/ miércoles 23 de diciembre de 2020

¿Amaos los unos y los otros?

Buen día, apreciado lector. Aunque para esta Navidad el arzobispo Hipólito Reyes Larios, los obispos del estado y su vocero, el padre Suazo, envían a la feligresía un mensaje de “concordia, salud y paz en Cristo”, en el cual no olvidan destacar las enseñanzas de Jesús, hay detalles en torno al gobierno morenista que, por su crudeza, no dejan de llamar la atención.

La Iglesia Católica y sus ministros ahora sí ya no se quedan solo “en aquel tiempo”, como lo discutía amistosamente este reportero con el querido cardenal Sergio Obeso Rivera, un mediodía de enero de 1995, camino a Roma, en el aeropuerto de Barajas, en Madrid.

Los respetados clérigos, ni modo, lo debían hacer como cuando Jesús criticó severamente a los fariseos, no podían dejar de tocar el tema; por ello critican la “crisis profunda” que vivimos. Denuncian que ésta “ha mostrado la fragilidad de las estructuras sociales, políticas, económicas y religiosas en que se sostiene nuestra vida”, y que en las ocho diócesis que conforman la Provincia Eclesiástica de Xalapa, “no cesan los contagios y las muertes por el virus”.

Entre otras cosas, afirman que los afectados y fallecidos “no son simples datos estadísticos, sino que son nuestros familiares, amigos”, y que esta crisis sanitaria “ha ensombrecido los diferentes campos de la vida familiar y comunitaria de nuestros pueblos, como se constata en una economía en decrecimiento, el aumento de la pobreza, negocios y empresas obligados a cerrar, aumentando el desempleo y la incertidumbre para muchas familias; se padece un sistema de salud insuficiente y con graves deficiencias”.

Resaltan “la realidad política con poca participación, descalificaciones y no incluyente, con una democracia incompleta, marcada por resentimientos sociales; un sistema educativo débil, con una formación que no abarca la integridad de la persona y los auténticos valores”.

Por todo lo anterior perciben en la población “cansancio, soledad, impotencia y desesperación. La tensión social crece aún más ante el constante uso de un lenguaje polarizado de quienes pretenden el monopolio de la verdad y la honestidad, descalificando a cualquier persona o grupo que piense de otra manera, dando lugar a rivalidades, revanchas y actitudes que no posibilitan un mínimo diálogo para acuerdos constructivos, ni favorecen la concordia ni la fraternidad”. ¡Tómala!, dijera Quirino Moreno, ya vienen las elecciones.

Por lo pronto, queridos lectores, mañana jueves es Nochebuena y pasado mañana Navidad. Que el recuerdo de la llegada del Dios niño nos traiga salud, paz y armonía. Protéjase mucho, siembre, cuide el agua. ¡Feliz Navidad!

mail:

gustavocadenamathey@gmail.com

gustavocadenamathey@gmail.com

Buen día, apreciado lector. Aunque para esta Navidad el arzobispo Hipólito Reyes Larios, los obispos del estado y su vocero, el padre Suazo, envían a la feligresía un mensaje de “concordia, salud y paz en Cristo”, en el cual no olvidan destacar las enseñanzas de Jesús, hay detalles en torno al gobierno morenista que, por su crudeza, no dejan de llamar la atención.

La Iglesia Católica y sus ministros ahora sí ya no se quedan solo “en aquel tiempo”, como lo discutía amistosamente este reportero con el querido cardenal Sergio Obeso Rivera, un mediodía de enero de 1995, camino a Roma, en el aeropuerto de Barajas, en Madrid.

Los respetados clérigos, ni modo, lo debían hacer como cuando Jesús criticó severamente a los fariseos, no podían dejar de tocar el tema; por ello critican la “crisis profunda” que vivimos. Denuncian que ésta “ha mostrado la fragilidad de las estructuras sociales, políticas, económicas y religiosas en que se sostiene nuestra vida”, y que en las ocho diócesis que conforman la Provincia Eclesiástica de Xalapa, “no cesan los contagios y las muertes por el virus”.

Entre otras cosas, afirman que los afectados y fallecidos “no son simples datos estadísticos, sino que son nuestros familiares, amigos”, y que esta crisis sanitaria “ha ensombrecido los diferentes campos de la vida familiar y comunitaria de nuestros pueblos, como se constata en una economía en decrecimiento, el aumento de la pobreza, negocios y empresas obligados a cerrar, aumentando el desempleo y la incertidumbre para muchas familias; se padece un sistema de salud insuficiente y con graves deficiencias”.

Resaltan “la realidad política con poca participación, descalificaciones y no incluyente, con una democracia incompleta, marcada por resentimientos sociales; un sistema educativo débil, con una formación que no abarca la integridad de la persona y los auténticos valores”.

Por todo lo anterior perciben en la población “cansancio, soledad, impotencia y desesperación. La tensión social crece aún más ante el constante uso de un lenguaje polarizado de quienes pretenden el monopolio de la verdad y la honestidad, descalificando a cualquier persona o grupo que piense de otra manera, dando lugar a rivalidades, revanchas y actitudes que no posibilitan un mínimo diálogo para acuerdos constructivos, ni favorecen la concordia ni la fraternidad”. ¡Tómala!, dijera Quirino Moreno, ya vienen las elecciones.

Por lo pronto, queridos lectores, mañana jueves es Nochebuena y pasado mañana Navidad. Que el recuerdo de la llegada del Dios niño nos traiga salud, paz y armonía. Protéjase mucho, siembre, cuide el agua. ¡Feliz Navidad!

mail:

gustavocadenamathey@gmail.com

gustavocadenamathey@gmail.com