La independencia de las naciones no debería ser negociable, o intercambiable bajo prebendas de ayuda financiera o transferencia de tecnología. Pero sin embargo el crecimiento anárquico y sin medios para extraer y convertir las materias primas en satisfactores concretos, hace que países poco afortunados vendan no sólo su subsuelo, también su hegemonía y una mano de obra empeñada en trabajo pesado, mal pagado, sin derecho a la salvaguarda de la integridad humana, dentro de una dimensión justa y además necesaria.
Momento clave en la historia moderna ha sido el antecedente de la primera guerra mundial, escalón para subir al tono máximo en la segunda versión mundial a partir del régimen nazi en Alemania. La derrota de los tres países del eje, mermó sus economías, hizo que se aliaran fundamentalmente con los EU, las águilas calvas yanquis respondían con un ultra capitalismo y un desarrollismo acelerado incluso para todo México, era una época de abundancia, de una gran pugna ideológica, entre la URSS y el imperio yanqui. Pero los observaba Mao Tse Tung, un líder reformista y ambicioso de que su país China despegara, no lo logró, pero sentó las bases estructurales que darían la clave de su desarrollo actual, transformando la educación del pueblo, especialmente la vinculada a procesos productivos y de aprendizaje tecno-industrial, por aquella época Japón era la estrella de oriente, “Made in Japan” decían las marcas y etiquetas de ropa, electrónicos, juguetes, marcas de motos, coches y demás.
El concepto de producción diversificada, y el ahorro en la producción y sus costos hizo que los países más capitalistas y poderosos exportaran sus fábricas a otras latitudes, como Singapur, Malasia, Vietnam, Taiwán, Corea del sur y norte, pero especialmente hacia China, ya que contaba con una mucha mejor mano de obra en calidades diversas y cantidades abundantes. Jamás el gran inversor occidental o europeo se imaginó que el pequeño dragón algún día sería la potencia tecnológica e industrial número uno del planeta, con inversiones multimillonarias, en diversas regiones como África, Sudamérica, e integrando marcas de renombre industrial bajo propiedad intelectual china, el espionaje industrial fue permitido y hasta incentivado, las ganancias enormes convirtieron a las águilas en más voraces, pero los dragones hoy reclaman un poder legítimamente adquirido, están desbancando al capitalismo occidental, pero también rebasarán al bloque europeo en unos cuantos años a más tardar.
De 1969 a 1974 Richard Nixon gobernó a los EU, su máximo asesor lo fue el académico y político de origen alemán judío Henry Kissinger, ellos llevarían a cabo la guerra contra Vietnam, la cual fue un absoluto fracaso para el ejército yanqui, ya que los guerrilleros vietnamitas resistieron hasta el triunfo.
La caída del presidente Nixon fue inevitable por el escándalo Watergate, sin embargo, a Kissinger le darían el Premio Nobel de la Paz, y tendría una muy larga vida política como asesor del gobierno yanqui, especialmente en los conflictos armados.
Actualmente aún se cree que los EU tienen la más alta tecnología militar, y es cierto, sin embargo ello no garantiza la respetabilidad de los EU ante el resto del mundo, que si tiene aliados, eso es indiscutible, son países avanzados y muy poderosos. El partido se desarrolla entre los dos bandos, y la competencia se radica en dos países líderes, me refiero a Rusia y a China; a lo cual el tío Sam deberá tarde que temprano reconvenir sus políticas de corte internacionalista, pero también activar mucho más su producción interna, al despertar al gigante dormido que actualmente representan.
Es importante destacar que la inestabilidad de los EU conlleva un abierto coqueteo con los capitales de origen chino y muy seguramente ruso, ya que ambas potencias caminan de la mano, aunque para efectos comunes se deslinden, se verán los resultados en poco tiempo.