/ miércoles 17 de junio de 2020

Contagios en transporte, mercados, calles…

En abril pasado, cuando el conductor televisivo Javier Alatorre lanzó la frase de “ya no le hagan caso a López Gatell”, refiriéndose al llamado del subsecretario de Salud a la sociedad de quedarse en casa para evitar la propagación del Covid-19, surgieron todo tipo de expresiones, más en contra que a favor.

El asunto sólo se redujo a un débil llamado de atención de la Secretaría de Gobernación hacia el locutor, y después el implícito perdón que le otorgó el propio presidente Andrés Manuel López Obrador, quien señaló que se había equivocado su amigo Alatorre. Eso explicaría que el Ejecutivo federal insista en que las personas deben dejar el confinamiento, que la pandemia ya se domó aunque los casos de infectados y muertos sigan en un alarmante aumento todos los días, y salir a la calle implique un alto riesgo para la vida. Desde luego que el aislamiento no puede mantenerse por siempre, pero nadie en su sano juicio debe tomar esa excitativa como una indicación de que el peligro ya pasó, y menos permitir el relajamiento en las medidas preventivas que aún son necesarias.

Véase, por ejemplo, qué pasa en el transporte urbano de pasajeros: opera sin control ni vigilancia por las autoridades del ramo, y por esa razón para sus concesionarios resulta una vacilada lo de la "sana distancia"; en las unidades (mismo caso de las líneas foráneas de transporte) los usuarios viajan codo a codo, raramente sanitizan los autobuses, la inmensa mayoría de los choferes no usan cubrebocas y permiten el ascenso a personas que tampoco portan ese elemental instrumento de protección. Pasa lo mismo en los mercados locales, donde continúan las grandes concentraciones humanas en los pasillos y negocios, sin que esto mueva a la intervención de las autoridades municipales, quienes sólo se limitan a instalar retenes para impedir el acceso al centro de la ciudad, caso del puerto de Veracruz, como si eso fuera suficiente para contener la diseminación de la enfermedad. En las calles puede observarse a la gente caminar sin preocupación alguna sin los elementos indispensables para prevenir el contagio, lo cual debe inquietar a todos.

¿Quién cuida a la sociedad? La autoridad sanitaria, federal y estatal, sólo asume la responsabilidad del exhorto, pero no puede obligar a que se asuman las medidas dictadas, sólo lo deja a la voluntad de las personas. Inclusive, en países como China, España e Italia, por citar sólo ejemplos, donde han podido aplanar las curvas de contagios y tener control sobre los casos y se han ido abriendo a las actividades con ciertos límites, las noticias es de que han tenido que dar marcha atrás debido a rebrotes de la pandemia, sobre lo cual alertó la Organización Mundial de la Salud con recomendación específica para los países latinoamericanos, en especial para el gobierno de México, para alinear sus mensajes a la población y no generen confusión, como la que se presenta ahora, de pensar que el peligro ya pasó. No, todavía falta bastante para regresar a la normalidad. De cada quien depende cuidarse, o tomar ese riesgo que puede resultar en tragedia. Deben seguir extremando las precauciones, sobre todo cuando hay necesidad imperiosa de salir por comestibles o al trabajo.

ALTA AL SECUESTRO DIFIERE DE CIFRAS OFICIALES

Isabel Miranda de Wallace, presidenta de la asociación civil Alto al Secuestro, presentó ayer cifras que difieren con las que oficialmente se presentan. Por ejemplo, señaló que de abril a mayo el delito aumentó en 4.5%, aunque sí disminuyó el número de denuncias presentadas, y reveló que las autoridades de Ciudad de México, y puede pensarse que seguramente en el resto del país, catalogaron como extorsión el caso del secuestro de médicos que se mantenían privados de su libertad en un hotel de esa metrópoli. Las cifras de AS es de que los mayores casos de secuestros en mayo se presentaron en el Estado de México, Veracruz, Michoacán, Chihuahua, Morelos y la Ciudad de México. Más o menos lo mismo sucede con los feminicidios, según las denuncias de organizaciones feministas.

opedro2006@gmail.com

En abril pasado, cuando el conductor televisivo Javier Alatorre lanzó la frase de “ya no le hagan caso a López Gatell”, refiriéndose al llamado del subsecretario de Salud a la sociedad de quedarse en casa para evitar la propagación del Covid-19, surgieron todo tipo de expresiones, más en contra que a favor.

