El viernes 30 de marzo darán inicio formal las campañas a la presidencia y otros múltiples procesos electorales. Situación que nos llevará como todo buen mexicano a opinar, debatir, inquirir, aprobar, apoyar o descalificar, pero todo dentro de un margen de legalidad y congruencia electoral, de acuerdo con los tiempos vigentes y las situaciones en las cuales interactuamos todos.
El calentamiento o interfase pasará a una realidad que augura ser demoledora, ya que los candidatos y sus equipos van con todo a ganar, de tal forma que "ninguno aceptara una derrota electoral"; antes bien se podrá invocar al corporativismo, al cohecho, a las mafias del poder o poderes fácticos y hasta factores ambientales y deportivos.
Muchos podremos padecer un curioso padecimiento pasajero llamado "campañititis", que consiste en la inflamación de los órganos sensoriales y mentales de nuestra percepción humana, ello debido al exceso de propaganda o marketing publicitario; tal bombardeo puede acomplejar (confundir) y complicar la toma de decisiones básicas para votar por una sola opción.
En estos casos siempre es bueno echarle la culpa a algún factor "intangible", "la mano negra", "la cosa nostra", o simplemente los candidatos de igual forma no son ningún tipo de cambio, quizá de alternancia, pero no de ritmo y fondo en la forma de nuestra gobernabilidad a la mexicana. Así los tres contendientes mayores se darán a la tarea de buscar el voto socialmente útil, convencido y el hecho de que la gente se sustraiga de creer en ellos, no debe ser motivo para no elegir a sus candidatos sea a la presidencia, a diputados, o gobernadores en ciertos estados.
La interfase nos ha mostrado el ensayo de cada uno de los aspirantes, AMLO, Anaya, Meade, y los supuestos independientes; pero un paso importante será cumplir con los debates televisados, pues es la forma de contrastar ideas y responderle al electorado nacional con fehacientes palabras e ideas en sus programas de gobierno, de agrandar o superar ciertas diferencias (siempre presentes) en tales circunstancias.
De 1976 a 1982 gobernó José López Portillo, apareció como candidato único, así que mi abuelo me llevó a las urnas, le dieron 32 boletas electorales y él entregó la misma cantidad de credenciales, me pasó cuatro boletas y a mis 11 años voté por primera vez. Este primero de julio “todos a votar”, no luego digan que hasta los muertos se levantan a hacer lo mismo; ¿acaso usted duerme en una tumba?
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