/ domingo 14 de junio de 2020

AMLO y su oportunidad con los veracruzanos

El presidente Andrés Manuel López Obrador tiene este lunes una excelente oportunidad para echarse a la bolsa a los veracruzanos, aún con los innumerables reclamos a su gobierno por no responder a las expectativas que hubo desde su llegada a la presidencia.

Desde muy temprano el Ejecutivo federal estará en Xalapa para encabezar la Mesa de Coordinación para la Construcción de la Paz, y si ésta es productiva, de esa reunión deberán esperarse nuevas estrategias para dar solución al gravísimo problema de la inseguridad y violencia que sufre el estado de Veracruz, provocado por el control que ejercen grupos criminales que desestabilizan ciudades tan importantes como Coatzacoalcos, Minatitlán, Coatepec, Huatusco, Córdoba, Tierra Blanca, Veracruz, Poza Rica, Tuxpan, Martínez de la Torre y muchos otros municipios, con horrendos enfrentamientos a tiros, masacres, ejecuciones, secuestros y robos, sin que exista ley ni Dios que los contenga. Los índices de crímenes que consigna el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), basados en registros de averiguaciones previas iniciadas o carpetas de investigación de las fiscalías del estado o de la República, contrastan con una realidad distinta que subyace en hechos que no se denuncian por desconfianza en las autoridades o delitos mal clasificados con el propósito deliberado de maquillar la infame situación de la entidad.

En Veracruz, lo admitió el gobernador Cuitláhuac García Jiménez hace un año, operan seis cárteles criminales, y éstos han echado raíces en todo el territorio, a pesar de detenciones de jefes de esos grupos que últimamente vienen realizando la Secretaría de Seguridad Pública del estado con la Fuerza Civil, Marina, Ejército y la Guardia Nacional; pero algo sigue fallando que el problema no solamente sigue, crece y crea un ambiente de tensión y miedo en la población; y es ahí donde el presidente López Obrador puede disponer de un mayor despliegue de las fuerzas federales y militares, con plazos para evaluar y ofrecer resultados a corto, mediano y largo plazo. Hacerlo le hará ganar el reconocimiento de los ciudadanos, más allá de otros motivos que le atribuyen para retornar a tierras veracruzanas, que incluye ir también a Perote donde evaluará el programa Sembrando Vida, a escasos diez días de recorrer el sur del estado para supervisar trabajos en el complejo petroquímico La Cangrejera de Coatzacoalcos, la refinería Lázaro Cárdenas de Minatitlán y el inicio de la rehabilitación de las vías del Tren del Istmo de Tehuantepec. Vamos, atender y dar cauce de solución a esta demanda de la mayoría de los habitantes veracruzanos hasta le daría un voto de ligera confianza al gobernador García, sin necesidad de que vuelva a levantarle la mano, como tradicionalmente ha hecho el presidente. Esperemos buenas noticias de esta visita presidencial.

QUE CGJ ES VISTO COMO EL MÁS HONESTO

Más que tomarse con seriedad, se ha tomado como una vacilada esa clasificación que se dio al gobernador de Veracruz como “el más honesto del país”, conforme a un estudio levantado por las encuestadoras C&E Researt y Demotáctica, de las que no hay mayores referencias. No se duda que se haya realizado esa encuesta, pero habría que ver entre quiénes. Lo cierto es que la imagen del actual gobierno veracruzano, que encabeza Cuitláhuac García, no es la mejor. Hay varios escándalos que han estallado, como el exorbitante gasto destinado para celebrar las pasadas fiestas patrias, la cuestionada adquisición de medicamentos a una empresa vinculada a un exdelegado del gobierno federal, compra de patrullas con evidente sobreprecio y últimamente contratos otorgados por la SEV a presumibles empresas fantasmas y obras de rehabilitación de escuelas sin realizar o realizadas con deficiencias. ¿En verdad hay quien crea que el titular del Ejecutivo estatal se puede colgar una medalla de ese valor? No se cree, aunque ellos, en el actual gobierno morenista, sí se lo crean.

opedro2006@gmail.com

El presidente Andrés Manuel López Obrador tiene este lunes una excelente oportunidad para echarse a la bolsa a los veracruzanos, aún con los innumerables reclamos a su gobierno por no responder a las expectativas que hubo desde su llegada a la presidencia.

