/ jueves 16 de enero de 2020

Algo grave pasa en los bancos

El caso de un cuentahabiente que el fin de semana pasado retiró una fuerte cantidad de dinero de una sucursal bancaria en Boca del Río y grabó un video de su airado reclamo a la cajera que le entregó el dinero, acusándola de complicidad por el hecho de que, según señaló, los asaltantes le pidieron específicamente “los 76 mil pesos” que acababa de recibir, se convirtió en escándalo nacional.

Afectó la imagen de esa institución y la obligó a emitir un posicionamiento para señalar que sus empleados de mostrador no tienen acceso a dispositivos móviles ni autorización de utilizarlos dentro de sus instalaciones, y como prueba de su dicho entregó los videos de vigilancia interna a la autoridad investigadora, para desestimar el señalamiento de que la empleada bancaria dio el “pitazo” a los asaltantes, y también resultó falso lo que en las redes atribuyeron de que uno de los delincuentes era primo de la cajera citada. Aquí mismo se trató de explicar este enredo.

Si tal sospecha no tiene manera de demostrarse, ¿qué está pasando con este tipo de delitos que se han vuelto comunes con personas que retiran elevadas sumas de dinero en los bancos y extrañamente éstas son asaltadas? Los empleados de mostrador podrían no estar involucrados, pero entonces tendrá que considerarse que otras personas, por ejemplo, gente que entra a las sucursales a realizar cualquier tipo de servicio, pero lo hacen solamente para vigilar los movimientos bancarios de los clientes para avisar a los asaltantes de sus potenciales víctimas o, en realidad, el asunto es más grave de lo que se piensa.

Hay versiones, no confirmadas hasta ahora, de presumibles amenazas de grupos delictivos contra los ejecutivos de los bancos para entregar información de los clientes que guardan importantes cantidades de dinero, o de aquellos que realizan flujos constantes. No se sabe si sea cierto, pero de serlo, no sería descabellado que algunos funcionarios de los bancos estén siendo obligados a señalar a los clientes que realizan esos retiros en ventanilla y que puede observarse desde alguna cabina donde se monitorean las distintas cámaras de videovigilancia.

Es una posibilidad que la autoridad debería explorar. Lo otro es que, por desconfianza, muchas personas no hacen uso del resguardo gratuito que ofrece la Secretaría de Seguridad Pública del estado cuando alguien va al banco a retirar dinero en efectivo, porque esos ciudadanos tienen tanto temor de los delincuentes como de la propia policía. Esa es la realidad. Lo importante por ahora es que se profundice en las investigaciones, pues debe terminarse con esos asaltos a quienes van al banco por elevadas cantidades de dinero y, cuando se resisten, incluso ponen en riesgo su vida, como ya ha sucedido en innumerables ocasiones.

Yunes, "segundo mejor alcalde del país"

No se ría que es en serio. No se duda de la empresa Mitofsky ni de los resultados de su más reciente encuesta realizada para saber qué alcaldes del país son los mejores calificados; en todo caso, habrá que conocer la metodología aplicada en ese estudio y a qué población se consultó para obtener esa calificación, pues para quienes habitan el puerto de Veracruz es una grandísima broma de mal gusto eso de que el alcalde Fernando Yunes Márquez se encuentre en el top ten de las autoridades municipales de México.

Sólo se necesita darse una vuelta por las calles del puerto para darse cuenta del deficiente servicio de recolección de basura, no hay un bacheo intensivo ni permanente y por lo mismo existen miles de trampas mortales para los automovilistas por todo Veracruz, los parques públicos y camellones se encuentran abandonados y, por las noches, sólo algunas arterias de la ciudad cuentan con un alumbrado eficiente, ni se diga cuando hay lluvias intensas en la ciudad que pasa a convertirse en una inmensa alberca; en fin, un pésimo gobierno, tanto como muchos otros del estado que emergieron de otros partidos.

