/ viernes 14 de febrero de 2020

Amparos contra el ahora Insabi

El presidente pasó la Rama a los picudos empresarios. Le fue bien. Anunció que se comprometieron a comprarle 1 mil 500 millones de pesos en ‘cachitos’. Cómo en los tiempos de Carlos Salinas. Desfilaron: Azcárraga, Slim, Miguel Alemán, Aramburuzabala y falté yo mero. ¿Y el avión?. Camelot.

Comienzan a surtir efectos los amparos que se hacen en contra del gobierno federal y estatal, al no tener medicamentos en los hospitales. Primero fue el PRD a nivel nacional y le siguieron padres de hijos con tratamientos con cáncer, entre ellos uno de Veracruz.

La jueza décimo segundo concedió de oficio la suspensión de plano a cinco padres y madres de infantes con cáncer, quienes demandaron a la presidencia de la República y al Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI), terminar con el desbasto de medicamentos. En Orizaba también cundió el ejemplo. Un grupo de 60 madres de niños con leucemia, han demandado al hospital de Río Blanco, por negarse a darles los medicamentos gratuitos. Otro lio más para el secretario del dengue. Una madre señaló que el Hospital de Río Blanco está cobrando entre 10 mil y 90 mil pesos a los padres de niños cáncer que requieren hospitalización para la aplicación de quimioterapias. Y como nunca en 30 años, el hospital no tiene sábanas ni materiales para curación. Estábamos mejor cuando estábamos peor. Pobre Veracruz. Adónde han tenido que llegar.

LA CAÍDA DE LOZOYA

Los noticieros todos irrumpieron la mañana de ayer, para anunciar que Emilio Lozoya Austin, el mero mero de Pemex en tiempos de gran corrupción, había sido detenido en Málaga, España y en el video se le vio esposado, cuando la Policía Nacional Española lo llevaba ante un juez. Los diarios españoles, El País y El Mundo, dieron cuenta de esos sucesos. Se fueron a la historia de Odebrecht y de Pemex y de las empresas donde metió mano Lozoya. Y aquí en México nos acordamos que el mismo abogado defensor, Javier Coello Trejo había dicho meses atrás que, si a su cliente lo detenían, soltaría toda la sopa en contra de Enrique Peña Nieto, Videgaray, Osorio Chong y amigos que antes le acompañaban. En los paneles de comentarios de las televisoras, Tercer Grado de Televisa, anoche mismo desenredaron ese nudo gordiano de Lozoya y sus compinches. Al presidente se le oxigenó el momento, caía en las encuestas a 56 por ciento, según Mitofsky, es un presidente de estrategias y mucha suerte, como los porteros: portero sin suerte no es portero, cuando le llovía sobre la inseguridad y la falta de medicamentos le apareció la jalada del avión y la rifa en la Lotería Nacional. Ahora que andaba en el vacío le cae Lozoya y vuelve su rating a subir, trepar hacia las nubes. Va a demorar ese proceso de extradición. El empresario de Altos Hornos de México, Alonso Ancira, detenido también en España, tiene un año y no lo han podido traer a México.

UNA ANÉCDOTA DE NAPOLEóN

Antes de que cavara su ruina imperial con la suicida campaña rusa, a donde marchó deslumbrado por la belleza de unas iglesias moscovitas que le sugerían las pagodas chinas, Napoleón puso a prueba al embajador de Alejandro I. Hasta ese día, el Zar era su aliado y habían sellado una lealtad que el caudillo corso rompería invadiendo Rusia sin remilgos. Al igual que siglo y cuarto después repetiría Hitler -tratando de enmendarle la plana a la Historia- al hacer trizas su pacto de no agresión suscrito con Stalin. Al recibirlo, Bonaparte desplegó la sagacidad francesa y el histrionismo italiano que atesoraba por su doble nación y que rocían de anécdotas su paso por la historia. En un momento dado, el sire dejó caer su pañuelo con fingido descuido y aviesa intención para que se lo recogiera como forma de recalcar su dominio sobre el soberano del Este. Pero el conde Markov se mantuvo firme, como si se hubiera tragado un sable, y maniobró con astucia para reservar el honor de su señor y de la madre Rusia, así como su propia estima.

Así, en vez de plegarse servilmente al engreído anfitrión, dueño de media Europa, el diplomático dejó a su vez caer su pañuelo para cogerlo al vuelo y desentenderse del de Bonaparte. Aquella testa coronada no pudo disimular su cólera y finiquitó la recepción. Tras la bofetada sin manos, uno de sus edecanes debió de recuperar la prenda por el desdén de quien no mordió el cebo. Aunque “un francés no olvida nunca un insulto ni un favor”, seguro que, si llegó a digerir el entripado, a Napoleón le hubiera gustado tener a su servicio a un hombre de la talla de Markov.

