/ martes 11 de diciembre de 2018

Coatza y Zongolica, sólo dos ejemplos de inseguridad y crisis... y los gobernantes peleando

Son dos municipios ubicados en regiones diferentes y opuestas. Uno está en la zona montañosa del estado y el otro, en la costa y junto a un caudaloso y contaminado río.

Se trata de Zongolica y Coatzacoalcos. El primero se caracteriza por sus paisajes naturales, propios de esa sierra y que vive básicamente de la agricultura. El segundo está considerado como industrial y albergó lo que en una época se llamó el emporio petroquímico más grande de América Latina.

Hoy ambos padecen de males similares: crisis económica e inseguridad. A los dos los azota la delincuencia, la falta de empleo y les urge la intervención de los gobiernos estatal y federal.

Pero en ambos lugares los alcaldes tendrían que estar tomando acciones concretas y directas para contrarrestar los efectos de la pobreza y de la inseguridad.

En Coatzacoalcos, donde gobierna el morenista Víctor Manuel Carranza, el panorama es totalmente distinto al de hace algunos años, cuando el comercio y la industria crecían, llegaba gente de otros lados a trabajar o a poner un negocio, se instalaban cadenas de hoteles y tiendas nacionales y transnacionales.

El gobierno municipal está por cumplir su primer año de gobierno y en estos 12 meses los vecinos del antiguo Puerto México han sufrido por la falta de recolección de la basura, por la escasez de agua, por el ambulantaje y por los despidos de trabajadores municipales, entre otros problemas.

A ese panorama del que no han podido salir, se agregan la inseguridad y la violencia, pues son constantes las ejecuciones, los secuestros, los levantones y los enfrentamientos a balazos.

Las víctimas siguen siendo comerciantes y empresarios, pero también médicos y maestros, dirigentes sindicales y hasta políticos. A los que se agregan jóvenes, mujeres y estudiantes.

Empresarios locales atribuyen la crisis en la que vive Coatzacoalcos a la falta de proyectos de inversión, de ahí que la sociedad porteña viva en medio de la incertidumbre económica desde hace dos años y medio, luego de la conclusión del proyecto de Etileno 21.

El panorama actual: Negocios cerrados, casas abandonadas y letreros de “Se renta”. A través de Facebook, con letreros en sus puertas o simplemente bajando las cortinas, el cierre de negocios como panaderías, hoteles, restaurantes, bares, incluso cadenas de supermercados, se han vuelto parte de la cotidianidad.

Mientras, el alcalde Víctor Carranza se suma a hacerle el caldo a su partido y a quienes encabezan el pleito con los panistas y exige que el fiscal Jorge Winkcler se vaya, cuando lo que la gente quiere es que sus gobernantes se pongan a trabajar.

Zongolica también está en problemas y así lo evidencia su alcalde, el perredista Juan Carlos Mezhua, quien trata de frenar la delincuencia y la inseguridad instalando retenes.

Según el munícipe, para seguir con el plan y proyecto de seguridad pública, el sábado pasado, acompañado de mandos militares, seguridad pública y municipal, activó la pluma de seguridad en la entrada y salida de Zongolica-Orizaba.

Es más, afirmó que la puesta en marcha y funcionamiento de las plumas de seguridad en los accesos a esa ciudad forman parte de las estrategias y planteamientos en materia de seguridad que darán mayor certidumbre a las familias.

Así quieren que venga el turismo a Veracruz y que se reactive la economía. Gobernantes, legisladores y alcaldes protagonizan pleitos contra quienes militan en partidos contrarios, mientras en el estado aumentan la inseguridad, violencia, falta de empleo y siguen cerrando empresas y comercios.

A ver cuánto tardan en darse de cuenta del grave error que están cometiendo.

Opine, comente e informe a los correos electrónicos srdonrene@gmail.com y rvalle@diariodexalapa.com.mx. Y en twitter @renedelvalleb. También puede leernos en la web site www.diariodexalapa.com.mx.

