/ jueves 21 de marzo de 2019

Crímenes políticos del siglo pasado sin aclarar

De los crímenes políticos que durante el siglo pasado ensangrentaron la historia patria, uno de los más recordados es el del presidente Francisco I. Madero, cuyo encarcelamiento y fusilamiento, al igual que el del vicepresidente José Maria Pino Suarez, se atribuyeron al “Chacal”, general Victoriano Huerta, quien pudo por poco tiempo asumir la presidencia de México. Otros asesinatos notables fueron los de Francisco Villa, en el norte, y Emiliano Zapata, en el sur, los dos líderes de la revolución e impulsores de la lucha agraria.

El presidente y autor de la Constitución Política de 1917, general Venustiano Carranza, también fue sacrificado en un proditorio crimen en la hacienda de Cuatro Ciénegas, Coahuila, y quien lo sucedió en el poder, el general Álvaro Obregón, después de ganar memorables batallas, también fue asesinado a traición, cuando se disponía a comer en el restaurante La Bombilla de la Ciudad de México.

Aunque los autores materiales de todos esos crímenes fueron identificados, encarcelados y muertos, los autores intelectuales fueron protegidos y encubiertos ya que nunca se supo a ciencia cierta sobre su participación en los abominables asesinatos. Salvo del general Álvaro Obregón, cuya muerte se atribuyó al general Calles y era vox populi que para consolidar su poder, Calles ordenó la muerte de Obregón.

El general Plutarco Elías Calles, presidente de México y fundador del PNR, antecesor del PRM y éste a su vez del PRI, salvó su vida al haber obedecido el exilio que le ordenó su sucesor, el general Lázaro Cárdenas del Río, quien no soportó las intromisiones de Calles en su gobierno, pues fueron sus aliados quienes se encargaron de correr la voz de que “el Presidente está en Los Pinos y el que gobierna enfrente” en alusión al despacho desde donde Calles jugaba las contras al michoacano.

El día de mañana se cumplirá el 25 aniversario del crimen del licenciado Luis Donaldo Colosio Murrieta, ocurrido en plena campaña política como abanderado del PRI, arteramente asesinado el día 23 de marzo de 1994, al término de un mitin celebrado en la colonia Lomas Taurinas de la ciudad fronteriza de Tijuana, Baja California, cuya autoría material fue atribuida a Mario Aburto, quien se encuentra privado de su libertad y purgando una condena en el penal del Altiplano, antes Almoloya de Juárez. De este acontecimiento habremos de comentar el día de mañana.

De los crímenes políticos que durante el siglo pasado ensangrentaron la historia patria, uno de los más recordados es el del presidente Francisco I. Madero, cuyo encarcelamiento y fusilamiento, al igual que el del vicepresidente José Maria Pino Suarez, se atribuyeron al “Chacal”, general Victoriano Huerta, quien pudo por poco tiempo asumir la presidencia de México. Otros asesinatos notables fueron los de Francisco Villa, en el norte, y Emiliano Zapata, en el sur, los dos líderes de la revolución e impulsores de la lucha agraria.

El presidente y autor de la Constitución Política de 1917, general Venustiano Carranza, también fue sacrificado en un proditorio crimen en la hacienda de Cuatro Ciénegas, Coahuila, y quien lo sucedió en el poder, el general Álvaro Obregón, después de ganar memorables batallas, también fue asesinado a traición, cuando se disponía a comer en el restaurante La Bombilla de la Ciudad de México.

Aunque los autores materiales de todos esos crímenes fueron identificados, encarcelados y muertos, los autores intelectuales fueron protegidos y encubiertos ya que nunca se supo a ciencia cierta sobre su participación en los abominables asesinatos. Salvo del general Álvaro Obregón, cuya muerte se atribuyó al general Calles y era vox populi que para consolidar su poder, Calles ordenó la muerte de Obregón.

El general Plutarco Elías Calles, presidente de México y fundador del PNR, antecesor del PRM y éste a su vez del PRI, salvó su vida al haber obedecido el exilio que le ordenó su sucesor, el general Lázaro Cárdenas del Río, quien no soportó las intromisiones de Calles en su gobierno, pues fueron sus aliados quienes se encargaron de correr la voz de que “el Presidente está en Los Pinos y el que gobierna enfrente” en alusión al despacho desde donde Calles jugaba las contras al michoacano.

El día de mañana se cumplirá el 25 aniversario del crimen del licenciado Luis Donaldo Colosio Murrieta, ocurrido en plena campaña política como abanderado del PRI, arteramente asesinado el día 23 de marzo de 1994, al término de un mitin celebrado en la colonia Lomas Taurinas de la ciudad fronteriza de Tijuana, Baja California, cuya autoría material fue atribuida a Mario Aburto, quien se encuentra privado de su libertad y purgando una condena en el penal del Altiplano, antes Almoloya de Juárez. De este acontecimiento habremos de comentar el día de mañana.