Ulises Culebro. Diario El Mundo de España.

www.gilbertohaazdiez

El presidente pasó la Rama a los picudos empresarios. Le fue bien. Anunció que se comprometieron a comprarle 1 mil 500 millones de pesos en ‘cachitos’. Cómo en los tiempos de Carlos Salinas. Desfilaron: Azcárraga, Slim, Miguel Alemán, Aramburuzabala y falté yo mero. ¿Y el avión?. Camelot.

Comienzan a surtir efectos los amparos que se hacen en contra del gobierno federal y estatal, al no tener medicamentos en los hospitales. Primero fue el PRD a nivel nacional y le siguieron padres de hijos con tratamientos con cáncer, entre ellos uno de Veracruz.

La jueza décimo segundo concedió de oficio la suspensión de plano a cinco padres y madres de infantes con cáncer, quienes demandaron a la presidencia de la República y al Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI), terminar con el desbasto de medicamentos. En Orizaba también cundió el ejemplo. Un grupo de 60 madres de niños con leucemia, han demandado al hospital de Río Blanco, por negarse a darles los medicamentos gratuitos. Otro lio más para el secretario del dengue. Una madre señaló que el Hospital de Río Blanco está cobrando entre 10 mil y 90 mil pesos a los padres de niños cáncer que requieren hospitalización para la aplicación de quimioterapias. Y como nunca en 30 años, el hospital no tiene sábanas ni materiales para curación. Estábamos mejor cuando estábamos peor. Pobre Veracruz. Adónde han tenido que llegar.

LA CAÍDA DE LOZOYA

Los noticieros todos irrumpieron la mañana de ayer, para anunciar que Emilio Lozoya Austin, el mero mero de Pemex en tiempos de gran corrupción, había sido detenido en Málaga, España y en el video se le vio esposado, cuando la Policía Nacional Española lo llevaba ante un juez. Los diarios españoles, El País y El Mundo, dieron cuenta de esos sucesos. Se fueron a la historia de Odebrecht y de Pemex y de las empresas donde metió mano Lozoya. Y aquí en México nos acordamos que el mismo abogado defensor, Javier Coello Trejo había dicho meses atrás que, si a su cliente lo detenían, soltaría toda la sopa en contra de Enrique Peña Nieto, Videgaray, Osorio Chong y amigos que antes le acompañaban. En los paneles de comentarios de las televisoras, Tercer Grado de Televisa, anoche mismo desenredaron ese nudo gordiano de Lozoya y sus compinches. Al presidente se le oxigenó el momento, caía en las encuestas a 56 por ciento, según Mitofsky, es un presidente de estrategias y mucha suerte, como los porteros: portero sin suerte no es portero, cuando le llovía sobre la inseguridad y la falta de medicamentos le apareció la jalada del avión y la rifa en la Lotería Nacional. Ahora que andaba en el vacío le cae Lozoya y vuelve su rating a subir, trepar hacia las nubes. Va a demorar ese proceso de extradición. El empresario de Altos Hornos de México, Alonso Ancira, detenido también en España, tiene un año y no lo han podido traer a México.

UNA ANÉCDOTA DE NAPOLEóN

Antes de que cavara su ruina imperial con la suicida campaña rusa, a donde marchó deslumbrado por la belleza de unas iglesias moscovitas que le sugerían las pagodas chinas, Napoleón puso a prueba al embajador de Alejandro I. Hasta ese día, el Zar era su aliado y habían sellado una lealtad que el caudillo corso rompería invadiendo Rusia sin remilgos. Al igual que siglo y cuarto después repetiría Hitler -tratando de enmendarle la plana a la Historia- al hacer trizas su pacto de no agresión suscrito con Stalin. Al recibirlo, Bonaparte desplegó la sagacidad francesa y el histrionismo italiano que atesoraba por su doble nación y que rocían de anécdotas su paso por la historia. En un momento dado, el sire dejó caer su pañuelo con fingido descuido y aviesa intención para que se lo recogiera como forma de recalcar su dominio sobre el soberano del Este. Pero el conde Markov se mantuvo firme, como si se hubiera tragado un sable, y maniobró con astucia para reservar el honor de su señor y de la madre Rusia, así como su propia estima.

Así, en vez de plegarse servilmente al engreído anfitrión, dueño de media Europa, el diplomático dejó a su vez caer su pañuelo para cogerlo al vuelo y desentenderse del de Bonaparte. Aquella testa coronada no pudo disimular su cólera y finiquitó la recepción. Tras la bofetada sin manos, uno de sus edecanes debió de recuperar la prenda por el desdén de quien no mordió el cebo. Aunque “un francés no olvida nunca un insulto ni un favor”, seguro que, si llegó a digerir el entripado, a Napoleón le hubiera gustado tener a su servicio a un hombre de la talla de Markov.

Ulises Culebro. Diario El Mundo de España.

www.gilbertohaazdiez

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