/ jueves 12 de septiembre de 2019

Contadores en campaña

Como si se tratase de una candidatura a un puesto de elección popular, algunos aspirantes a la titularidad del Órgano de Fiscalización Superior (Orfis) del estado andan autopromoviéndose desesperadamente en las redes sociales y medios de comunicación.

Uno de los más protagonistas es Sergio Vázquez Jiménez, quien de los 62 contadores públicos que se inscribieron ante la Comisión de Vigilancia de la LXV Legislatura local es el que menos posibilidades tendría, según ha trascendido en los corrillos del Palacio Legislativo.

Y es que aparte del evidente conflicto de interés que le representa su hermano Emmanuel Vázquez Jiménez —quien en agosto del año pasado, al final de la administración del exgobernador Miguel Ángel Yunes Linares, fue designado titular del órgano de control interno del Orfis por la LXIV Legislatura local que estaba en poder del PAN—, a don Sergio se le cuestiona también por el pésimo papel que desempeñó como presidente del Comité de Participación Ciudadana del Sistema Estatal Anticorrupción en la segunda mitad del bienio yunista, además de que le imputan haber lucrado con los recursos públicos de los xalapeños por servicios amañados e irregulares que prestó en el Ayuntamiento capitalino.

Así que por más que se publicite, su mala fama es más que elocuente y ha permeado el colectivo imaginario de la sociedad veracruzana.

Quién sabe hasta dónde lo vayan a dejar avanzar, pero si lograra colarse en la terna final sería un error garrafal de los diputados que integran la Comisión de Vigilancia, ya que generarían serias sospechas que desacreditarían el proceso legislativo, pues se trata de un personaje muy cuestionado que al menos no ha explicado lo suficiente sus aciertos —si es que los tuvo— en el servicio público.

Además, con mucha astucia, desde 2005 ha venido creando despachos contables, como empresas familiares, para lucrar y ejercer presión a los diversos entes públicos.

El 20 de mayo de ese año creó el Despacho Contadores y Abogados Corporativos SC, cuya representante legal es Dolores Jacqueline Oropeza Martínez, pero como socios figuran sus hermanos María Eugenia y Emmanuel Vázquez Jiménez, actual contralor del Orfis.

El de febrero de 2011 constituyó el Corporativo CAREMM SA de CV, en el que figuran también, entre otros socios, el mismo par de hermanos.

Y el 16 de abril de 2007 creó la Consultoría Corporativa del Golfo SA de CV, colocando como comisario a Heber Johanan Balán Cáceres y en Pleitos y Cobranzas a su hermana María Eugenia Vázquez Jiménez, quien también fungía como representante legal.

¿Se imaginan si lo nombraran auditor general del Orfis? Llegaría, naturalmente a despacharse con la cuchara grande y no a servir a los veracruzanos, como ese puesto lo exige.


Como si se tratase de una candidatura a un puesto de elección popular, algunos aspirantes a la titularidad del Órgano de Fiscalización Superior (Orfis) del estado andan autopromoviéndose desesperadamente en las redes sociales y medios de comunicación.

Uno de los más protagonistas es Sergio Vázquez Jiménez, quien de los 62 contadores públicos que se inscribieron ante la Comisión de Vigilancia de la LXV Legislatura local es el que menos posibilidades tendría, según ha trascendido en los corrillos del Palacio Legislativo.

Y es que aparte del evidente conflicto de interés que le representa su hermano Emmanuel Vázquez Jiménez —quien en agosto del año pasado, al final de la administración del exgobernador Miguel Ángel Yunes Linares, fue designado titular del órgano de control interno del Orfis por la LXIV Legislatura local que estaba en poder del PAN—, a don Sergio se le cuestiona también por el pésimo papel que desempeñó como presidente del Comité de Participación Ciudadana del Sistema Estatal Anticorrupción en la segunda mitad del bienio yunista, además de que le imputan haber lucrado con los recursos públicos de los xalapeños por servicios amañados e irregulares que prestó en el Ayuntamiento capitalino.

Así que por más que se publicite, su mala fama es más que elocuente y ha permeado el colectivo imaginario de la sociedad veracruzana.

Quién sabe hasta dónde lo vayan a dejar avanzar, pero si lograra colarse en la terna final sería un error garrafal de los diputados que integran la Comisión de Vigilancia, ya que generarían serias sospechas que desacreditarían el proceso legislativo, pues se trata de un personaje muy cuestionado que al menos no ha explicado lo suficiente sus aciertos —si es que los tuvo— en el servicio público.

Además, con mucha astucia, desde 2005 ha venido creando despachos contables, como empresas familiares, para lucrar y ejercer presión a los diversos entes públicos.

El 20 de mayo de ese año creó el Despacho Contadores y Abogados Corporativos SC, cuya representante legal es Dolores Jacqueline Oropeza Martínez, pero como socios figuran sus hermanos María Eugenia y Emmanuel Vázquez Jiménez, actual contralor del Orfis.

El de febrero de 2011 constituyó el Corporativo CAREMM SA de CV, en el que figuran también, entre otros socios, el mismo par de hermanos.

Y el 16 de abril de 2007 creó la Consultoría Corporativa del Golfo SA de CV, colocando como comisario a Heber Johanan Balán Cáceres y en Pleitos y Cobranzas a su hermana María Eugenia Vázquez Jiménez, quien también fungía como representante legal.

¿Se imaginan si lo nombraran auditor general del Orfis? Llegaría, naturalmente a despacharse con la cuchara grande y no a servir a los veracruzanos, como ese puesto lo exige.


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