Son dos municipios ubicados en regiones diferentes y opuestas. Uno está en la zona montañosa del estado y el otro, en la costa y junto a un caudaloso y contaminado río.

Se trata de Zongolica y Coatzacoalcos. El primero se caracteriza por sus paisajes naturales, propios de esa sierra y que vive básicamente de la agricultura. El segundo está considerado como industrial y albergó lo que en una época se llamó el emporio petroquímico más grande de América Latina.

Hoy ambos padecen de males similares: crisis económica e inseguridad. A los dos los azota la delincuencia, la falta de empleo y les urge la intervención de los gobiernos estatal y federal.

Pero en ambos lugares los alcaldes tendrían que estar tomando acciones concretas y directas para contrarrestar los efectos de la pobreza y de la inseguridad.

En Coatzacoalcos, donde gobierna el morenista Víctor Manuel Carranza, el panorama es totalmente distinto al de hace algunos años, cuando el comercio y la industria crecían, llegaba gente de otros lados a trabajar o a poner un negocio, se instalaban cadenas de hoteles y tiendas nacionales y transnacionales.

El gobierno municipal está por cumplir su primer año de gobierno y en estos 12 meses los vecinos del antiguo Puerto México han sufrido por la falta de recolección de la basura, por la escasez de agua, por el ambulantaje y por los despidos de trabajadores municipales, entre otros problemas.

A ese panorama del que no han podido salir, se agregan la inseguridad y la violencia, pues son constantes las ejecuciones, los secuestros, los levantones y los enfrentamientos a balazos.

Las víctimas siguen siendo comerciantes y empresarios, pero también médicos y maestros, dirigentes sindicales y hasta políticos. A los que se agregan jóvenes, mujeres y estudiantes.

Empresarios locales atribuyen la crisis en la que vive Coatzacoalcos a la falta de proyectos de inversión, de ahí que la sociedad porteña viva en medio de la incertidumbre económica desde hace dos años y medio, luego de la conclusión del proyecto de Etileno 21.

El panorama actual: Negocios cerrados, casas abandonadas y letreros de “Se renta”. A través de Facebook, con letreros en sus puertas o simplemente bajando las cortinas, el cierre de negocios como panaderías, hoteles, restaurantes, bares, incluso cadenas de supermercados, se han vuelto parte de la cotidianidad.

Mientras, el alcalde Víctor Carranza se suma a hacerle el caldo a su partido y a quienes encabezan el pleito con los panistas y exige que el fiscal Jorge Winkcler se vaya, cuando lo que la gente quiere es que sus gobernantes se pongan a trabajar.

Zongolica también está en problemas y así lo evidencia su alcalde, el perredista Juan Carlos Mezhua, quien trata de frenar la delincuencia y la inseguridad instalando retenes.

Según el munícipe, para seguir con el plan y proyecto de seguridad pública, el sábado pasado, acompañado de mandos militares, seguridad pública y municipal, activó la pluma de seguridad en la entrada y salida de Zongolica-Orizaba.

Es más, afirmó que la puesta en marcha y funcionamiento de las plumas de seguridad en los accesos a esa ciudad forman parte de las estrategias y planteamientos en materia de seguridad que darán mayor certidumbre a las familias.

Así quieren que venga el turismo a Veracruz y que se reactive la economía. Gobernantes, legisladores y alcaldes protagonizan pleitos contra quienes militan en partidos contrarios, mientras en el estado aumentan la inseguridad, violencia, falta de empleo y siguen cerrando empresas y comercios.

A ver cuánto tardan en darse de cuenta del grave error que están cometiendo.

Opine, comente e informe a los correos electrónicos srdonrene@gmail.com y rvalle@diariodexalapa.com.mx. Y en twitter @renedelvalleb. También puede leernos en la web site www.diariodexalapa.com.mx.