/ viernes 5 de enero de 2018

Contra el nepotismo

El nepotismo es parte de una nefasta tradición política en nuestro país. La imposición del hijo del actual gobernador de Veracruz como candidato a sucederlo se suma a la lista de funcionarios públicos de todos los colores que han dejado a hermanos, esposas, madres y demás familiares como sucesores a algún cargo público. Sin embargo, la situación en nuestro estado alcanza un nivel mayor si tomamos en cuenta que Veracruz viene de una primera transición histórica que proponía, en palabras del actual Ejecutivo, implantar una nueva manera de gobernar y terminar con el abuso de poder.

Lo anterior confirma que la peor corrupción es la de aquellos que se suponían los mejores. Ejemplo de esto es el rotundo fracaso del actual gobierno, mismo que ya ha sido documentado ampliamente. No obstante, es fundamental que como ciudadanos nos demos cuenta de las graves consecuencias que tienen en nuestra vida diaria los “comportamientos exóticos” de nuestro gobernador. Hoy en día la constante ingobernabilidad bajo la que vivimos los veracruzanos, la violencia y el nulo crecimiento económico tienen una sola razón, el nepotismo del Ejecutivo.

En Veracruz vivimos un déficit democrático. Dicho déficit ha diluido la confianza ciudadana en la clase política y por ende a debilitado el Estado de derecho. Las garantías consagradas en la ley y la capacidad de las autoridades para hacer valer dichas garantías se encuentran en entredicho. Lo cual hace aun peor las pretensiones monárquicas del gobernador, ya que ha decidido distraer la débil y limitada legitimidad de su gobierno hacia un solo objetivo, dejar a su hijo en el poder.

Tradicionalmente han sido pocos los actores políticos que se han dedicado a promover la cultura del servicio público como medio de crecimiento político. Son estos actores los que ahora más que nunca están llamados a generar la cohesión social necesaria para contrarrestar a los comportamientos exóticos del actual gobierno. Es fundamental tener en cuenta el daño constante que nos genera como sociedad el nepotismo. No se puede considerar como una opción viable la sucesión familiar. Mi voto será desde ahora contra la monarquía, creyendo sinceramente como dice un gran amigo que la decencia también puede aspirar a ser gobierno en Veracruz.

@samuelferrerm

El nepotismo es parte de una nefasta tradición política en nuestro país. La imposición del hijo del actual gobernador de Veracruz como candidato a sucederlo se suma a la lista de funcionarios públicos de todos los colores que han dejado a hermanos, esposas, madres y demás familiares como sucesores a algún cargo público. Sin embargo, la situación en nuestro estado alcanza un nivel mayor si tomamos en cuenta que Veracruz viene de una primera transición histórica que proponía, en palabras del actual Ejecutivo, implantar una nueva manera de gobernar y terminar con el abuso de poder.

Lo anterior confirma que la peor corrupción es la de aquellos que se suponían los mejores. Ejemplo de esto es el rotundo fracaso del actual gobierno, mismo que ya ha sido documentado ampliamente. No obstante, es fundamental que como ciudadanos nos demos cuenta de las graves consecuencias que tienen en nuestra vida diaria los “comportamientos exóticos” de nuestro gobernador. Hoy en día la constante ingobernabilidad bajo la que vivimos los veracruzanos, la violencia y el nulo crecimiento económico tienen una sola razón, el nepotismo del Ejecutivo.

En Veracruz vivimos un déficit democrático. Dicho déficit ha diluido la confianza ciudadana en la clase política y por ende a debilitado el Estado de derecho. Las garantías consagradas en la ley y la capacidad de las autoridades para hacer valer dichas garantías se encuentran en entredicho. Lo cual hace aun peor las pretensiones monárquicas del gobernador, ya que ha decidido distraer la débil y limitada legitimidad de su gobierno hacia un solo objetivo, dejar a su hijo en el poder.

Tradicionalmente han sido pocos los actores políticos que se han dedicado a promover la cultura del servicio público como medio de crecimiento político. Son estos actores los que ahora más que nunca están llamados a generar la cohesión social necesaria para contrarrestar a los comportamientos exóticos del actual gobierno. Es fundamental tener en cuenta el daño constante que nos genera como sociedad el nepotismo. No se puede considerar como una opción viable la sucesión familiar. Mi voto será desde ahora contra la monarquía, creyendo sinceramente como dice un gran amigo que la decencia también puede aspirar a ser gobierno en Veracruz.

@samuelferrerm