/ lunes 7 de octubre de 2019

CEAPP inerme, y la “exigencia” de diputadas

El amago de desaparecer la Comisión Estatal de Atención y Protección a Periodistas (CEAPP) “por falta de resultados” es tan irrazonable como pretender hacer lo mismo con la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Veracruz (CEDHV), la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) o la Fiscalía General del Estado (FGE), bajo ese mismo argumento. Ese despropósito planteado por las diputadas locales Ana Míriam Ferráez Centeno (Morena), Judith Pineda Andrade (PAN) y Érika Ayala Ríos (PRI), no puede considerarse serio; menos aceptable es el señalamiento de que la Comisión incumple en la defensa de los periodistas que reciben bajísimos salarios “de tres mil pesos quincenales”, vigilancia o caso que no es atribución de esa comisión, sobre lo que únicamente corresponde intervenir a la Secretaría de Trabajo y Previsión Social. La CEAPP, su tarea, no puede ni debe ser subestimada; ha mejorado mucho en la actual etapa, y eso sólo puede atribuirse a su integración por consejeros honorables e íntegros; eso ni siquiera lo empaña que exista algún presunto malandrín del norte del estado al que debe investigarse y proceder en su contra si se comprueba que comete actos ilícitos. La Comisión tampoco es responsable de evitar que sigan cometiéndose atentados a la libertad de expresión y contra los periodistas. Su función, en esta parte, depende del cumplimiento de otras instancias; sería distinto si la CEDHV, la SSP y la FGE se aplicaran cuando existen denuncias de agresiones que se comunican cuando suceden y esos organismos activaran de inmediato los protocolos de protección. Sin embargo, eso no pasa. La SSP hace como que cumple cuando hay la petición expresa de dar seguridad a algún comunicador amenazado, y la FGE guarda las denuncias en lugar de dar prioridad a las investigaciones, esclarecer hechos y detener a los criminales; mientras que la CEDHV cuando mucho realiza recomendaciones a esas autoridades para que cumplan su responsabilidad, sin dar el debido seguimiento a éstas; si lo hiciera, habría recomendado la separación del cargo de funcionarios negligentes, y eso no ha ocurrido. En tal sentido, prácticamente inerme, sin brazos ni piernas que no los dan los insuficientes 3 mil 220 millones de pesos de presupuesto anual, poco es lo que pueda hacer la CEAPP, y esa “falta de resultados” de otros es lo único en lo que tendrían razón las diputadas.


INUNDACIONES EN EL PUERTO

En el puerto de Veracruz ya es normal que ocurran inundaciones en grado de alarma apenas se presentan lluvias intensas o prolongadas, y no precisamente porque el trazo urbano de la ciudad sea mayormente plano y los encharcamientos permanezcan un mayor tiempo antes de escurrir hacia el mar. El año pasado las inundaciones en el Centro Histórico, incluso hasta el bulevar Manuel Ávila Camacho, en colonias del norponiente de la ciudad y vialidades tan importantes como Circunvalación, Cuauhtémoc, Ignacio Allende, Salvador Díaz Mirón y Lafragua, afectaron comercios, restaurantes, hoteles y casas-habitación. La explicación es simple. Han sido pocos tramos donde han sustituido las tuberías del drenaje pluvial para colocar colectores de mayor diámetro; la ciudad está hecha de tuberías viejas instaladas hace casi un siglo por la compañía inglesa Pearson & Son que construyó las obras portuarias de Veracruz en la época porfirista, ductos que sólo se remiendan cuando se rompen y son de una medida reducida planeada para la población de esos años; éstas, además, se encuentran obstruidas por acumulamiento de arenas esparcidas por los “nortes” y a eso debe agregarse la falta de cultura de miles de ciudadanos que tiran la basura a la vía pública, vasos y platos desechables, popotes, bolsas de plástico, envases de cerveza o refresco, un grave problema que empeora por el escaso o nulo mantenimiento preventivo para desazolvar las redes pluviales; es una triste situación la del puerto en sus 500 años de fundación.

