/ lunes 14 de octubre de 2019

Alcaldes: estrenan ranchos o imagen por cirugías

Fíjate cómo son ahora en campaña y fíjate cómo son tras dos años de gobierno, me dijo, no hace muchos años, un zorro de la política veracruzana, con relación a candidatos a presidentes municipales y su transformación ya como alcaldes.

Más o menos he realizado ese ejercicio y en muchos casos he notado que sí se dan grandes diferencias.

Los actuales ediles van para dos años de ejercer el cargo y no obstante que ahora existen mayores controles, queda claro que aún persisten prácticas de corrupción, de manejo opaco o de plano oscuro del presupuesto y de exigencias de moches para otorgar obras.

A finales del mes pasado el Órgano de Fiscalización Superior (Orfis) dio a conocer el resultado de la revisión a la cuenta pública de 2018 y un buen número de ayuntamientos resultaron con observaciones millonarias y ahora están en la etapa de justificar lo que en una primera instancia no pudieron comprobar.

Son 125 ayuntamientos los que deben justificar a dónde fueron a parar más de 300 millones de pesos.

Así las cosas, lo más probable es que no tardará en empezar a trascender que hay alcaldes que han cambiado sus modestas casas por residencias lujosas. A la gente tampoco se le escapa que otros surten de buenos automóviles a las esposas, hijos y amigas, ni los viajes al extranjero.

Y como -dice la sabiduría popular- el amor y el dinero no pueden ocultarse, la ropa de antes ya debió ser tirada para dar paso a nuevas y caras camisas, pantalones y vestidos, así como a fino calzado que no sabían ni de su existencia.

Vaya, a no pocos les habrá cambiado hasta el modo de andar y si tenían amigos o conocidos a los que no veían desde hace tiempo, a éstos les debió haber costado reconocerlos, por aquello de las cirugías plásticas.

Claro, tendrían derecho a eso y más si fuera producto exclusivo de su esfuerzo en el trabajo honesto, pero el problema es que saldría del dinero del pueblo vía sus contribuciones.

Por lo pronto algunos ayuntamientos -como por ejemplo del rumbo de donde hay brujos- tienen observaciones de obras inconclusas, precios inflados y trabajos abandonados y favorecimiento a determinadas empresas.

Y eso que dice la gente, tras conocerse lo detectado por el Orfis, que se les pasó que todos los materiales de construcción son comprados, por el ayuntamiento, a un mismo proveedor, y que todos los contratistas tienen la obligación de comprarle a la misma empresa, que el pueblo identifica como propiedad de la esposa del alcalde.

Por eso dicen que el debil estrena rancho con cientos de cabezas de ganado, camino acondicionado y una vista hermosa a uno de los lugares más bellos de Veracruz, por donde a lo lejos ven sus paseos en yate. A veces dudan que sea su alcalde, porque físicamente lo ven muy cambiado.

Eso lo tiene auditado el pueblo. ¿Cómo andan otros alcaldes?

Por eso dicen que el debil estrena rancho con cientos de cabezas de ganado, camino acondicionado y una vista hermosa a uno de los lugares más bellos de Veracruz , por donde a lo lejos ven sus paseos en yate

Fíjate cómo son ahora en campaña y fíjate cómo son tras dos años de gobierno, me dijo, no hace muchos años, un zorro de la política veracruzana, con relación a candidatos a presidentes municipales y su transformación ya como alcaldes.

Más o menos he realizado ese ejercicio y en muchos casos he notado que sí se dan grandes diferencias.

Los actuales ediles van para dos años de ejercer el cargo y no obstante que ahora existen mayores controles, queda claro que aún persisten prácticas de corrupción, de manejo opaco o de plano oscuro del presupuesto y de exigencias de moches para otorgar obras.

A finales del mes pasado el Órgano de Fiscalización Superior (Orfis) dio a conocer el resultado de la revisión a la cuenta pública de 2018 y un buen número de ayuntamientos resultaron con observaciones millonarias y ahora están en la etapa de justificar lo que en una primera instancia no pudieron comprobar.

Son 125 ayuntamientos los que deben justificar a dónde fueron a parar más de 300 millones de pesos.

Así las cosas, lo más probable es que no tardará en empezar a trascender que hay alcaldes que han cambiado sus modestas casas por residencias lujosas. A la gente tampoco se le escapa que otros surten de buenos automóviles a las esposas, hijos y amigas, ni los viajes al extranjero.

Y como -dice la sabiduría popular- el amor y el dinero no pueden ocultarse, la ropa de antes ya debió ser tirada para dar paso a nuevas y caras camisas, pantalones y vestidos, así como a fino calzado que no sabían ni de su existencia.

Vaya, a no pocos les habrá cambiado hasta el modo de andar y si tenían amigos o conocidos a los que no veían desde hace tiempo, a éstos les debió haber costado reconocerlos, por aquello de las cirugías plásticas.

Claro, tendrían derecho a eso y más si fuera producto exclusivo de su esfuerzo en el trabajo honesto, pero el problema es que saldría del dinero del pueblo vía sus contribuciones.

Por lo pronto algunos ayuntamientos -como por ejemplo del rumbo de donde hay brujos- tienen observaciones de obras inconclusas, precios inflados y trabajos abandonados y favorecimiento a determinadas empresas.

Y eso que dice la gente, tras conocerse lo detectado por el Orfis, que se les pasó que todos los materiales de construcción son comprados, por el ayuntamiento, a un mismo proveedor, y que todos los contratistas tienen la obligación de comprarle a la misma empresa, que el pueblo identifica como propiedad de la esposa del alcalde.

Por eso dicen que el debil estrena rancho con cientos de cabezas de ganado, camino acondicionado y una vista hermosa a uno de los lugares más bellos de Veracruz, por donde a lo lejos ven sus paseos en yate. A veces dudan que sea su alcalde, porque físicamente lo ven muy cambiado.

Eso lo tiene auditado el pueblo. ¿Cómo andan otros alcaldes?

Por eso dicen que el debil estrena rancho con cientos de cabezas de ganado, camino acondicionado y una vista hermosa a uno de los lugares más bellos de Veracruz , por donde a lo lejos ven sus paseos en yate