, Tamaulipas, lugar de residencia del líder nacional de los petroleros, quien acordó con sus líderes de las secciones del SNTPRM, girar la instrucción de votar en favor del hijo del expropiador del petróleo, ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, candidato del Frente Democrático Nacional a la Presidencia de la República.

El profesor Carlos Jonguitud Barrios, además de la dirigencia nacional del SNTE, fue diputado federal, dos veces senador y gobernador de San Luis Potosí, sin que se separara de la dirigencia nacional del SNTE y aunque lo protegía el fuero constitucional por ser Senador de la República al triunfo del Presidente Salinas, bastó una visita del secretario de Gobernación del gabinete de don Carlos, y después de una plática en privado, sobre el futuro del sindicato, el profesor Carlos Jonguitud Barrios decidió tomar unas vacaciones por los siguientes seis años fuera de México para no tener que responder ante la SHCP y la PGR, por enriquecimiento ilícito, desvío de recursos del sindicato y administración fraudulenta de las cuotas de los profesores afiliados al SNTE.

De talentosa y hábil negociadora fue reconocida la maestra Elba Esther Gordillo; pero las adulaciones no le permitieron ver el peligro que corría al desafiar al poder presidencial. Ahora falta que intente una revancha que de antemano la tiene perdida.