No, esa encuesta de Mitofsky está "truqueada" o no se hizo bajo un riguroso método para arrojar datos reales.

opedro2006@gmail.com

El caso de un cuentahabiente que el fin de semana pasado retiró una fuerte cantidad de dinero de una sucursal bancaria en Boca del Río y grabó un video de su airado reclamo a la cajera que le entregó el dinero, acusándola de complicidad por el hecho de que, según señaló, los asaltantes le pidieron específicamente “los 76 mil pesos” que acababa de recibir, se convirtió en escándalo nacional.

Afectó la imagen de esa institución y la obligó a emitir un posicionamiento para señalar que sus empleados de mostrador no tienen acceso a dispositivos móviles ni autorización de utilizarlos dentro de sus instalaciones, y como prueba de su dicho entregó los videos de vigilancia interna a la autoridad investigadora, para desestimar el señalamiento de que la empleada bancaria dio el “pitazo” a los asaltantes, y también resultó falso lo que en las redes atribuyeron de que uno de los delincuentes era primo de la cajera citada. Aquí mismo se trató de explicar este enredo.

Si tal sospecha no tiene manera de demostrarse, ¿qué está pasando con este tipo de delitos que se han vuelto comunes con personas que retiran elevadas sumas de dinero en los bancos y extrañamente éstas son asaltadas? Los empleados de mostrador podrían no estar involucrados, pero entonces tendrá que considerarse que otras personas, por ejemplo, gente que entra a las sucursales a realizar cualquier tipo de servicio, pero lo hacen solamente para vigilar los movimientos bancarios de los clientes para avisar a los asaltantes de sus potenciales víctimas o, en realidad, el asunto es más grave de lo que se piensa.

Hay versiones, no confirmadas hasta ahora, de presumibles amenazas de grupos delictivos contra los ejecutivos de los bancos para entregar información de los clientes que guardan importantes cantidades de dinero, o de aquellos que realizan flujos constantes. No se sabe si sea cierto, pero de serlo, no sería descabellado que algunos funcionarios de los bancos estén siendo obligados a señalar a los clientes que realizan esos retiros en ventanilla y que puede observarse desde alguna cabina donde se monitorean las distintas cámaras de videovigilancia.

Es una posibilidad que la autoridad debería explorar. Lo otro es que, por desconfianza, muchas personas no hacen uso del resguardo gratuito que ofrece la Secretaría de Seguridad Pública del estado cuando alguien va al banco a retirar dinero en efectivo, porque esos ciudadanos tienen tanto temor de los delincuentes como de la propia policía. Esa es la realidad. Lo importante por ahora es que se profundice en las investigaciones, pues debe terminarse con esos asaltos a quienes van al banco por elevadas cantidades de dinero y, cuando se resisten, incluso ponen en riesgo su vida, como ya ha sucedido en innumerables ocasiones.

Yunes, "segundo mejor alcalde del país"

No se ría que es en serio. No se duda de la empresa Mitofsky ni de los resultados de su más reciente encuesta realizada para saber qué alcaldes del país son los mejores calificados; en todo caso, habrá que conocer la metodología aplicada en ese estudio y a qué población se consultó para obtener esa calificación, pues para quienes habitan el puerto de Veracruz es una grandísima broma de mal gusto eso de que el alcalde Fernando Yunes Márquez se encuentre en el top ten de las autoridades municipales de México.

Sólo se necesita darse una vuelta por las calles del puerto para darse cuenta del deficiente servicio de recolección de basura, no hay un bacheo intensivo ni permanente y por lo mismo existen miles de trampas mortales para los automovilistas por todo Veracruz, los parques públicos y camellones se encuentran abandonados y, por las noches, sólo algunas arterias de la ciudad cuentan con un alumbrado eficiente, ni se diga cuando hay lluvias intensas en la ciudad que pasa a convertirse en una inmensa alberca; en fin, un pésimo gobierno, tanto como muchos otros del estado que emergieron de otros partidos.

No, esa encuesta de Mitofsky está "truqueada" o no se hizo bajo un riguroso método para arrojar datos reales.

opedro2006@gmail.com