/ jueves 16 de diciembre de 2021

Cambio de escenarios y circunstancias

El reacondicionamiento de la aldea global nos ha convertido, como individuos, en pequeños grandes pigmeos de la historia y sus cambios abruptos.

Hoy cualquier persona puede opinar y dirigirse a las masas, es fácil opinar, despotricar en contra de lo que no parezca justo y honesto. Hacia el interior de todo México se introdujo la idea del acaudalado hombre de negocios, el que surgía de un barrio humilde, estudiaba derecho y realizaba una carrera política de gran alcance, de ahí provino, en cierta medida, la desconfianza contra algunos picapleitos, que no jurisperitos, debido a que se enfocaba a la ley con la riqueza desmedida, alias corruptelas válidas, encubiertas y hasta suculentas.

En la elección en que ganaría supuestamente Felipe Calderón, la pírrica diferencia en votos hubiera provocado en democracias más avanzadas la repetición del ensayo macro electoral; sin embargo, se argumentaron muchas cosas, entre las principales el costo astronómico que ello implicaría. Muchas personas dábamos por ganador al actual presidente AMLO, era un hecho que palpitaba en el aire, aunque el viraje traería la declarada “guerra contra el narcotráfico”, algo que no fue más que sólo una bandera de contacto sociopolítico con el electorado altamente resentido. Sin embargo, el movimiento de las izquierdas vivientes en el PRI, incluso en el PAN, irían haciendo su labor de hormigas para colocar en la mejor dimensión un nuevo panorama social y político, el cual gobierna sin exclusión de personalidades, ciudadanos hombres y mujeres, sectores de la producción y demás.

Nacido desde el viejo partido comunista mexicano y proyectado durante algún tiempo en lo que fuera el PRD, que muy a mi pesar debo confesar que se vendió al mejor postor, ya que en un incidente en donde tomé la palabra e hice alusión pública a un exsecretario de Gobierno de Veracruz, le apunté ciertas faltas que él venía cometiendo. Curiosamente, poco después me encontré a tres muchachos del PRD en esta capital y me señalaron con el dedo de fuego al decir: “no le hables porque habló en contra del señor secretario”, a lo cual respondí: “hagan lo que quieran, se supone que son ustedes oposición al oficialismo, pero por su postura, no me cabe la menor duda que reciben dinero de él”. Me di la vuelta y nada pasó a mayores, pero el indicativo fue muy claro, el PRD ya no era oposición, mucho menos con fundamentos de izquierda.

Un ejemplo lo es Manuel Espino, un destacado panista exorcizado de las huestes de la derecha, ahora migró rumbo a Morena, haciendo uso de sus derechos políticos y ciudadanos al respecto, y ha confesado que siendo él el líder del PAN, se vio severamente obstaculizado en sus funciones partidarias, además de su proyecto político por el mismísimo expresidente Fox e incluyó en la pandilla a Felipe Calderón, con esa recomendadota podemos percatarnos que a Espino, en nada le valió su dedicación y esfuerzo entre personajes intratables hasta con su propia gente.

Actualmente debemos saber que todos los partidos políticos están en recomposición, no hay uno solo exento, y la tendencia es a moverse a ser de centro-izquierda, con un socialismo libre de prejuicios y abreviaturas, adaptándose de hecho a una economía de guerra, la cual ha devastado a las economías más poderosas y las periféricas ni hablar. Veremos la parte volumen dos de la historia moderna de México.

El reacondicionamiento de la aldea global nos ha convertido, como individuos, en pequeños grandes pigmeos de la historia y sus cambios abruptos.

Hoy cualquier persona puede opinar y dirigirse a las masas, es fácil opinar, despotricar en contra de lo que no parezca justo y honesto. Hacia el interior de todo México se introdujo la idea del acaudalado hombre de negocios, el que surgía de un barrio humilde, estudiaba derecho y realizaba una carrera política de gran alcance, de ahí provino, en cierta medida, la desconfianza contra algunos picapleitos, que no jurisperitos, debido a que se enfocaba a la ley con la riqueza desmedida, alias corruptelas válidas, encubiertas y hasta suculentas.

En la elección en que ganaría supuestamente Felipe Calderón, la pírrica diferencia en votos hubiera provocado en democracias más avanzadas la repetición del ensayo macro electoral; sin embargo, se argumentaron muchas cosas, entre las principales el costo astronómico que ello implicaría. Muchas personas dábamos por ganador al actual presidente AMLO, era un hecho que palpitaba en el aire, aunque el viraje traería la declarada “guerra contra el narcotráfico”, algo que no fue más que sólo una bandera de contacto sociopolítico con el electorado altamente resentido. Sin embargo, el movimiento de las izquierdas vivientes en el PRI, incluso en el PAN, irían haciendo su labor de hormigas para colocar en la mejor dimensión un nuevo panorama social y político, el cual gobierna sin exclusión de personalidades, ciudadanos hombres y mujeres, sectores de la producción y demás.

Nacido desde el viejo partido comunista mexicano y proyectado durante algún tiempo en lo que fuera el PRD, que muy a mi pesar debo confesar que se vendió al mejor postor, ya que en un incidente en donde tomé la palabra e hice alusión pública a un exsecretario de Gobierno de Veracruz, le apunté ciertas faltas que él venía cometiendo. Curiosamente, poco después me encontré a tres muchachos del PRD en esta capital y me señalaron con el dedo de fuego al decir: “no le hables porque habló en contra del señor secretario”, a lo cual respondí: “hagan lo que quieran, se supone que son ustedes oposición al oficialismo, pero por su postura, no me cabe la menor duda que reciben dinero de él”. Me di la vuelta y nada pasó a mayores, pero el indicativo fue muy claro, el PRD ya no era oposición, mucho menos con fundamentos de izquierda.

Un ejemplo lo es Manuel Espino, un destacado panista exorcizado de las huestes de la derecha, ahora migró rumbo a Morena, haciendo uso de sus derechos políticos y ciudadanos al respecto, y ha confesado que siendo él el líder del PAN, se vio severamente obstaculizado en sus funciones partidarias, además de su proyecto político por el mismísimo expresidente Fox e incluyó en la pandilla a Felipe Calderón, con esa recomendadota podemos percatarnos que a Espino, en nada le valió su dedicación y esfuerzo entre personajes intratables hasta con su propia gente.

Actualmente debemos saber que todos los partidos políticos están en recomposición, no hay uno solo exento, y la tendencia es a moverse a ser de centro-izquierda, con un socialismo libre de prejuicios y abreviaturas, adaptándose de hecho a una economía de guerra, la cual ha devastado a las economías más poderosas y las periféricas ni hablar. Veremos la parte volumen dos de la historia moderna de México.