/ jueves 20 de febrero de 2020

Busca Cinthya Lobato Unidad Ciudadana

Tristeza, desesperanza, mucha desilusión, hartazgo. Los ciudadanos ya no creen en la política ni creen en los políticos. Ese es el diagnóstico que Cinthya Lobato Calderón encontró al recorrer la entidad veracruzana para realizar 173 asambleas —a pesar de que el OPLE le pedía 141— como parte de los requisitos para conformar su nuevo partido político, Unidad Ciudadana.

Es posible revertir esto, sobre todo cuando es parte de un fenómeno que no es privativo de Xalapa, de Veracruz o de México, sino de todo el mundo

Contundente, en su despacho de la Avenida Murillo Vidal, en Bosques del Recuerdo, me dice: “Definitivamente. Se puede revertir con trabajo, con acciones concretas. La gente está harta de palabras. Ya nadie cree, no creemos. Ya no nos convencen tan fácilmente. Es el momento de las acciones”.

La gente, añade, puede pensar que Cinthya Lobato Calderón va por más de lo mismo, me dice, buscando dinero o a ver qué saca.

“Yo por eso les digo: dame la oportunidad. Igual ahora no te convenzo pero quiero que me des la oportunidad para demostrar que Unidad Ciudadana es un proyecto distinto, una institución seria, de trabajo, de compromiso, donde daremos valor a la palabra”.

—¿Ya no se puede convencer con esperanza?

“Ya no. Hoy no, hoy son las acciones”.

—¿Buscarán que en Unidad Ciudadana no haya decepcionados?

“No. Buscaremos hablar de frente, como siempre lo he hecho. Hablar de frente, conciliar, llegar a acuerdos, pero siempre hablando de frente”.

—Si el partido queda constituido, buscará alguna candidatura?

“No lo sé. Hay mucha expectativa. Hay muchas invitaciones. Hay mucha gente que me dice, ¿por qué no por Xalapa? Amo mi ciudad, no sabes cuánto la sufro, el caminarla, el ver el abandono, el ver el deterioro, el ver las faltas de ganas o de voluntad, porque yo creo firmemente en la participación ciudadana”.

Algunas amigas le han preguntado: “¿Tú buscaste hacer este partido para ser candidata por Xalapa?”

“Sería mucho buscar todo esto que te estoy contando, 173 asambleas, todo un año de trabajo. Es mucho. Imagínate hacer un partido porque tengo el berrinche de ser candidata. No es por ahí. Esto va más allá”.

Del Congreso local —como legisladora panista que saltó a la bancada de Morena— terminó cansada, física y emocionalmente.

Nos cuenta que ella llegó al Congreso con un ánimo de cambio. “Sí dije, vamos a lograr cambiar Veracruz en dos años, porque si se quiere volver a ganar, vamos a demostrar por qué volver a votar por nosotros. Confié en que se iba a hacer un trabajo, no se hizo y eso para mí fue muy desgastante por todos los enfrentamientos que tuve al interior del partido”.

No le pregunto sobre la persecución que sufrió del entonces gobernador Miguel Ángel Yunes Linares. Pero en esa época se vio obligada a salir de la ciudad.

Me cuenta de la transición de bancada legislativa. “No fue que me salí del PAN y entré a Morena. Salí de la bancada del PAN en el Congreso y entré a la bancada de Morena en el Congreso. No salí de un partido y entré a otro partido”. Dice que todo eso lo hizo no a modo de intercambio, ni por un puesto en el gobierno ni por cinco pesos, sino por sus convicciones, ya que el PAN estaba haciendo mal las cosas. “Tenía que señalar que se estaba equivocando porque yo no iba a avalar, por ser amiguis o parte de un equipo, avalar algo que estaba mal, yo no creo en eso”.

La tragedia familiar que vivió —ahí en el despacho donde la entrevisto su hermano asesinó a su padre, a su pareja y se quitó la vida— le hizo cambiar la perspectiva de su vida y de que a todos nos ronda la muerte.

“Entonces aprendí a valorar más mi tiempo vida y pensé que si estoy dispuesta a gastar mi tiempo vida en servir a los demás, en ayudar a la gente, en transformar vidas, no lo podía perder en pleitos absurdos al interior de un partido. No pienso dar ni un minuto de mi tiempo vida para todo este desgaste que es en lo que se han convertido los partidos”.

Y a pesar de que partidos estatales y nacionales la han invitado a proyectos políticos, Cinthya Lobato Calderón decidió empezar de cero, trazando una nueva ruta, una nueva forma de hacer política, de dar valor a la palabra, para recuperar la credibilidad de los ciudadanos. Quiero intentarlo porque creo que se puede hacer”, concluye.

