/ jueves 23 de mayo de 2019

Al optimismo presidencial se impone la cruda realidad que sufren mexicanos y veracruzanos

Al optimismo presidencial se impone la cruda realidad.

Cinco días de los siete de cada semana, sale Andrés Manuel a decir no a la corrupción, a reiterar el respeto a los derechos de los trabajadores y a repetir que no habrá gasolinazos y que los combustibles van a bajar de precio.

Insiste también en la transparencia en todos los trámites y en las acciones que hace el gobierno.

López Obrador también habla casi a diario en sus conferencias mañaneras de que ningún joven se quedará sin oportunidad para estudiar una profesión y que los niños podrán recibir una buena educación escolar.

Y no pierde oportunidad para culpar a los gobiernos pasados, concretamente a los del PAN y el PRI de todos los males que sufre el país.

Por supuesto también agrega que las críticas que recibe son orquestadas por los conservadores a los que acusa de estarlo atacando porque no quieren perder privilegios del pasado.

El presidente es optimista, muy optimista. En las conferencias se le ve firme, sonriente y domina el escenario que pisa.

Mientras, la realidad en el país y en el estado de Veracruz se impone. Ayer, por ejemplo, la directora de la escuela primaria Enrique Laubsher, de Boca del Río, hizo público que el Gobierno de la República suspendió el apoyo monetario del programa Alimentación Saludable que ofrecían las escuelas de tiempo completo.

La directora Eva María León Pavón expuso que el gobierno destinaba 14 pesos por cada alumno en todas las escuelas de tiempo completo para que los estudiantes pudieran alimentarse, pues sus padres trabajan y no les da tiempo llevarles comida.

Pero desde marzo el recurso fue suspendido y no han recibido información de si será reactivado o no. “Los papás mandan a los niños con alimentos fríos y aquí se les proporcionaba el alimento caliente, incluso pedimos apoyo al DIF para que nos dieran menús saludables para los pequeños”, dijo la denunciante.

Días antes, el lunes para ser precisos, se dio a conocer en Diario de Xalapa que van más de dos mil 600 burócratas despedidos en Veracruz.

Las quejas de quienes han sido separados de su empleo van en el sentido de que aunque no a todos los corrieron sí los obligaron a retirarse al cambiarlos de una ciudad a otra bastante lejana.

Las bajas se dieron en los primeros meses del actual gobierno y algunos de los separados de su empleo se han venido quejando de que no sólo no les argumentaron su despido, sino que tampoco les pagaron lo que, según ellos, les correspondía como finiquito.

Y para terminar de pegarle al optimismo presidencial siguen saliendo de la cárcel funcionarios duartistas acusados de haber abusado de sus puestos, de haberse enriquecido o de haber beneficiado a personas o grupos durante el ejercicio de su función.

Prácticamente todo los llamados peces gordos habían dejado el penal de Pacho Viejo y sólo permanecía en ese Cereso Luis Ángel Bravo, el exfiscal general del estado, a quien le tocó iniciar la era de la Fiscalía que antes era Procuraduría General de Justicia del Estado.

Luis Ángel festejó con los brazos levantados mientras abandonaba el penal y la gente se pregunta si su salida habrá sido por una mala actuación de la Fiscalía que encabeza el malquerido Jorge Winckler o si habrá sido resultado de algún tipo de negociación.

También hacen notar que ya nada más falta que deje la cárcel el exgobernador.

Opine, comente e informe a los correos electrónicos srdonrene@gmail.com y rvalle@diariodexalapa.com.mx. Y en twitter@renedelvalleb. También puede leernos en la web site www.diariodexalapa.com.mx.

Al optimismo presidencial se impone la cruda realidad.

Cinco días de los siete de cada semana, sale Andrés Manuel a decir no a la corrupción, a reiterar el respeto a los derechos de los trabajadores y a repetir que no habrá gasolinazos y que los combustibles van a bajar de precio.

Insiste también en la transparencia en todos los trámites y en las acciones que hace el gobierno.

López Obrador también habla casi a diario en sus conferencias mañaneras de que ningún joven se quedará sin oportunidad para estudiar una profesión y que los niños podrán recibir una buena educación escolar.

Y no pierde oportunidad para culpar a los gobiernos pasados, concretamente a los del PAN y el PRI de todos los males que sufre el país.

Por supuesto también agrega que las críticas que recibe son orquestadas por los conservadores a los que acusa de estarlo atacando porque no quieren perder privilegios del pasado.

El presidente es optimista, muy optimista. En las conferencias se le ve firme, sonriente y domina el escenario que pisa.

Mientras, la realidad en el país y en el estado de Veracruz se impone. Ayer, por ejemplo, la directora de la escuela primaria Enrique Laubsher, de Boca del Río, hizo público que el Gobierno de la República suspendió el apoyo monetario del programa Alimentación Saludable que ofrecían las escuelas de tiempo completo.

La directora Eva María León Pavón expuso que el gobierno destinaba 14 pesos por cada alumno en todas las escuelas de tiempo completo para que los estudiantes pudieran alimentarse, pues sus padres trabajan y no les da tiempo llevarles comida.

Pero desde marzo el recurso fue suspendido y no han recibido información de si será reactivado o no. “Los papás mandan a los niños con alimentos fríos y aquí se les proporcionaba el alimento caliente, incluso pedimos apoyo al DIF para que nos dieran menús saludables para los pequeños”, dijo la denunciante.

Días antes, el lunes para ser precisos, se dio a conocer en Diario de Xalapa que van más de dos mil 600 burócratas despedidos en Veracruz.

Las quejas de quienes han sido separados de su empleo van en el sentido de que aunque no a todos los corrieron sí los obligaron a retirarse al cambiarlos de una ciudad a otra bastante lejana.

Las bajas se dieron en los primeros meses del actual gobierno y algunos de los separados de su empleo se han venido quejando de que no sólo no les argumentaron su despido, sino que tampoco les pagaron lo que, según ellos, les correspondía como finiquito.

Y para terminar de pegarle al optimismo presidencial siguen saliendo de la cárcel funcionarios duartistas acusados de haber abusado de sus puestos, de haberse enriquecido o de haber beneficiado a personas o grupos durante el ejercicio de su función.

Prácticamente todo los llamados peces gordos habían dejado el penal de Pacho Viejo y sólo permanecía en ese Cereso Luis Ángel Bravo, el exfiscal general del estado, a quien le tocó iniciar la era de la Fiscalía que antes era Procuraduría General de Justicia del Estado.

Luis Ángel festejó con los brazos levantados mientras abandonaba el penal y la gente se pregunta si su salida habrá sido por una mala actuación de la Fiscalía que encabeza el malquerido Jorge Winckler o si habrá sido resultado de algún tipo de negociación.

También hacen notar que ya nada más falta que deje la cárcel el exgobernador.

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