/ lunes 18 de mayo de 2020

Calderón-AMLO: choque de trenes

Ante la embestida que le viene al presidente López Obrador por parte de Felipe Calderón, sin duda será el pueblo (bueno y malo también) el que saldrá perdiendo por lo que vendrá, producto de una confrontación estéril que a ninguno de ellos beneficiará para el registro de sus responsabilidades públicas como jefe y exjefe del Poder Ejecutivo federal.

El libro Decisiones difíciles, cuya publicación hoy anuncia Calderón Hinojosa, según sus propias palabras contiene desde su visión los avatares que superó en la política del partido blanquiazul, mismos que lo llevaron a alcanzar el pináculo de la gloria para llegar a Los Pinos y desempeñar el cargo de presidente de la República (2006-2012), con resultados muy cuestionables por aquella “declaración de guerra” contra las drogas que dejó miles de hogares enlutados.

Relata en su autobiografía el expresidente Felipe los recursos médicos, clínicos y medicinales que su secretario de Salud empleó para enfrentar y vencer a lo que amenazaba con convertirse en una “peste y casi pandemia” por los contagios y muertes ocasionados por la Influenza AH1N1, y aprovecha para criticar a López Obrador y al subsecretario Hugo López-Gatell, por sus ineficacias en la lucha contra el coronavirus.

La respuesta de Calderón, sin duda, tiene mucho que ver con la presión que le representa la detención de Genaro García Luna, su exsecretario de Seguridad Pública, y la vinculación que se le pretende fincar con la protección a diversos cárteles de la droga, en especial al de Sinaloa y a su líder “el Chapo” Guzmán. Felipe Calderón, sin fuero constitucional, peligra ante una extradición que pudiera facilitar Donald Trump si se lo solicitara su “amigo”, el presidente AMLO.

En política los errores se pagan muy caro y para un gobernante como los que hemos tenido en México, acostumbrados a la lisonja, adulación y engaño, por principio de cuenta de sus colaboradores, a quienes escoge creyéndolos dignos de toda confianza y virtudes, resultará una gran desilusión sentirse traicionado por algún excolaborador, como seguramente le sucede hoy a Felipe Calderón Hinojosa.

La misma historia se ha repetido desde el México Independiente hasta nuestros días, y en los próximos años, sobre todo al final de su mandato, se verá si el líder de la “4T” rompe con los traidores que lo rodean o cae en la misma trampa que sus antecesores.

Ante la embestida que le viene al presidente López Obrador por parte de Felipe Calderón, sin duda será el pueblo (bueno y malo también) el que saldrá perdiendo por lo que vendrá, producto de una confrontación estéril que a ninguno de ellos beneficiará para el registro de sus responsabilidades públicas como jefe y exjefe del Poder Ejecutivo federal.

El libro Decisiones difíciles, cuya publicación hoy anuncia Calderón Hinojosa, según sus propias palabras contiene desde su visión los avatares que superó en la política del partido blanquiazul, mismos que lo llevaron a alcanzar el pináculo de la gloria para llegar a Los Pinos y desempeñar el cargo de presidente de la República (2006-2012), con resultados muy cuestionables por aquella “declaración de guerra” contra las drogas que dejó miles de hogares enlutados.

Relata en su autobiografía el expresidente Felipe los recursos médicos, clínicos y medicinales que su secretario de Salud empleó para enfrentar y vencer a lo que amenazaba con convertirse en una “peste y casi pandemia” por los contagios y muertes ocasionados por la Influenza AH1N1, y aprovecha para criticar a López Obrador y al subsecretario Hugo López-Gatell, por sus ineficacias en la lucha contra el coronavirus.

La respuesta de Calderón, sin duda, tiene mucho que ver con la presión que le representa la detención de Genaro García Luna, su exsecretario de Seguridad Pública, y la vinculación que se le pretende fincar con la protección a diversos cárteles de la droga, en especial al de Sinaloa y a su líder “el Chapo” Guzmán. Felipe Calderón, sin fuero constitucional, peligra ante una extradición que pudiera facilitar Donald Trump si se lo solicitara su “amigo”, el presidente AMLO.

En política los errores se pagan muy caro y para un gobernante como los que hemos tenido en México, acostumbrados a la lisonja, adulación y engaño, por principio de cuenta de sus colaboradores, a quienes escoge creyéndolos dignos de toda confianza y virtudes, resultará una gran desilusión sentirse traicionado por algún excolaborador, como seguramente le sucede hoy a Felipe Calderón Hinojosa.

La misma historia se ha repetido desde el México Independiente hasta nuestros días, y en los próximos años, sobre todo al final de su mandato, se verá si el líder de la “4T” rompe con los traidores que lo rodean o cae en la misma trampa que sus antecesores.