/ jueves 15 de abril de 2021

Agiotistas disfrazados de filántropos

Dentro de dos meses este espacio de opinión cumplirá cinco años, lapso en el que este valioso ejercicio de comunicación externa ha superado las expectativas de llegar en unas líneas en consejo, asesoría, orientación o simple aliento a todos aquellos que nos necesitan cerca.

Lo mejor de todo es que “debo no niego; pago lo justo” recibe semanalmente comentarios, sugerencias y denuncias, que aunado a otros indicadores van orientándome sobre los temas que la ciudadanía quiere abordar o que les causan interés; por ello, en esta ocasión la dedico a dos ambles lectores y sus inquietudes.

La primera es una dama de Zongolica, Veracruz, que derivado de un padecimiento de salud de su esposo ha recurrido a diversos mecanismos de préstamo que la hicieron caer con un agiotista, que le ha cobrado cuatro veces lo que le prestó; para librarse de él recurrió a una empresa cuya publicidad era brindar “soluciones financieras”.

Esta empresa le solicitó en principio 2 mil 500 pesos y después la convenció de pagar 5 mil pesos más por concepto de seguro, condicionando los depósitos a la liberación inmediata de la cantidad solicitada en préstamo; como pudo los reunió, pues los pidió para ‘media hora’, que fue lo que le dijo la financiera que tardaba en abonarle el préstamo. Lo que nunca aconteció.

Posteriormente fue contactada por otra ejecutiva de la empresa para solicitarle ahora 14 mil pesos por mensualidades anticipadas y que este sería el ‘paso final’ para obtener el dinero; para ese entonces la dama ya estaba más que desilusionada del trámite y comenzaba a sospechar que se trataba de una estafa, lo que confirmó al visitar una página en internet en donde se leían todos los comentarios y quejas de otros defraudados.

Ahora nos contacta para compartir su experiencia con ustedes y evitar que siga abusando de más personas. Con su autorización, y al hacer uso de su relato, me permito pedirles nuevamente que antes de acceder a un préstamo (de esos fabulosos) que pareciera nos cae del cielo, en momentos de crisis y angustia, no dejen de revisar e investigar un poco sobre las experiencias de otros usuarios, cerciorarse que sean financieras debidamente registradas, que cumplan con las normas de operación y que no son fantasmas, quizá la clave para identificarlas con rapidez es que si piden anticipos, pagos de enganche, seguros o diversos ¡son un fraude! Aprender esta sencilla regla evitará más daños a nuestra economía.

Ahora toca el turno a mi compañero barzonista Alfredo Galindo, originario de la siempre bella Orizaba, Veracruz, quien siempre muy atento a la columna nos pide hacer un espacio para brindar un consejo a todas aquellas personas que deban hacer uso de algún crédito en estos tiempos de turbulencia económica, para evitar caer en manos de agiotistas disfrazados de filántropos.

En efecto, solo quienes han padecido una emergencia saben las desastrosas consecuencias que conlleva no leer las condiciones pactadas por el otorgante de crédito en sus contratos, las que no revisan hasta el momento en que llevan pagado y pagado mucho dinero y la deuda ¡nada más no baja!

En esencia, sugiero siempre revisar las condiciones del crédito, preguntar cuánto es lo que terminarán pagando para evitar sorpresas desagradables, como pagar cinco veces el capital, qué tasa de interés ordinaria aplica y cuál en caso de moratoria, desde luego hacer cuentas antes de aceptar para comparar entre diferentes opciones para decidir por una en particular, y una vez seleccionado el mejor, pedir una copia de su contrato con clausulado completo, la carátula, tabla de amortización de los pagos (para ir señalando en ella los pagos hechos) y observar de cada pago cuánto se aplicará a interés y cuánto a capital.

Y si no es un crédito nuevo, sino uno reestructurado, aplica lo mismo. No caigamos en soluciones falsas, como dice Alfredo, con personas que ofrecen ayuda cuando más lo necesitamos y que en realidad sean agiotistas aprovechándose del momento.

Mire, la verdad es que nadie está exento de errores, con estudios universitarios o sin ellos, incluso abogados, todos caen la trampa, así que lo mejor es tener cuidado y extremar precauciones. Si tiene más dudas o deudas puede escribirme o contactarme en mis redes sociales, ahí estaré para orientarlos. ¡Hasta la próxima! Llama al 2281148502.

www.elbarzonrc.org

elbarzonrc@yahoo.com.mx

@terecarbajal

Dentro de dos meses este espacio de opinión cumplirá cinco años, lapso en el que este valioso ejercicio de comunicación externa ha superado las expectativas de llegar en unas líneas en consejo, asesoría, orientación o simple aliento a todos aquellos que nos necesitan cerca.