Escriba a opedro2006@gmail.com

El amago de desaparecer la Comisión Estatal de Atención y Protección a Periodistas (CEAPP) “por falta de resultados” es tan irrazonable como pretender hacer lo mismo con la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Veracruz (CEDHV), la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) o la Fiscalía General del Estado (FGE), bajo ese mismo argumento. Ese despropósito planteado por las diputadas locales Ana Míriam Ferráez Centeno (Morena), Judith Pineda Andrade (PAN) y Érika Ayala Ríos (PRI), no puede considerarse serio; menos aceptable es el señalamiento de que la Comisión incumple en la defensa de los periodistas que reciben bajísimos salarios “de tres mil pesos quincenales”, vigilancia o caso que no es atribución de esa comisión, sobre lo que únicamente corresponde intervenir a la Secretaría de Trabajo y Previsión Social. La CEAPP, su tarea, no puede ni debe ser subestimada; ha mejorado mucho en la actual etapa, y eso sólo puede atribuirse a su integración por consejeros honorables e íntegros; eso ni siquiera lo empaña que exista algún presunto malandrín del norte del estado al que debe investigarse y proceder en su contra si se comprueba que comete actos ilícitos. La Comisión tampoco es responsable de evitar que sigan cometiéndose atentados a la libertad de expresión y contra los periodistas. Su función, en esta parte, depende del cumplimiento de otras instancias; sería distinto si la CEDHV, la SSP y la FGE se aplicaran cuando existen denuncias de agresiones que se comunican cuando suceden y esos organismos activaran de inmediato los protocolos de protección. Sin embargo, eso no pasa. La SSP hace como que cumple cuando hay la petición expresa de dar seguridad a algún comunicador amenazado, y la FGE guarda las denuncias en lugar de dar prioridad a las investigaciones, esclarecer hechos y detener a los criminales; mientras que la CEDHV cuando mucho realiza recomendaciones a esas autoridades para que cumplan su responsabilidad, sin dar el debido seguimiento a éstas; si lo hiciera, habría recomendado la separación del cargo de funcionarios negligentes, y eso no ha ocurrido. En tal sentido, prácticamente inerme, sin brazos ni piernas que no los dan los insuficientes 3 mil 220 millones de pesos de presupuesto anual, poco es lo que pueda hacer la CEAPP, y esa “falta de resultados” de otros es lo único en lo que tendrían razón las diputadas.


INUNDACIONES EN EL PUERTO

En el puerto de Veracruz ya es normal que ocurran inundaciones en grado de alarma apenas se presentan lluvias intensas o prolongadas, y no precisamente porque el trazo urbano de la ciudad sea mayormente plano y los encharcamientos permanezcan un mayor tiempo antes de escurrir hacia el mar. El año pasado las inundaciones en el Centro Histórico, incluso hasta el bulevar Manuel Ávila Camacho, en colonias del norponiente de la ciudad y vialidades tan importantes como Circunvalación, Cuauhtémoc, Ignacio Allende, Salvador Díaz Mirón y Lafragua, afectaron comercios, restaurantes, hoteles y casas-habitación. La explicación es simple. Han sido pocos tramos donde han sustituido las tuberías del drenaje pluvial para colocar colectores de mayor diámetro; la ciudad está hecha de tuberías viejas instaladas hace casi un siglo por la compañía inglesa Pearson & Son que construyó las obras portuarias de Veracruz en la época porfirista, ductos que sólo se remiendan cuando se rompen y son de una medida reducida planeada para la población de esos años; éstas, además, se encuentran obstruidas por acumulamiento de arenas esparcidas por los “nortes” y a eso debe agregarse la falta de cultura de miles de ciudadanos que tiran la basura a la vía pública, vasos y platos desechables, popotes, bolsas de plástico, envases de cerveza o refresco, un grave problema que empeora por el escaso o nulo mantenimiento preventivo para desazolvar las redes pluviales; es una triste situación la del puerto en sus 500 años de fundación.

Escriba a opedro2006@gmail.com