/ lunes 24 de enero de 2022

Bienestar

Cuando habla uno de bienestar, inmediatamente identificamos el programa estrella de la actual administración –adultos mayores–. Si bien es cierto es el de mayor presupuesto, existen otros igual importantes, pero con una cobertura menor.

El pasado jueves, en el conversatorio que tenemos sobre Apuntes sobre Finanzas, el doctor Rafael Arias Hernández y el maestro Arturo Jaramillo Díaz de León, disertaron sobre si era fomentar la inactividad o era un derecho social que tenemos todos los mexicanos.

Se dieron y se defendieron puntos opuestos con razonamientos veraces por las partes, lo importante fue el acuerdo que es un beneficio que sí llega a los beneficiarios.

Los programas asistenciales no son nuevos en nuestro país, se dan desde el siglo pasado. La primera referencia que tengo fue “Alianza para el Progreso”, instituido por el presidente John F. Kennedy, en 1961, quien propuso un programa de ayuda económica y social para Latinoamérica, para mejorar las condiciones sanitarias, ampliar el acceso a la educación y la vivienda, controlar la inflación e incrementar la productividad agrícola mediante la reforma agraria.

Todos los presidentes han tenido su programa social: Luis Echeverría, el “PIDER”, Programa Integral de Desarrollo Social. En su administración se creó el Infonavit y el Fonacot, el primero está vigente y es el soporte habitacional de muchos mexicanos. López Portillo tuvo “Coplamar”, donde aparecieron las famosas clínicas IMSS-Coplamar, en todo el ámbito rural de México, a cargo de Tarsicio Gonzales y Jorge Neri, técnicos reconocidos en la medicina asistencial.

Salinas su programa estrella lo tuvo en Solidaridad; su objetivo era mejorar la calidad de vida de los mexicanos a partir de cinco ejes: educación, salud, alimentación, vivienda y trabajo.

Su enfoque eran las comunidades menos favorecidas en el sector rural y las colonias populares, creando un ejemplo de su programa en el Valle de Chalco, y en Quinta Roo con el municipio de Solidaridad.

Con el presidente Zedillo se le denominó “Progresa”, que tenía como propósito la mejora de la política social en los mismos temas de educación, salud y alimentación; su programa sirvió de ejemplo en otros países con una nueva forma de política social.

Con Vicente Fox fueron los programas Pro-Campo, de abasto rural, y con Calderón el famosa PAL (Programa de Apoyo Alimentario), dirigido a comunidades de escasos recursos y de amplia marginación, así como Oportunidades.

Peña Nieto estableció su política social con el programa Prospera, establecido diversas acciones sociales: estancias infantiles, comedores comunitarios y adultos mayores, entre otros.

Desde luego el programa Bienestar, de la actual administración, es el de mayor penetración, por su implementación y por el presupuesto asignado, que es el más ambicioso que cualquier presidente de la República haya intentado.

Existen dentro del Ramo 20 Bienestar algunos programas, pero tres son los prioritarios y uno de ellos es el estelar “Adultos Mayores”; los otros son Sembrando vida y Personas con Discapacidad.

Otros programas son el programa de apoyo para el bienestar de niños y niñas y el de emergencia social, que brinda apoyos a personas damnificadas como consecuencia de desastres naturales. Los números que esperan para este año son:

1.- Personas adultas mayores: 10.3 millones de beneficiarios; 3 mil 850 pesos bimestrales, con una asignación en subsidios de 256 mil 563 millones de pesos.

2.- Sembrando Vida cerró 2021 con 450 mil sembradoras y esperan incrementen 10 mil más para este año. Tiene un presupuesto asignado de 29 mil 903 millones de pesos, con un jornal de 5 mil pesos mensuales y 500 para siembras de árboles frutales y maderables.

3.- La pensión para el Bienestar de las personas con discapacidad para este año se pretende beneficiar a un millón de niñas y niños con discapacidad, y se ampliará la pensión para mayores de treinta años con la participación de los gobiernos estatales; la pensión será de 2 mil 800 pesos bimestrales.

La diferencia de estos programas con los de otros regímenes es que los derechos de los niños y las niñas se encuentra establecido en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en su artículo 4. Nunca como hoy se ha tenido presente a tantos mexicanos.