Desde muy temprano el Ejecutivo federal estará en Xalapa para encabezar la Mesa de Coordinación para la Construcción de la Paz, y si ésta es productiva, de esa reunión deberán esperarse nuevas estrategias para dar solución al gravísimo problema de la inseguridad y violencia que sufre el estado de Veracruz, provocado por el control que ejercen grupos criminales que desestabilizan ciudades tan importantes como Coatzacoalcos, Minatitlán, Coatepec, Huatusco, Córdoba, Tierra Blanca, Veracruz, Poza Rica, Tuxpan, Martínez de la Torre y muchos otros municipios, con horrendos enfrentamientos a tiros, masacres, ejecuciones, secuestros y robos, sin que exista ley ni Dios que los contenga. Los índices de crímenes que consigna el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), basados en registros de averiguaciones previas iniciadas o carpetas de investigación de las fiscalías del estado o de la República, contrastan con una realidad distinta que subyace en hechos que no se denuncian por desconfianza en las autoridades o delitos mal clasificados con el propósito deliberado de maquillar la infame situación de la entidad.

En Veracruz, lo admitió el gobernador Cuitláhuac García Jiménez hace un año, operan seis cárteles criminales, y éstos han echado raíces en todo el territorio, a pesar de detenciones de jefes de esos grupos que últimamente vienen realizando la Secretaría de Seguridad Pública del estado con la Fuerza Civil, Marina, Ejército y la Guardia Nacional; pero algo sigue fallando que el problema no solamente sigue, crece y crea un ambiente de tensión y miedo en la población; y es ahí donde el presidente López Obrador puede disponer de un mayor despliegue de las fuerzas federales y militares, con plazos para evaluar y ofrecer resultados a corto, mediano y largo plazo. Hacerlo le hará ganar el reconocimiento de los ciudadanos, más allá de otros motivos que le atribuyen para retornar a tierras veracruzanas, que incluye ir también a Perote donde evaluará el programa Sembrando Vida, a escasos diez días de recorrer el sur del estado para supervisar trabajos en el complejo petroquímico La Cangrejera de Coatzacoalcos, la refinería Lázaro Cárdenas de Minatitlán y el inicio de la rehabilitación de las vías del Tren del Istmo de Tehuantepec. Vamos, atender y dar cauce de solución a esta demanda de la mayoría de los habitantes veracruzanos hasta le daría un voto de ligera confianza al gobernador García, sin necesidad de que vuelva a levantarle la mano, como tradicionalmente ha hecho el presidente. Esperemos buenas noticias de esta visita presidencial.

QUE CGJ ES VISTO COMO EL MÁS HONESTO

Más que tomarse con seriedad, se ha tomado como una vacilada esa clasificación que se dio al gobernador de Veracruz como “el más honesto del país”, conforme a un estudio levantado por las encuestadoras C&E Researt y Demotáctica, de las que no hay mayores referencias. No se duda que se haya realizado esa encuesta, pero habría que ver entre quiénes. Lo cierto es que la imagen del actual gobierno veracruzano, que encabeza Cuitláhuac García, no es la mejor. Hay varios escándalos que han estallado, como el exorbitante gasto destinado para celebrar las pasadas fiestas patrias, la cuestionada adquisición de medicamentos a una empresa vinculada a un exdelegado del gobierno federal, compra de patrullas con evidente sobreprecio y últimamente contratos otorgados por la SEV a presumibles empresas fantasmas y obras de rehabilitación de escuelas sin realizar o realizadas con deficiencias. ¿En verdad hay quien crea que el titular del Ejecutivo estatal se puede colgar una medalla de ese valor? No se cree, aunque ellos, en el actual gobierno morenista, sí se lo crean.

opedro2006@gmail.com