/ lunes 19 de febrero de 2018

Cada ser humano, una gran historia

“No digas no puedo, porque todo es posible cuando tienes fe en tu objetivo”. Con el transcurso del tiempo esta concepción se ha integrado a mi pensamiento, nada es imposible cuando se anhela de verdad. Esta filosofía es un tesoro, da riqueza espiritual e impulsa a vencer obstáculos sin temor.

Hace ocho años inesperado diagnóstico sacudió la vida de Gra. Nunca se arredró y desde el primer instante su expresión fue: “Jamás me vencerá, no soy enferma, soy mujer con ganas de vivir”. Vinieron momentos de angustia, dolor y resurgimiento admirable, sin lamento ni reproche a la vida ni a la suerte. El “Si se puede, nada es imposible”, le impidió sentirse mendigo de espíritu, eso la hizo remontar la larga cuesta de tratamiento agotador. Hoy su optimista alegría se contagian. Enfrentó angustiosa enfermedad superándola sólo con ganas de vivir, jamás la consideró un problema insoluble.

Al nacer su primera hija, renunció a su trabajo en institución de salud para dedicarse a ser madre. Varias opiniones reconvinieron su decisión, alguien le espetó que debía trabajar para apoyar a su esposo, sin contestar dijo para sí, “tendré tiempo después, los niños necesitan madre a su lado que les ayude a crecer espiritualmente”.

Fue madre de tiempo completo para sus dos pequeñas, su guía para comportarse en la mesa, hacer la tarea, practicar gimnasia, natación, aprender inglés y algo esencial para los niños, ser resolutivas y jamás decir “no se puede”. Las niñas y mamá se hicieron grandes amigas, un amoroso respeto entre ellas se generó y hasta hoy perdura. Cuando las chiquillas arribaron la primaria, Gra desempolvó créditos académicos y entró a la universidad donde ha merecido ser maestra de tiempo completo, coordinadora nacional de programas de enseñanza universitaria de la disciplina en ciencias de salud que ejerce. Hoy sus dos hijas son profesionales bilingües con maestría, trabajan y viven en una gran ciudad de nuestro país. Gra ya es abuela.

A los 55 años emprendió “mi aventura de la madurez”, inició estudios de doctorado en Guadalajara, en una disciplina en ciernes en nuestro país. Vinieron dos años de desvelos, traduciendo, haciendo gráficas, leyendo largas horas, viajando a la Perla del Bajío cuatro días de cada mes. “Agobiante y reconfortante”, dijo siempre. El orden doméstico, comunicación con hijas, nieta y esposo no sufrieron menoscabo. Y terminó sus estudios.

El 17 de este mes Gra presentó brillante examen recibiendo el honorable título de Doctora en educación holista, otorgado por la “Fundación internacional para la educación holista”, novedosa disciplina al alcance ya de los estudiantes que además de la academia intelectual busquen el desarrollo de su inteligencia espiritual trascendente, que les hará comprenderse a sí mismos y a sus semejantes desde una perspectiva profunda, colmada de sentido que les haga ver más allá del mundo material y la difundan a la par de los conceptos del talento racional. Comparto a plenitud la filosofía de Gra: “Nada es imposible, nunca es tarde para empezar cuando la fe nos guía”. Ésta es su historia.

hsilva_mendoza@hotmail.com

“No digas no puedo, porque todo es posible cuando tienes fe en tu objetivo”. Con el transcurso del tiempo esta concepción se ha integrado a mi pensamiento, nada es imposible cuando se anhela de verdad. Esta filosofía es un tesoro, da riqueza espiritual e impulsa a vencer obstáculos sin temor.

Hace ocho años inesperado diagnóstico sacudió la vida de Gra. Nunca se arredró y desde el primer instante su expresión fue: “Jamás me vencerá, no soy enferma, soy mujer con ganas de vivir”. Vinieron momentos de angustia, dolor y resurgimiento admirable, sin lamento ni reproche a la vida ni a la suerte. El “Si se puede, nada es imposible”, le impidió sentirse mendigo de espíritu, eso la hizo remontar la larga cuesta de tratamiento agotador. Hoy su optimista alegría se contagian. Enfrentó angustiosa enfermedad superándola sólo con ganas de vivir, jamás la consideró un problema insoluble.

Al nacer su primera hija, renunció a su trabajo en institución de salud para dedicarse a ser madre. Varias opiniones reconvinieron su decisión, alguien le espetó que debía trabajar para apoyar a su esposo, sin contestar dijo para sí, “tendré tiempo después, los niños necesitan madre a su lado que les ayude a crecer espiritualmente”.

Fue madre de tiempo completo para sus dos pequeñas, su guía para comportarse en la mesa, hacer la tarea, practicar gimnasia, natación, aprender inglés y algo esencial para los niños, ser resolutivas y jamás decir “no se puede”. Las niñas y mamá se hicieron grandes amigas, un amoroso respeto entre ellas se generó y hasta hoy perdura. Cuando las chiquillas arribaron la primaria, Gra desempolvó créditos académicos y entró a la universidad donde ha merecido ser maestra de tiempo completo, coordinadora nacional de programas de enseñanza universitaria de la disciplina en ciencias de salud que ejerce. Hoy sus dos hijas son profesionales bilingües con maestría, trabajan y viven en una gran ciudad de nuestro país. Gra ya es abuela.

A los 55 años emprendió “mi aventura de la madurez”, inició estudios de doctorado en Guadalajara, en una disciplina en ciernes en nuestro país. Vinieron dos años de desvelos, traduciendo, haciendo gráficas, leyendo largas horas, viajando a la Perla del Bajío cuatro días de cada mes. “Agobiante y reconfortante”, dijo siempre. El orden doméstico, comunicación con hijas, nieta y esposo no sufrieron menoscabo. Y terminó sus estudios.

El 17 de este mes Gra presentó brillante examen recibiendo el honorable título de Doctora en educación holista, otorgado por la “Fundación internacional para la educación holista”, novedosa disciplina al alcance ya de los estudiantes que además de la academia intelectual busquen el desarrollo de su inteligencia espiritual trascendente, que les hará comprenderse a sí mismos y a sus semejantes desde una perspectiva profunda, colmada de sentido que les haga ver más allá del mundo material y la difundan a la par de los conceptos del talento racional. Comparto a plenitud la filosofía de Gra: “Nada es imposible, nunca es tarde para empezar cuando la fe nos guía”. Ésta es su historia.

hsilva_mendoza@hotmail.com