/ martes 28 de diciembre de 2021

Alcaldes que se sacaron la rifa del tigre

Conforme se acerca el día 31 de diciembre, la preocupación y el nerviosismo de los alcaldes salientes y entrantes se hace más grande, porque los primeros descansarán de ese peso que cargaron durante cuatro años, mientras que los que llegan temen lo peor en cuestión administrativa y financiera.

La mayoría va a encontrar ayuntamientos endeudados, comprometidos, con laudos laborales, salarios y aguinaldos sin pagar, y en algunos casos hasta paro de labores de los empleados que les hizo crisis el fin de año.

Es una realidad, no es un escenario exagerado y eso lo tendrán que enfrentar los nuevos, los que lucharon en las campañas políticas para llegar a esa posición, pero pareciera que se sacaron la rifa del tigre, como coloquialmente se conoce ese tipo de “premios”.

No causó extrañeza la habilidad de algunos de esos alcaldes electos que decidieron cambiarse a Morena antes de tomar posesión, porque se adelantaron a los tiempos viendo que la situación va a ser muy complicada a la llegada y supusieron que estando en el mismo bando, tal vez puedan ser atendidos de mejor forma. Los partidos de oposición se fueron quedando solos porque en diversos municipios, grandes y pequeños, la decisión se hizo efectiva apenas hace unas semanas y hay que reconocer que ese fue un tejido fino del dirigente estatal en funciones del partido guinda, Esteban Ramírez Zepeta.

La austeridad va a campear en las oficinas de los ayuntamientos en los próximos meses y tal vez en los próximos años, porque la deuda que se ha descubierto en muchos lugares no deja oportunidad para tener holgado el presupuesto.

Viendo la situación actual en el ambiente político, los próximos candidatos lo tendrán que pensar muy bien para tomar esa decisión y lanzarse al ruedo, porque los tiempos cambiaron y ya no podrán darse el lujo al que estuvieron acostumbrados en los años anteriores los alcaldes y su comuna.

Ahora es cuando comienza el concurso de habilidades, el concurso de la capacidad para que con poco se haga mucho, porque si son prácticos para enderezar el barco de las finanzas se tendrán que apretar el cinturón como primera medida y después ofrecer los resultados que el pueblo que los eligió espera. Más claro ni el agua.

Conforme se acerca el día 31 de diciembre, la preocupación y el nerviosismo de los alcaldes salientes y entrantes se hace más grande, porque los primeros descansarán de ese peso que cargaron durante cuatro años, mientras que los que llegan temen lo peor en cuestión administrativa y financiera.

La mayoría va a encontrar ayuntamientos endeudados, comprometidos, con laudos laborales, salarios y aguinaldos sin pagar, y en algunos casos hasta paro de labores de los empleados que les hizo crisis el fin de año.

Es una realidad, no es un escenario exagerado y eso lo tendrán que enfrentar los nuevos, los que lucharon en las campañas políticas para llegar a esa posición, pero pareciera que se sacaron la rifa del tigre, como coloquialmente se conoce ese tipo de “premios”.

No causó extrañeza la habilidad de algunos de esos alcaldes electos que decidieron cambiarse a Morena antes de tomar posesión, porque se adelantaron a los tiempos viendo que la situación va a ser muy complicada a la llegada y supusieron que estando en el mismo bando, tal vez puedan ser atendidos de mejor forma. Los partidos de oposición se fueron quedando solos porque en diversos municipios, grandes y pequeños, la decisión se hizo efectiva apenas hace unas semanas y hay que reconocer que ese fue un tejido fino del dirigente estatal en funciones del partido guinda, Esteban Ramírez Zepeta.

La austeridad va a campear en las oficinas de los ayuntamientos en los próximos meses y tal vez en los próximos años, porque la deuda que se ha descubierto en muchos lugares no deja oportunidad para tener holgado el presupuesto.

Viendo la situación actual en el ambiente político, los próximos candidatos lo tendrán que pensar muy bien para tomar esa decisión y lanzarse al ruedo, porque los tiempos cambiaron y ya no podrán darse el lujo al que estuvieron acostumbrados en los años anteriores los alcaldes y su comuna.

Ahora es cuando comienza el concurso de habilidades, el concurso de la capacidad para que con poco se haga mucho, porque si son prácticos para enderezar el barco de las finanzas se tendrán que apretar el cinturón como primera medida y después ofrecer los resultados que el pueblo que los eligió espera. Más claro ni el agua.