El asunto sólo se redujo a un débil llamado de atención de la Secretaría de Gobernación hacia el locutor, y después el implícito perdón que le otorgó el propio presidente Andrés Manuel López Obrador, quien señaló que se había equivocado su amigo Alatorre. Eso explicaría que el Ejecutivo federal insista en que las personas deben dejar el confinamiento, que la pandemia ya se domó aunque los casos de infectados y muertos sigan en un alarmante aumento todos los días, y salir a la calle implique un alto riesgo para la vida. Desde luego que el aislamiento no puede mantenerse por siempre, pero nadie en su sano juicio debe tomar esa excitativa como una indicación de que el peligro ya pasó, y menos permitir el relajamiento en las medidas preventivas que aún son necesarias.

Véase, por ejemplo, qué pasa en el transporte urbano de pasajeros: opera sin control ni vigilancia por las autoridades del ramo, y por esa razón para sus concesionarios resulta una vacilada lo de la "sana distancia"; en las unidades (mismo caso de las líneas foráneas de transporte) los usuarios viajan codo a codo, raramente sanitizan los autobuses, la inmensa mayoría de los choferes no usan cubrebocas y permiten el ascenso a personas que tampoco portan ese elemental instrumento de protección. Pasa lo mismo en los mercados locales, donde continúan las grandes concentraciones humanas en los pasillos y negocios, sin que esto mueva a la intervención de las autoridades municipales, quienes sólo se limitan a instalar retenes para impedir el acceso al centro de la ciudad, caso del puerto de Veracruz, como si eso fuera suficiente para contener la diseminación de la enfermedad. En las calles puede observarse a la gente caminar sin preocupación alguna sin los elementos indispensables para prevenir el contagio, lo cual debe inquietar a todos.

¿Quién cuida a la sociedad? La autoridad sanitaria, federal y estatal, sólo asume la responsabilidad del exhorto, pero no puede obligar a que se asuman las medidas dictadas, sólo lo deja a la voluntad de las personas. Inclusive, en países como China, España e Italia, por citar sólo ejemplos, donde han podido aplanar las curvas de contagios y tener control sobre los casos y se han ido abriendo a las actividades con ciertos límites, las noticias es de que han tenido que dar marcha atrás debido a rebrotes de la pandemia, sobre lo cual alertó la Organización Mundial de la Salud con recomendación específica para los países latinoamericanos, en especial para el gobierno de México, para alinear sus mensajes a la población y no generen confusión, como la que se presenta ahora, de pensar que el peligro ya pasó. No, todavía falta bastante para regresar a la normalidad. De cada quien depende cuidarse, o tomar ese riesgo que puede resultar en tragedia. Deben seguir extremando las precauciones, sobre todo cuando hay necesidad imperiosa de salir por comestibles o al trabajo.

ALTA AL SECUESTRO DIFIERE DE CIFRAS OFICIALES

Isabel Miranda de Wallace, presidenta de la asociación civil Alto al Secuestro, presentó ayer cifras que difieren con las que oficialmente se presentan. Por ejemplo, señaló que de abril a mayo el delito aumentó en 4.5%, aunque sí disminuyó el número de denuncias presentadas, y reveló que las autoridades de Ciudad de México, y puede pensarse que seguramente en el resto del país, catalogaron como extorsión el caso del secuestro de médicos que se mantenían privados de su libertad en un hotel de esa metrópoli. Las cifras de AS es de que los mayores casos de secuestros en mayo se presentaron en el Estado de México, Veracruz, Michoacán, Chihuahua, Morelos y la Ciudad de México. Más o menos lo mismo sucede con los feminicidios, según las denuncias de organizaciones feministas.

opedro2006@gmail.com