Nos vemos LOS JUEVES

valeramk@hotmail.com

Tristeza, desesperanza, mucha desilusión, hartazgo. Los ciudadanos ya no creen en la política ni creen en los políticos. Ese es el diagnóstico que Cinthya Lobato Calderón encontró al recorrer la entidad veracruzana para realizar 173 asambleas —a pesar de que el OPLE le pedía 141— como parte de los requisitos para conformar su nuevo partido político, Unidad Ciudadana.

Es posible revertir esto, sobre todo cuando es parte de un fenómeno que no es privativo de Xalapa, de Veracruz o de México, sino de todo el mundo

Contundente, en su despacho de la Avenida Murillo Vidal, en Bosques del Recuerdo, me dice: “Definitivamente. Se puede revertir con trabajo, con acciones concretas. La gente está harta de palabras. Ya nadie cree, no creemos. Ya no nos convencen tan fácilmente. Es el momento de las acciones”.

La gente, añade, puede pensar que Cinthya Lobato Calderón va por más de lo mismo, me dice, buscando dinero o a ver qué saca.

“Yo por eso les digo: dame la oportunidad. Igual ahora no te convenzo pero quiero que me des la oportunidad para demostrar que Unidad Ciudadana es un proyecto distinto, una institución seria, de trabajo, de compromiso, donde daremos valor a la palabra”.

—¿Ya no se puede convencer con esperanza?

“Ya no. Hoy no, hoy son las acciones”.

—¿Buscarán que en Unidad Ciudadana no haya decepcionados?

“No. Buscaremos hablar de frente, como siempre lo he hecho. Hablar de frente, conciliar, llegar a acuerdos, pero siempre hablando de frente”.

—Si el partido queda constituido, buscará alguna candidatura?

“No lo sé. Hay mucha expectativa. Hay muchas invitaciones. Hay mucha gente que me dice, ¿por qué no por Xalapa? Amo mi ciudad, no sabes cuánto la sufro, el caminarla, el ver el abandono, el ver el deterioro, el ver las faltas de ganas o de voluntad, porque yo creo firmemente en la participación ciudadana”.

Algunas amigas le han preguntado: “¿Tú buscaste hacer este partido para ser candidata por Xalapa?”

“Sería mucho buscar todo esto que te estoy contando, 173 asambleas, todo un año de trabajo. Es mucho. Imagínate hacer un partido porque tengo el berrinche de ser candidata. No es por ahí. Esto va más allá”.

Del Congreso local —como legisladora panista que saltó a la bancada de Morena— terminó cansada, física y emocionalmente.

Nos cuenta que ella llegó al Congreso con un ánimo de cambio. “Sí dije, vamos a lograr cambiar Veracruz en dos años, porque si se quiere volver a ganar, vamos a demostrar por qué volver a votar por nosotros. Confié en que se iba a hacer un trabajo, no se hizo y eso para mí fue muy desgastante por todos los enfrentamientos que tuve al interior del partido”.

No le pregunto sobre la persecución que sufrió del entonces gobernador Miguel Ángel Yunes Linares. Pero en esa época se vio obligada a salir de la ciudad.

Me cuenta de la transición de bancada legislativa. “No fue que me salí del PAN y entré a Morena. Salí de la bancada del PAN en el Congreso y entré a la bancada de Morena en el Congreso. No salí de un partido y entré a otro partido”. Dice que todo eso lo hizo no a modo de intercambio, ni por un puesto en el gobierno ni por cinco pesos, sino por sus convicciones, ya que el PAN estaba haciendo mal las cosas. “Tenía que señalar que se estaba equivocando porque yo no iba a avalar, por ser amiguis o parte de un equipo, avalar algo que estaba mal, yo no creo en eso”.

La tragedia familiar que vivió —ahí en el despacho donde la entrevisto su hermano asesinó a su padre, a su pareja y se quitó la vida— le hizo cambiar la perspectiva de su vida y de que a todos nos ronda la muerte.

“Entonces aprendí a valorar más mi tiempo vida y pensé que si estoy dispuesta a gastar mi tiempo vida en servir a los demás, en ayudar a la gente, en transformar vidas, no lo podía perder en pleitos absurdos al interior de un partido. No pienso dar ni un minuto de mi tiempo vida para todo este desgaste que es en lo que se han convertido los partidos”.

Y a pesar de que partidos estatales y nacionales la han invitado a proyectos políticos, Cinthya Lobato Calderón decidió empezar de cero, trazando una nueva ruta, una nueva forma de hacer política, de dar valor a la palabra, para recuperar la credibilidad de los ciudadanos. Quiero intentarlo porque creo que se puede hacer”, concluye.

Nos vemos LOS JUEVES

valeramk@hotmail.com