/ lunes 28 de marzo de 2022

AIFA, el símbolo de la 4T

En la vida, pero particularmente en la política, pocas veces las coincidencias existen. Es más, en la vida podría darse, pero en la política no la hay, no existe.

Tan es así que después de los escándalos de corrupción, nepotismo y la baja calificación que empezaba a tener la cabeza de la familia López, más la Casa Gris del hijo mayor del presidente de la República, “coincidentemente” como “anillo al dedo” le cayó la inauguración del aeropuerto Felipe Ángeles.

El AIFA se inauguró la semana pasada no sólo para levantar encuestas y la popularidad del inquilino sexenal, sino para que su faraónica obra le salve su capricho, su culto al ego, la revocación de mandato que se celebrará el próximo 10 de abril.

Durante la inauguración no solo el Presidente, sino gobernadores de su partido y la propia jefa de Gobierno de la CDMX, señalaron que el intento de aeropuerto internacional es símbolo de la 4T, y sí, tienen toda la razón, el AIFA es la radiografía de este gobierno “transformador”, por ser una obra plagada de corrupción, costosa y que no producirá nada.

Un elefante blanco, reumático e impresentable, que está destinado a la quiebra, donde se invirtieron miles de millones de pesos con la única intención de atraer más votos para el partido en el poder, y la verdad que este aeropuerto no es lo que les prometieron a los mexicanos.

La “central camionera”, como ahora es conocido este aeropuerto de la 4T, sí es el verdadero símbolo de este gobierno, que en campaña hasta prometió un sistema de salud como Suiza o Dinamarca y hoy no hay ni medicinas; prometieron un crecimiento del 6 por ciento y hoy tenemos la inflación más alta.

Prometieron luchar contra la corrupción y su gobierno está calificado como de los más corruptos de la historia del país; prometieron empleos y hoy hay más de 2 millones de desempleados, así como respetar la Constitución y sólo se han dedicado a pisotearla.

Si bien sabemos que el aeropuerto Felipe Ángeles solamente fue una estrategia más de campaña de Andrés Manuel López Obrador, que prefirió cancelar el proyecto del NAIM, originando el rechazo de los mexicanos con la consigna de ser una obra de la corrupción, misma que no ha aclarado a lo largo de estos tres años.

Hoy, en vez de tener el aeropuerto “más bonito del mundo”, como dijo el titular del Ejecutivo, solo nos dieron una obra inconclusa, que tal vez el régimen norcoreano hubiera sacrificado a los funcionarios que exhibieron una obra a medio terminar.

El Felipe Ángeles abrió sus puertas sin estar concluido, con un amplio estacionamiento sin acabar, el tren que supuestamente ya estaba listo, no existe. Los durmientes y demás materiales para las vías están apilados y ocultos bajo lonas con la leyenda: “estamos trabajando en el tren suburbano para ti”.

El hotel donde el Presidente había dicho que se hospedaría una noche antes de la inauguración no tiene terminada ni la fachada, y qué decir del puente que lo conecta a la terminal, apenas está en construcción. Pero así lo inauguraron.

Y ni hablar del tramo nuevo de carretera que están habilitando, sin las señaléticas suficientes, donde hasta los navegadores GPS desconocen la ruta. Sí, sin duda, el AIFA es el completo reflejo de este gobierno mal llamado transformador.

(*) Coordinador de los senadores del PAN

En la vida, pero particularmente en la política, pocas veces las coincidencias existen. Es más, en la vida podría darse, pero en la política no la hay, no existe.

Tan es así que después de los escándalos de corrupción, nepotismo y la baja calificación que empezaba a tener la cabeza de la familia López, más la Casa Gris del hijo mayor del presidente de la República, “coincidentemente” como “anillo al dedo” le cayó la inauguración del aeropuerto Felipe Ángeles.

El AIFA se inauguró la semana pasada no sólo para levantar encuestas y la popularidad del inquilino sexenal, sino para que su faraónica obra le salve su capricho, su culto al ego, la revocación de mandato que se celebrará el próximo 10 de abril.

Durante la inauguración no solo el Presidente, sino gobernadores de su partido y la propia jefa de Gobierno de la CDMX, señalaron que el intento de aeropuerto internacional es símbolo de la 4T, y sí, tienen toda la razón, el AIFA es la radiografía de este gobierno “transformador”, por ser una obra plagada de corrupción, costosa y que no producirá nada.

Un elefante blanco, reumático e impresentable, que está destinado a la quiebra, donde se invirtieron miles de millones de pesos con la única intención de atraer más votos para el partido en el poder, y la verdad que este aeropuerto no es lo que les prometieron a los mexicanos.

La “central camionera”, como ahora es conocido este aeropuerto de la 4T, sí es el verdadero símbolo de este gobierno, que en campaña hasta prometió un sistema de salud como Suiza o Dinamarca y hoy no hay ni medicinas; prometieron un crecimiento del 6 por ciento y hoy tenemos la inflación más alta.

Prometieron luchar contra la corrupción y su gobierno está calificado como de los más corruptos de la historia del país; prometieron empleos y hoy hay más de 2 millones de desempleados, así como respetar la Constitución y sólo se han dedicado a pisotearla.

Si bien sabemos que el aeropuerto Felipe Ángeles solamente fue una estrategia más de campaña de Andrés Manuel López Obrador, que prefirió cancelar el proyecto del NAIM, originando el rechazo de los mexicanos con la consigna de ser una obra de la corrupción, misma que no ha aclarado a lo largo de estos tres años.

Hoy, en vez de tener el aeropuerto “más bonito del mundo”, como dijo el titular del Ejecutivo, solo nos dieron una obra inconclusa, que tal vez el régimen norcoreano hubiera sacrificado a los funcionarios que exhibieron una obra a medio terminar.

El Felipe Ángeles abrió sus puertas sin estar concluido, con un amplio estacionamiento sin acabar, el tren que supuestamente ya estaba listo, no existe. Los durmientes y demás materiales para las vías están apilados y ocultos bajo lonas con la leyenda: “estamos trabajando en el tren suburbano para ti”.

El hotel donde el Presidente había dicho que se hospedaría una noche antes de la inauguración no tiene terminada ni la fachada, y qué decir del puente que lo conecta a la terminal, apenas está en construcción. Pero así lo inauguraron.

Y ni hablar del tramo nuevo de carretera que están habilitando, sin las señaléticas suficientes, donde hasta los navegadores GPS desconocen la ruta. Sí, sin duda, el AIFA es el completo reflejo de este gobierno mal llamado transformador.

(*) Coordinador de los senadores del PAN