Cuando habla uno de bienestar, inmediatamente identificamos el programa estrella de la actual administración –adultos mayores–. Si bien es cierto es el de mayor presupuesto, existen otros igual importantes, pero con una cobertura menor.

El pasado jueves, en el conversatorio que tenemos sobre Apuntes sobre Finanzas, el doctor Rafael Arias Hernández y el maestro Arturo Jaramillo Díaz de León, disertaron sobre si era fomentar la inactividad o era un derecho social que tenemos todos los mexicanos.

Se dieron y se defendieron puntos opuestos con razonamientos veraces por las partes, lo importante fue el acuerdo que es un beneficio que sí llega a los beneficiarios.

Los programas asistenciales no son nuevos en nuestro país, se dan desde el siglo pasado. La primera referencia que tengo fue “Alianza para el Progreso”, instituido por el presidente John F. Kennedy, en 1961, quien propuso un programa de ayuda económica y social para Latinoamérica, para mejorar las condiciones sanitarias, ampliar el acceso a la educación y la vivienda, controlar la inflación e incrementar la productividad agrícola mediante la reforma agraria.

Todos los presidentes han tenido su programa social: Luis Echeverría, el “PIDER”, Programa Integral de Desarrollo Social. En su administración se creó el Infonavit y el Fonacot, el primero está vigente y es el soporte habitacional de muchos mexicanos. López Portillo tuvo “Coplamar”, donde aparecieron las famosas clínicas IMSS-Coplamar, en todo el ámbito rural de México, a cargo de Tarsicio Gonzales y Jorge Neri, técnicos reconocidos en la medicina asistencial.

Salinas su programa estrella lo tuvo en Solidaridad; su objetivo era mejorar la calidad de vida de los mexicanos a partir de cinco ejes: educación, salud, alimentación, vivienda y trabajo.

Su enfoque eran las comunidades menos favorecidas en el sector rural y las colonias populares, creando un ejemplo de su programa en el Valle de Chalco, y en Quinta Roo con el municipio de Solidaridad.

Con el presidente Zedillo se le denominó “Progresa”, que tenía como propósito la mejora de la política social en los mismos temas de educación, salud y alimentación; su programa sirvió de ejemplo en otros países con una nueva forma de política social.

Con Vicente Fox fueron los programas Pro-Campo, de abasto rural, y con Calderón el famosa PAL (Programa de Apoyo Alimentario), dirigido a comunidades de escasos recursos y de amplia marginación, así como Oportunidades.

Peña Nieto estableció su política social con el programa Prospera, establecido diversas acciones sociales: estancias infantiles, comedores comunitarios y adultos mayores, entre otros.

Desde luego el programa Bienestar, de la actual administración, es el de mayor penetración, por su implementación y por el presupuesto asignado, que es el más ambicioso que cualquier presidente de la República haya intentado.

Existen dentro del Ramo 20 Bienestar algunos programas, pero tres son los prioritarios y uno de ellos es el estelar “Adultos Mayores”; los otros son Sembrando vida y Personas con Discapacidad.

Otros programas son el programa de apoyo para el bienestar de niños y niñas y el de emergencia social, que brinda apoyos a personas damnificadas como consecuencia de desastres naturales. Los números que esperan para este año son:

1.- Personas adultas mayores: 10.3 millones de beneficiarios; 3 mil 850 pesos bimestrales, con una asignación en subsidios de 256 mil 563 millones de pesos.

2.- Sembrando Vida cerró 2021 con 450 mil sembradoras y esperan incrementen 10 mil más para este año. Tiene un presupuesto asignado de 29 mil 903 millones de pesos, con un jornal de 5 mil pesos mensuales y 500 para siembras de árboles frutales y maderables.

3.- La pensión para el Bienestar de las personas con discapacidad para este año se pretende beneficiar a un millón de niñas y niños con discapacidad, y se ampliará la pensión para mayores de treinta años con la participación de los gobiernos estatales; la pensión será de 2 mil 800 pesos bimestrales.

La diferencia de estos programas con los de otros regímenes es que los derechos de los niños y las niñas se encuentra establecido en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en su artículo 4. Nunca como hoy se ha tenido presente a tantos mexicanos.