/ lunes 31 de mayo de 2021

Campañas sangrientas y un presidente indiferente

A pocos días que concluyan las campañas políticas para las elecciones intermedias más grandes en la historia de México, se ha vivido el día a día con una intranquilidad ocasionada por las amenazas, persecuciones, intimidaciones, secuestros y ejecuciones en contra de los candidatos de todos los partidos políticos, sobre todo los de oposición.

Desde el pasado 7 de septiembre de 2020, que inició el actual proceso electoral, a la fecha van más de 80 candidatos que han perdido la vida en presencia de los militantes, o cuando se trasladaban a los puntos de reuniones para realizar su jornada electoral, o al concluir esta.

En estas campañas sangrientas que se han realizado en 31 entidades del país, tenemos a un mandatario federal indiferente, que menosprecia la muerte de los candidatos, muertes que se suman a los cientos de miles que tampoco están aquí, producto de una violencia que ha sido incapaz de contener en su calidad de Presidente de la República.

Tal vez su actitud no debería de sorprendernos, porque ya había mostrado su indiferencia ante los miles de muertos a causa de la pandemia del Covid-19; la muerte de las niñas y niños a los que les fue quitado el tratamiento contra el cáncer, o el caso más reciente, los 26 muertos por el colapso de una ballena en la Línea 12 del Metro de la Ciudad de México.

En estos meses el gobierno de la “transformación”, sólo ha dejado en claro que también ser candidato o aspirante, es peligroso, pero no de forma generalizada, sino que se vuelve más arriesgado cuando el partido no es el del Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), sino cuando el color es otro.

Al cuestionar al presidente sobre todos los ataques y muertes de los candidatos, se limitó a decir que, del sensacionalismo se pasó al amarillismo, y como ya es costumbre, desvió el tema con el pasado, “siempre han matado candidatos”, expresó, y quizá si tenga un poco de razón, pero estos muertos son de él, de este sexenio, de esta administración que él dirige y en la que, desde el día uno prometió que la inseguridad disminuiría en 6 meses.

Pero en este periodo, donde llevamos casi tres años, han muerto más, y no solo candidatos, cada día es peor la situación y el presidente lo normaliza con sus desatinados comentarios, ya ni siquiera recurre a su famosa frase de “abrazos no balazos”, porque tampoco le funcionó, ahora solo muestra su antipatía política y su falsa democracia.

El mandatario dice que actualmente hay una polarización política y lo único que le preocupa es que el próximo 6 de junio “no haya fraude”, e invita a salir a votar para que esto no suceda, ignorando sin remordimiento alguno el cuestionamiento del porqué, hay más de 80 candidatos muertos, sin duda a AMLO no le preocupa buscar estrategias para disminuir la violencia.

En lo único que podría estar de acuerdo con el presidente, es en salir a votar, y en cada sufragio honrar la memoria no solo de las candidatas y los candidatos asesinados, sino de todas las víctimas de la inseguridad, la negligencia, la corrupción y la ineptitud en la que este gobierno disfuncional tiene al país.

Hoy más que nunca tenemos que votar este 6 de junio, debemos salir y mostrar en las urnas el descontento ciudadano. Ya basta de los abusos y daños que está provocando Morena con sus falsas ideologías, caprichos e improvisaciones, a México le urge seguridad, economía y salud, no podemos seguir sin rumbo, sin dirección, sin crecimiento, llenos de muerte y destrucción.

A pocos días que concluyan las campañas políticas para las elecciones intermedias más grandes en la historia de México, se ha vivido el día a día con una intranquilidad ocasionada por las amenazas, persecuciones, intimidaciones, secuestros y ejecuciones en contra de los candidatos de todos los partidos políticos, sobre todo los de oposición.

Desde el pasado 7 de septiembre de 2020, que inició el actual proceso electoral, a la fecha van más de 80 candidatos que han perdido la vida en presencia de los militantes, o cuando se trasladaban a los puntos de reuniones para realizar su jornada electoral, o al concluir esta.

En estas campañas sangrientas que se han realizado en 31 entidades del país, tenemos a un mandatario federal indiferente, que menosprecia la muerte de los candidatos, muertes que se suman a los cientos de miles que tampoco están aquí, producto de una violencia que ha sido incapaz de contener en su calidad de Presidente de la República.

Tal vez su actitud no debería de sorprendernos, porque ya había mostrado su indiferencia ante los miles de muertos a causa de la pandemia del Covid-19; la muerte de las niñas y niños a los que les fue quitado el tratamiento contra el cáncer, o el caso más reciente, los 26 muertos por el colapso de una ballena en la Línea 12 del Metro de la Ciudad de México.

En estos meses el gobierno de la “transformación”, sólo ha dejado en claro que también ser candidato o aspirante, es peligroso, pero no de forma generalizada, sino que se vuelve más arriesgado cuando el partido no es el del Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), sino cuando el color es otro.

Al cuestionar al presidente sobre todos los ataques y muertes de los candidatos, se limitó a decir que, del sensacionalismo se pasó al amarillismo, y como ya es costumbre, desvió el tema con el pasado, “siempre han matado candidatos”, expresó, y quizá si tenga un poco de razón, pero estos muertos son de él, de este sexenio, de esta administración que él dirige y en la que, desde el día uno prometió que la inseguridad disminuiría en 6 meses.

Pero en este periodo, donde llevamos casi tres años, han muerto más, y no solo candidatos, cada día es peor la situación y el presidente lo normaliza con sus desatinados comentarios, ya ni siquiera recurre a su famosa frase de “abrazos no balazos”, porque tampoco le funcionó, ahora solo muestra su antipatía política y su falsa democracia.

El mandatario dice que actualmente hay una polarización política y lo único que le preocupa es que el próximo 6 de junio “no haya fraude”, e invita a salir a votar para que esto no suceda, ignorando sin remordimiento alguno el cuestionamiento del porqué, hay más de 80 candidatos muertos, sin duda a AMLO no le preocupa buscar estrategias para disminuir la violencia.

En lo único que podría estar de acuerdo con el presidente, es en salir a votar, y en cada sufragio honrar la memoria no solo de las candidatas y los candidatos asesinados, sino de todas las víctimas de la inseguridad, la negligencia, la corrupción y la ineptitud en la que este gobierno disfuncional tiene al país.

Hoy más que nunca tenemos que votar este 6 de junio, debemos salir y mostrar en las urnas el descontento ciudadano. Ya basta de los abusos y daños que está provocando Morena con sus falsas ideologías, caprichos e improvisaciones, a México le urge seguridad, economía y salud, no podemos seguir sin rumbo, sin dirección, sin crecimiento, llenos de muerte y destrucción.