/ viernes 8 de febrero de 2019

Ayudemos al ambiente

En Xalapa podemos hacer mucho por el medio ambiente, sin embargo, claro está, nos tenemos que hacer a la idea de no usar el automóvil en tramos cortos, es de mucha utilidad para trasladarse cuando la distancia es grande, o en una emergencia.

En lo personal siendo niños vivíamos con nuestra abuelita, quien era originaria de Chicontepec, sabía hablar en totonaco, lengua que se hablaba en esa región de la Huasteca veracruzana. Dada la extensión que tenía nuestra ciudad nos decía: “En Xalapa todo se encuentra a tiro de canate, caminen”. Como ustedes comprenderán no lo entendimos y cuando le preguntamos cómo, nos respondió: “Cerquita, sólo que tengan mucha prisa, váyanse arrastrados”. Nuestra reacción fue preguntarle: ¿Arrastrados cómo?, su respuesta fue: “En camión o en coche”.

Mencionamos lo anterior para que lo que diremos a continuación sea más comprensible: Si cuando salimos nuestro destino se encuentra a menos de un kilómetro, dejemos el automóvil guardado y caminemos, con ello mataremos hasta tres pájaros de un tiro: no contamináremos el medio ambiente, haremos ejercicio y nos ahorraremos unos pesos en gasolina.

Aunque pensándolo bien, dado que nuestra ciudad es la que tiene el mayor porcentaje de autos “per cápita”, o sea por cabeza, muchos de ustedes podrán decirnos yo no tengo ni uno, eso lo saben quiénes hacen el cálculo; mas, suponiendo que esta usted con un amigo que tiene dos, para efecto de la operación, uno le pertenece.

Sí tomamos por costumbre caminar y usar los medios del servicio público cuando tenemos prisa, al dejar el automóvil guardado ayudaremos a que las calles estén más vacías y el tráfico será más fluido, además de hacer más puro el aire que necesitamos.

Aprovechando que mencionamos que los autos del servicio público son tantos que, forzosa y necesariamente, hacen una competencia desleal, sin saberlo; por ello, las autoridades de Tránsito deberían buscar una forma para que el servicio se dé en forma alternada. Al mismo tiempo para vigilar que el precio por corrida sea el correcto, ya que nos ha tocado que en una misma corrida, efectuada en dos ocasiones, se nos cobre una cantidad y en la otra, otra diferente, generalmente mayor.

Hemos dicho en otras ocasiones que todo aquel que se sienta ante un volante se enferma de egocentrismo, a lo que podríamos agregar el tener un automóvil, de ninguna manera nos hace más importantes, seguimos siendo como cualquier hijo de vecino.

No hablamos por hablar, pues nos ha tocado oír que una persona le dice a otra: “Yo tengo un auto y tú, no tienes nada”, lo que da la impresión que el cambio climático le tiene sin cuidado; razón por la cual no piensa que es nuestro proceder equivocado, el que lo produce y quienes van han pagar las consecuencia serán nuestros descendientes: hijos y nietos.

Así pues, caminemos en favor de una mejor calidad de vida. ¡Salud!

En Xalapa podemos hacer mucho por el medio ambiente, sin embargo, claro está, nos tenemos que hacer a la idea de no usar el automóvil en tramos cortos, es de mucha utilidad para trasladarse cuando la distancia es grande, o en una emergencia.

En lo personal siendo niños vivíamos con nuestra abuelita, quien era originaria de Chicontepec, sabía hablar en totonaco, lengua que se hablaba en esa región de la Huasteca veracruzana. Dada la extensión que tenía nuestra ciudad nos decía: “En Xalapa todo se encuentra a tiro de canate, caminen”. Como ustedes comprenderán no lo entendimos y cuando le preguntamos cómo, nos respondió: “Cerquita, sólo que tengan mucha prisa, váyanse arrastrados”. Nuestra reacción fue preguntarle: ¿Arrastrados cómo?, su respuesta fue: “En camión o en coche”.

Mencionamos lo anterior para que lo que diremos a continuación sea más comprensible: Si cuando salimos nuestro destino se encuentra a menos de un kilómetro, dejemos el automóvil guardado y caminemos, con ello mataremos hasta tres pájaros de un tiro: no contamináremos el medio ambiente, haremos ejercicio y nos ahorraremos unos pesos en gasolina.

Aunque pensándolo bien, dado que nuestra ciudad es la que tiene el mayor porcentaje de autos “per cápita”, o sea por cabeza, muchos de ustedes podrán decirnos yo no tengo ni uno, eso lo saben quiénes hacen el cálculo; mas, suponiendo que esta usted con un amigo que tiene dos, para efecto de la operación, uno le pertenece.

Sí tomamos por costumbre caminar y usar los medios del servicio público cuando tenemos prisa, al dejar el automóvil guardado ayudaremos a que las calles estén más vacías y el tráfico será más fluido, además de hacer más puro el aire que necesitamos.

Aprovechando que mencionamos que los autos del servicio público son tantos que, forzosa y necesariamente, hacen una competencia desleal, sin saberlo; por ello, las autoridades de Tránsito deberían buscar una forma para que el servicio se dé en forma alternada. Al mismo tiempo para vigilar que el precio por corrida sea el correcto, ya que nos ha tocado que en una misma corrida, efectuada en dos ocasiones, se nos cobre una cantidad y en la otra, otra diferente, generalmente mayor.

Hemos dicho en otras ocasiones que todo aquel que se sienta ante un volante se enferma de egocentrismo, a lo que podríamos agregar el tener un automóvil, de ninguna manera nos hace más importantes, seguimos siendo como cualquier hijo de vecino.

No hablamos por hablar, pues nos ha tocado oír que una persona le dice a otra: “Yo tengo un auto y tú, no tienes nada”, lo que da la impresión que el cambio climático le tiene sin cuidado; razón por la cual no piensa que es nuestro proceder equivocado, el que lo produce y quienes van han pagar las consecuencia serán nuestros descendientes: hijos y nietos.

Así pues, caminemos en favor de una mejor calidad de vida. ¡Salud!