/ martes 1 de diciembre de 2020

Alcaldesas ejecutadas

Por lo pronto, el año 2020 será cerrado en Veracruz con el asesinato de dos mujeres alcaldesas en el tiempo de la 4T.

La última, Florisel Ríos, de Jamapa. Y la primera, Maricela Vallejo, de Mixtla de Altamirano. Según la Fiscalía General, que en ambos casos hay detenidos. Dos, en el caso de Jamapa. Y lo insólito: que van por los homicidas intelectuales, igual, igualito, cuando en Papantla asesinaran a la reportera María Elena Ferral, y luego de 5, 6 detenidos, anunciaron que tenían ubicados a los asesinos intelectuales, una práctica que nunca, jamás, jamás, jamás, se ha practicado en Veracruz, pues la procuración de justicia se ha reducido a los criminales físicos. Es el mismo caso, por ejemplo, del crimen del diputado local y presidente de la Liga de Comunidades Agrarias, Juan Carlos Molina Palacios, de cuyos homicidas intelectuales todavía el priismo sigue esperando resultados. En las redes sociales, la Fiscalía General anunció, juró que pronto, "antes de que el gallito cante 3 veces", esclarecerán diversos crímenes en la región de Jamapa. "Prometer a nadie empobrece". Más, cuando como en el caso, ene número de veces han ofrecido hacer justicia sobre el tiradero de cadáveres y nada de nada. Pura lengua. Venta burda, ramplona y barata de esperanzas. Según el boletín oficial, el par de detenidos por el asesinato de la alcaldesa de Jamapa pertenecen al Cartel Jalisco Nueva Generación, cuya fama en el país, pero más en el mundo, está fuera de discusión. Bastaría referir que en la cancha mediática nacional han sido manejados como los operadores en la zona portuaria de Veracruz. Y, por tanto, ubicar entre ellos a los homicidas intelectuales significa palabras mayores. El crimen del par de alcaldesas tiene mar de fondo. Por ejemplo, en los últimos 2 años de la 4T han ejecutado a unos cuarenta y dos políticos. Entre ellos, líderes partidistas del PAN, PRI, PRD y Morena. Dirigentes taxistas, ligadas a un partido político. Ediles. Incluso, hasta aspirantes y suspirantes a una candidatura a presidente municipal y diputado local. El tiradero de cadáveres y de impunidad es mucho más impactante que la captura del par de malandros del CJNG ligados al fatídico saldo de la presidenta municipal de Jamapa. Quizá la 4T tiene la misma filosofía política y social de Agustín Acosta Lagunes cuando como gobernador aseguraba que "la violencia es inevitable, y ni modo". O de Javier Duarte cuando festinaba que aquí, en Veracruz, "no pasa nada". O de Fidel Herrera Beltrán cuando luego del ultraje y asesinato de la indígena de la sierra de Zongolica, Ernestina Ascencio, 82 años, por soldados rasos, dijera, igual que Felipe Calderón, que había muerto por una anemia milenaria, histórica y legendaria. O de Miguel Alemán Velasco, cuando sin presentarse a dar consuelo a los familiares de los 29 muertos en el incendio del mercado Hidalgo, se justificó diciendo que no era bombero. La población electoral está necesitada, urgida, de justicia social. Y, bueno, si la secretaría de Seguridad Pública quedó atrapada en el principio de Peter y Veracruz está desbordado en río de sangre, oloroso a pólvora, caray, la Fiscalía General bien pudiera dar resultados levantando la imagen de la 4T. Con todo, "pedir peras al olmo" significa un milagro y en lo que ni los ilusos tienen fe, fe ciega.

Por lo pronto, el año 2020 será cerrado en Veracruz con el asesinato de dos mujeres alcaldesas en el tiempo de la 4T.

La última, Florisel Ríos, de Jamapa. Y la primera, Maricela Vallejo, de Mixtla de Altamirano. Según la Fiscalía General, que en ambos casos hay detenidos. Dos, en el caso de Jamapa. Y lo insólito: que van por los homicidas intelectuales, igual, igualito, cuando en Papantla asesinaran a la reportera María Elena Ferral, y luego de 5, 6 detenidos, anunciaron que tenían ubicados a los asesinos intelectuales, una práctica que nunca, jamás, jamás, jamás, se ha practicado en Veracruz, pues la procuración de justicia se ha reducido a los criminales físicos. Es el mismo caso, por ejemplo, del crimen del diputado local y presidente de la Liga de Comunidades Agrarias, Juan Carlos Molina Palacios, de cuyos homicidas intelectuales todavía el priismo sigue esperando resultados. En las redes sociales, la Fiscalía General anunció, juró que pronto, "antes de que el gallito cante 3 veces", esclarecerán diversos crímenes en la región de Jamapa. "Prometer a nadie empobrece". Más, cuando como en el caso, ene número de veces han ofrecido hacer justicia sobre el tiradero de cadáveres y nada de nada. Pura lengua. Venta burda, ramplona y barata de esperanzas. Según el boletín oficial, el par de detenidos por el asesinato de la alcaldesa de Jamapa pertenecen al Cartel Jalisco Nueva Generación, cuya fama en el país, pero más en el mundo, está fuera de discusión. Bastaría referir que en la cancha mediática nacional han sido manejados como los operadores en la zona portuaria de Veracruz. Y, por tanto, ubicar entre ellos a los homicidas intelectuales significa palabras mayores. El crimen del par de alcaldesas tiene mar de fondo. Por ejemplo, en los últimos 2 años de la 4T han ejecutado a unos cuarenta y dos políticos. Entre ellos, líderes partidistas del PAN, PRI, PRD y Morena. Dirigentes taxistas, ligadas a un partido político. Ediles. Incluso, hasta aspirantes y suspirantes a una candidatura a presidente municipal y diputado local. El tiradero de cadáveres y de impunidad es mucho más impactante que la captura del par de malandros del CJNG ligados al fatídico saldo de la presidenta municipal de Jamapa. Quizá la 4T tiene la misma filosofía política y social de Agustín Acosta Lagunes cuando como gobernador aseguraba que "la violencia es inevitable, y ni modo". O de Javier Duarte cuando festinaba que aquí, en Veracruz, "no pasa nada". O de Fidel Herrera Beltrán cuando luego del ultraje y asesinato de la indígena de la sierra de Zongolica, Ernestina Ascencio, 82 años, por soldados rasos, dijera, igual que Felipe Calderón, que había muerto por una anemia milenaria, histórica y legendaria. O de Miguel Alemán Velasco, cuando sin presentarse a dar consuelo a los familiares de los 29 muertos en el incendio del mercado Hidalgo, se justificó diciendo que no era bombero. La población electoral está necesitada, urgida, de justicia social. Y, bueno, si la secretaría de Seguridad Pública quedó atrapada en el principio de Peter y Veracruz está desbordado en río de sangre, oloroso a pólvora, caray, la Fiscalía General bien pudiera dar resultados levantando la imagen de la 4T. Con todo, "pedir peras al olmo" significa un milagro y en lo que ni los ilusos tienen fe, fe ciega.

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