/ jueves 3 de mayo de 2018

Calidad educativa

Mucho se ha escrito sobre la calidad educativa. La manera tradicional de definirla es desde la macroplaneación, a partir de cinco indicadores o criterios del desarrollo de un sistema educativo: pertinencia, eficacia, eficiencia, relevancia y equidad.

La pertinencia se logra cuando las escuelas promuevan aprendizajes significativos aplicables a la vida de los estudiantes.

La eficacia considera contenidos curriculares adecuados a las necesidades de la sociedad.

La eficiencia se refiere al ingreso, permanencia y egreso de alumnos en una escuela.

La relevancia se consigue si una escuela proporciona educación a la mayor cantidad de personas y lugares, optimizando los recursos de que dispone.

La equidad se obtiene cuando la escuela reconoce las diferencias y desigualdades entre alumnos, familias, escuelas y comunidades y apoya decididamente a todos aquellos que lo necesiten.

Sin embargo, estimados lectores, existe otra concepción de calidad educativa. Desde esta visión este atributo se da en el aula y surge de la interacción proactiva y propositiva cotidiana del docente con el alumno.

Se presenta cuando un maestro logra transmitir un modelo o paradigma que motiva al estudiante, al compararlo con sus productos de aprendizaje, en cualquier asignatura o actividad y por ende a superarse.

Se trata de que el docente, con imaginación y entusiasmo, promueva en el estudiante la habilidad de hacer sus actividades mejor. Que puede dar más de manera consciente, autoerigiéndose, autoformándose cada vez más y más, sin llegar a los perfeccionismos, en un marco de solidaridad y participación colaborativa con sus demás compañeros.

Por ejemplo en un resumen escrito de una lectura sobre la batalla del 5 de mayo en Puebla, el texto es corregido de puño y letra con anotaciones de forma y fondo, de acuerdo con el grado y nivel educativo, en el que el profesor explica el porqué de cada corrección. Está retroalimentado al alumno y lo lleva a reflexionar sobre cada corrección, razonando que hay mejores formas de redactar resúmenes, que él puede escribir mejor, y con ello se motiva para que en la próxima actividad logre un mejor nivel tanto en el contenido como en la estructura.

Es requisito indispensable que el docente reconozca y domine el modelo de calidad educativa que va a promover, de lo contrario el estudiante no logrará estándares de calidad sobre una acción determinada.

La calidad educativa está en el aula, en la interacción docente-alumno, en la motivación y la autoexigencia sobre una actividad en función de un modelo a seguir.


carlos_jorge27@hotmail.com

Mucho se ha escrito sobre la calidad educativa. La manera tradicional de definirla es desde la macroplaneación, a partir de cinco indicadores o criterios del desarrollo de un sistema educativo: pertinencia, eficacia, eficiencia, relevancia y equidad.

La pertinencia se logra cuando las escuelas promuevan aprendizajes significativos aplicables a la vida de los estudiantes.

La eficacia considera contenidos curriculares adecuados a las necesidades de la sociedad.

La eficiencia se refiere al ingreso, permanencia y egreso de alumnos en una escuela.

La relevancia se consigue si una escuela proporciona educación a la mayor cantidad de personas y lugares, optimizando los recursos de que dispone.

La equidad se obtiene cuando la escuela reconoce las diferencias y desigualdades entre alumnos, familias, escuelas y comunidades y apoya decididamente a todos aquellos que lo necesiten.

Sin embargo, estimados lectores, existe otra concepción de calidad educativa. Desde esta visión este atributo se da en el aula y surge de la interacción proactiva y propositiva cotidiana del docente con el alumno.

Se presenta cuando un maestro logra transmitir un modelo o paradigma que motiva al estudiante, al compararlo con sus productos de aprendizaje, en cualquier asignatura o actividad y por ende a superarse.

Se trata de que el docente, con imaginación y entusiasmo, promueva en el estudiante la habilidad de hacer sus actividades mejor. Que puede dar más de manera consciente, autoerigiéndose, autoformándose cada vez más y más, sin llegar a los perfeccionismos, en un marco de solidaridad y participación colaborativa con sus demás compañeros.

Por ejemplo en un resumen escrito de una lectura sobre la batalla del 5 de mayo en Puebla, el texto es corregido de puño y letra con anotaciones de forma y fondo, de acuerdo con el grado y nivel educativo, en el que el profesor explica el porqué de cada corrección. Está retroalimentado al alumno y lo lleva a reflexionar sobre cada corrección, razonando que hay mejores formas de redactar resúmenes, que él puede escribir mejor, y con ello se motiva para que en la próxima actividad logre un mejor nivel tanto en el contenido como en la estructura.

Es requisito indispensable que el docente reconozca y domine el modelo de calidad educativa que va a promover, de lo contrario el estudiante no logrará estándares de calidad sobre una acción determinada.

La calidad educativa está en el aula, en la interacción docente-alumno, en la motivación y la autoexigencia sobre una actividad en función de un modelo a seguir.


carlos_jorge27@hotmail.com