/ jueves 7 de febrero de 2019

Con las abuelas no

Mi abuela nunca me cuidó, a pesar de que su hija trabajaba largas jornadas (de lunes a viernes y sábado medio día)... y mi madre en pocas ocasiones ha cuidado a sus nietas, no por falta de ganas sino porque se encontraba laborando y ahora por la distancia física que las separa.

Alguna vez intenté decirle a mi suegra que me cuidara a las niñas un par de horas para ir al cine y su hija fue la que respondió con prontitud que “su mamá no estaba para eso”. Tenía razón. También trabajaba y siempre se mantuvo activa hasta los últimos días de su vida.

Hay quienes han puesto en duda la capacidad de una abuela para cuidar a sus nietos. No es mi caso, de ninguna manera. Por supuesto que tienen sobradas habilidades para ello, lo que les puede faltar es la energía y paciencia, pero sobre todo no es su responsabilidad, es de sus hijos o hijas.

Muchas de ellas viven una etapa de paz y tranquilidad, ya pasaron por los altibajos del trabajo diario con la atención del hogar y la familia; otras se mantienen activas por necesidad o por vocación; y algunas más atraviesan difíciles momentos de enfermedad o achaques propios de la edad.

Se debe considerar también que los adultos mayores forman parte de los llamados grupos vulnerables y que, de acuerdo a jurisprudencia nacional e internacional, deben recibir una “especial protección por parte de los órganos del Estado”. En la tesis 1a. CCXXIV/2015, que por cierto contó con el voto a favor de Olga Sánchez Cordero, se pone de manifiesto que “su avanzada edad los coloca con frecuencia en una situación de dependencia familiar, discriminación e incluso abandono”.

La Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ONEA), en sus datos del segundo trimestre de 2018, establece que el porcentaje de población de 60 años o más económicamente activa es de 34.1 por ciento y casi la mitad de ese sector en México trabaja por cuenta propia.

Las estancias infantiles atendieron a un sector de la población que las guarderías privadas ni las del Seguro Social e Issste fueron capaces de satisfacer por costosas o por saturadas. La atención es buena y oportuna para los menores a partir de un año y hasta antes de la edad preescolar. En su momento, los 613 espacios en el estado de Veracruz tuvieron que atender reglas, capacitaciones, medidas de seguridad y protección civil para obtener el subsidio de 950 pesos mensuales por cada niña o niño.

Algunos de los requisitos para que pudieran estar en operación son: Certificación en Cuidado y atención Infantil, programa Interno de Protección Civil y anuencia del ayuntamiento, póliza vigente de responsabilidad civil y al responsable escolaridad mínima de Preparatoria, RFC, prueba psicométrica, documentos personales de identificación Y cada año se actualizaban los cursos de primeros auxilios y seguridad y respuesta ante emergencias.

Desaparecer de tajo todo lo que huela a corrupción es una visión miope de quienes gobiernan, las cosas que han venido funcionando, aunque sean de partidos políticos distintos, debe mantenerse y mejorarse para evitar casos de irregularidades, como las que ahora se denuncia de manera poco clara.

Y a final de cuentas, ¿por qué las autoridades federales no incluyen en su proyección a los abuelos?, ¿por qué solo cargarle la mano a la mujer? Seguramente por los estereotipos. Las mujeres son las cuidadoras, lo olvidaba.

Twitter @ydlan

Transparencia3.0@hotmail.com

Mi abuela nunca me cuidó, a pesar de que su hija trabajaba largas jornadas (de lunes a viernes y sábado medio día)... y mi madre en pocas ocasiones ha cuidado a sus nietas, no por falta de ganas sino porque se encontraba laborando y ahora por la distancia física que las separa.

Alguna vez intenté decirle a mi suegra que me cuidara a las niñas un par de horas para ir al cine y su hija fue la que respondió con prontitud que “su mamá no estaba para eso”. Tenía razón. También trabajaba y siempre se mantuvo activa hasta los últimos días de su vida.

Hay quienes han puesto en duda la capacidad de una abuela para cuidar a sus nietos. No es mi caso, de ninguna manera. Por supuesto que tienen sobradas habilidades para ello, lo que les puede faltar es la energía y paciencia, pero sobre todo no es su responsabilidad, es de sus hijos o hijas.

Muchas de ellas viven una etapa de paz y tranquilidad, ya pasaron por los altibajos del trabajo diario con la atención del hogar y la familia; otras se mantienen activas por necesidad o por vocación; y algunas más atraviesan difíciles momentos de enfermedad o achaques propios de la edad.

Se debe considerar también que los adultos mayores forman parte de los llamados grupos vulnerables y que, de acuerdo a jurisprudencia nacional e internacional, deben recibir una “especial protección por parte de los órganos del Estado”. En la tesis 1a. CCXXIV/2015, que por cierto contó con el voto a favor de Olga Sánchez Cordero, se pone de manifiesto que “su avanzada edad los coloca con frecuencia en una situación de dependencia familiar, discriminación e incluso abandono”.

La Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ONEA), en sus datos del segundo trimestre de 2018, establece que el porcentaje de población de 60 años o más económicamente activa es de 34.1 por ciento y casi la mitad de ese sector en México trabaja por cuenta propia.

Las estancias infantiles atendieron a un sector de la población que las guarderías privadas ni las del Seguro Social e Issste fueron capaces de satisfacer por costosas o por saturadas. La atención es buena y oportuna para los menores a partir de un año y hasta antes de la edad preescolar. En su momento, los 613 espacios en el estado de Veracruz tuvieron que atender reglas, capacitaciones, medidas de seguridad y protección civil para obtener el subsidio de 950 pesos mensuales por cada niña o niño.

Algunos de los requisitos para que pudieran estar en operación son: Certificación en Cuidado y atención Infantil, programa Interno de Protección Civil y anuencia del ayuntamiento, póliza vigente de responsabilidad civil y al responsable escolaridad mínima de Preparatoria, RFC, prueba psicométrica, documentos personales de identificación Y cada año se actualizaban los cursos de primeros auxilios y seguridad y respuesta ante emergencias.

Desaparecer de tajo todo lo que huela a corrupción es una visión miope de quienes gobiernan, las cosas que han venido funcionando, aunque sean de partidos políticos distintos, debe mantenerse y mejorarse para evitar casos de irregularidades, como las que ahora se denuncia de manera poco clara.

Y a final de cuentas, ¿por qué las autoridades federales no incluyen en su proyección a los abuelos?, ¿por qué solo cargarle la mano a la mujer? Seguramente por los estereotipos. Las mujeres son las cuidadoras, lo olvidaba.

Twitter @ydlan

Transparencia3.0@hotmail.com