Lo mejor de todo es que “debo no niego; pago lo justo” recibe semanalmente comentarios, sugerencias y denuncias, que aunado a otros indicadores van orientándome sobre los temas que la ciudadanía quiere abordar o que les causan interés; por ello, en esta ocasión la dedico a dos ambles lectores y sus inquietudes.

La primera es una dama de Zongolica, Veracruz, que derivado de un padecimiento de salud de su esposo ha recurrido a diversos mecanismos de préstamo que la hicieron caer con un agiotista, que le ha cobrado cuatro veces lo que le prestó; para librarse de él recurrió a una empresa cuya publicidad era brindar “soluciones financieras”.

Esta empresa le solicitó en principio 2 mil 500 pesos y después la convenció de pagar 5 mil pesos más por concepto de seguro, condicionando los depósitos a la liberación inmediata de la cantidad solicitada en préstamo; como pudo los reunió, pues los pidió para ‘media hora’, que fue lo que le dijo la financiera que tardaba en abonarle el préstamo. Lo que nunca aconteció.

Posteriormente fue contactada por otra ejecutiva de la empresa para solicitarle ahora 14 mil pesos por mensualidades anticipadas y que este sería el ‘paso final’ para obtener el dinero; para ese entonces la dama ya estaba más que desilusionada del trámite y comenzaba a sospechar que se trataba de una estafa, lo que confirmó al visitar una página en internet en donde se leían todos los comentarios y quejas de otros defraudados.

Ahora nos contacta para compartir su experiencia con ustedes y evitar que siga abusando de más personas. Con su autorización, y al hacer uso de su relato, me permito pedirles nuevamente que antes de acceder a un préstamo (de esos fabulosos) que pareciera nos cae del cielo, en momentos de crisis y angustia, no dejen de revisar e investigar un poco sobre las experiencias de otros usuarios, cerciorarse que sean financieras debidamente registradas, que cumplan con las normas de operación y que no son fantasmas, quizá la clave para identificarlas con rapidez es que si piden anticipos, pagos de enganche, seguros o diversos ¡son un fraude! Aprender esta sencilla regla evitará más daños a nuestra economía.

Ahora toca el turno a mi compañero barzonista Alfredo Galindo, originario de la siempre bella Orizaba, Veracruz, quien siempre muy atento a la columna nos pide hacer un espacio para brindar un consejo a todas aquellas personas que deban hacer uso de algún crédito en estos tiempos de turbulencia económica, para evitar caer en manos de agiotistas disfrazados de filántropos.

En efecto, solo quienes han padecido una emergencia saben las desastrosas consecuencias que conlleva no leer las condiciones pactadas por el otorgante de crédito en sus contratos, las que no revisan hasta el momento en que llevan pagado y pagado mucho dinero y la deuda ¡nada más no baja!

En esencia, sugiero siempre revisar las condiciones del crédito, preguntar cuánto es lo que terminarán pagando para evitar sorpresas desagradables, como pagar cinco veces el capital, qué tasa de interés ordinaria aplica y cuál en caso de moratoria, desde luego hacer cuentas antes de aceptar para comparar entre diferentes opciones para decidir por una en particular, y una vez seleccionado el mejor, pedir una copia de su contrato con clausulado completo, la carátula, tabla de amortización de los pagos (para ir señalando en ella los pagos hechos) y observar de cada pago cuánto se aplicará a interés y cuánto a capital.

Y si no es un crédito nuevo, sino uno reestructurado, aplica lo mismo. No caigamos en soluciones falsas, como dice Alfredo, con personas que ofrecen ayuda cuando más lo necesitamos y que en realidad sean agiotistas aprovechándose del momento.

Mire, la verdad es que nadie está exento de errores, con estudios universitarios o sin ellos, incluso abogados, todos caen la trampa, así que lo mejor es tener cuidado y extremar precauciones. Si tiene más dudas o deudas puede escribirme o contactarme en mis redes sociales, ahí estaré para orientarlos. ¡Hasta la próxima! Llama al 2281148502.

www.elbarzonrc.org

elbarzonrc@yahoo.com.mx

@terecarbajal