/ domingo 10 de marzo de 2019

Bastaron 100 días a AMLO para alcanzar la plenitud del poder

Las encuestas sobre la popularidad del presidente López Obrador dan como resultado a su favor entre un 80 y 90%...

La cercanía que ha logrado con todos los sectores sociales no se compara con la de otros expresidentes, desde el gobierno de Miguel de la Madrid hasta el de Peña Nieto, y es que después de recibir la banda presidencial y de protestar el desempeño de su cargo, los exgobernantes se encerraron en una “torre de marfil” que impidió a propios y extraños lograr algún contacto con el gran Tlatoani de Los Pinos.

En cambio López Obrador, desde que contendió en 2006 por la Presidencia de la República, a la fecha, “sin tregua y sin descanso” ha recorrido todo el territorio nacional, estado por estado, municipio por municipio, puebleando y escuchando a los mexicanos sin distinción de edad, sexo o condición económica o social, acumulando el mayor conocimiento político que cualquier mexicano pueda tener, sobre las necesidades, aspiraciones y reclamos de la gente.

La aspiración de Andrés Manuel por llegar al Palacio Nacional se volvió obsesión; y en parte, a ello se debe que haya comenzado a trabajar en cuanto se le declaró triunfador, como cuando fue jefe de gobierno capitalino, en cuya administración se resolvió lo relativo a la inseguridad y la problemática urbana, sentando las bases de modernización y movilidad de la gran metrópoli.

Se ha criticado al presidente por haber incorporado a su gabinete a personajes octogenarios desconocidos para la población joven de nuestro país, pero al cumplirse los primeros 100 días de gobierno ninguno de los respetables secretarios del gabinete ha sido acusado de corrupción, autoritarismo o abuso de poder. Lo que habla bien de la llamada “gerontocracia”.

Un sexenio, si Pitágoras no miente, da como resultado 2 mil 190 días, más la suma de un día por el año bisiesto, menos los 100 días de trabajo efectivo que ayer se cumplieron; quedan efectivos 2 mil 091 días para concluir el régimen López Obradorista.

Ahora que si para don Andrés Manuel López Obrador, aprehensivo para el trabajo y la política como lo es, labora 16 horas diarias, entonces lo que le queda para cumplir los objetivos de su gobierno, es el equivalente a 4 mil 182 días, considerando las horas extras de trabajo, pues por cada día laborará dos turnos de ocho horas y por consiguiente los días normales se duplicarán con un esfuerzo extraordinario, para lo que le deseamos “buena salud y éxito”.


Las encuestas sobre la popularidad del presidente López Obrador dan como resultado a su favor entre un 80 y 90%...

La cercanía que ha logrado con todos los sectores sociales no se compara con la de otros expresidentes, desde el gobierno de Miguel de la Madrid hasta el de Peña Nieto, y es que después de recibir la banda presidencial y de protestar el desempeño de su cargo, los exgobernantes se encerraron en una “torre de marfil” que impidió a propios y extraños lograr algún contacto con el gran Tlatoani de Los Pinos.

En cambio López Obrador, desde que contendió en 2006 por la Presidencia de la República, a la fecha, “sin tregua y sin descanso” ha recorrido todo el territorio nacional, estado por estado, municipio por municipio, puebleando y escuchando a los mexicanos sin distinción de edad, sexo o condición económica o social, acumulando el mayor conocimiento político que cualquier mexicano pueda tener, sobre las necesidades, aspiraciones y reclamos de la gente.

La aspiración de Andrés Manuel por llegar al Palacio Nacional se volvió obsesión; y en parte, a ello se debe que haya comenzado a trabajar en cuanto se le declaró triunfador, como cuando fue jefe de gobierno capitalino, en cuya administración se resolvió lo relativo a la inseguridad y la problemática urbana, sentando las bases de modernización y movilidad de la gran metrópoli.

Se ha criticado al presidente por haber incorporado a su gabinete a personajes octogenarios desconocidos para la población joven de nuestro país, pero al cumplirse los primeros 100 días de gobierno ninguno de los respetables secretarios del gabinete ha sido acusado de corrupción, autoritarismo o abuso de poder. Lo que habla bien de la llamada “gerontocracia”.

Un sexenio, si Pitágoras no miente, da como resultado 2 mil 190 días, más la suma de un día por el año bisiesto, menos los 100 días de trabajo efectivo que ayer se cumplieron; quedan efectivos 2 mil 091 días para concluir el régimen López Obradorista.

Ahora que si para don Andrés Manuel López Obrador, aprehensivo para el trabajo y la política como lo es, labora 16 horas diarias, entonces lo que le queda para cumplir los objetivos de su gobierno, es el equivalente a 4 mil 182 días, considerando las horas extras de trabajo, pues por cada día laborará dos turnos de ocho horas y por consiguiente los días normales se duplicarán con un esfuerzo extraordinario, para lo que le deseamos “buena salud y éxito”.