/ miércoles 17 de junio de 2020

¿Cuál fue el propósito de la visita presidencial?

Gran expectativa causó el anuncio de la visita del presidente López Obrador a tierras veracruzanas, donde acompañado del gobernador y mandos militares se reunió con altos mandos del Ejército y la Marina para revisar la incidencia delictiva que en los últimos meses ha generado temor en la población de la entidad.

Veracruz, al igual que las 31 entidades federativas restantes, enfrenta el flagelo de la violencia en contra de mujeres, niños, adolescentes y adultos, víctimas de bandas criminales y del hampa que no respetan edad, sexo o condición humana, y en muchos de los casos las víctimas han sido torturadas, violadas y sometidas a toda clase de tormentos.

Las disposiciones tanto del Código Penal Federal como del Código Nacional de Procedimientos Penales serían efectivas si no fueran aplicadas mañosamente por algunos abogados, jueces y fiscales, que son los responsables de que no se den los resultados esperados para enfrentar la cambiante realidad social mediante un correctivo en prisión; de nada sirve que las fuerzas de seguridad cumplan con la detención de los delincuentes y su puesta a disposición de los fiscales si después se pone en libertad bajo cualquier pretexto a delincuentes reincidentes.

Atrás quedó la doctrina que basaba la responsabilidad de los delitos únicamente en la “autoría y participación”. Ahora la nueva normatividad determina que en cada caso se debe identificar al autor material, al intelectual y a sus cómplices, atendiendo al principio jurídico que establece “nullum crimen, nulla poena sine lege”, que significa que no hay delito sin ley y no hay pena si no está establecida en la ley. La modernización impuesta por el nuevo sistema penal está frenada y no avanza, como la puerta negra, por tres candados: 1.- Representado por la corrupción. 2.- El que representa la impunidad. 3.- El influyentismo.

El peregrinar por todo el territorio nacional del presidente López Obrador ha sido cuestionado por considerarse una campaña permanente en favor del gobierno de la 4T, con un año de anticipación a las elecciones federales de 2021. Sería bueno que se dieran a conocer la evaluación, acuerdos y disposiciones que se dictaron en la reunión de seguridad que presidió el jefe del Ejecutivo federal para borrar el tinte político que se ha dado a ese foro en favor del partido Morena.

Gran expectativa causó el anuncio de la visita del presidente López Obrador a tierras veracruzanas, donde acompañado del gobernador y mandos militares se reunió con altos mandos del Ejército y la Marina para revisar la incidencia delictiva que en los últimos meses ha generado temor en la población de la entidad.

Veracruz, al igual que las 31 entidades federativas restantes, enfrenta el flagelo de la violencia en contra de mujeres, niños, adolescentes y adultos, víctimas de bandas criminales y del hampa que no respetan edad, sexo o condición humana, y en muchos de los casos las víctimas han sido torturadas, violadas y sometidas a toda clase de tormentos.

Las disposiciones tanto del Código Penal Federal como del Código Nacional de Procedimientos Penales serían efectivas si no fueran aplicadas mañosamente por algunos abogados, jueces y fiscales, que son los responsables de que no se den los resultados esperados para enfrentar la cambiante realidad social mediante un correctivo en prisión; de nada sirve que las fuerzas de seguridad cumplan con la detención de los delincuentes y su puesta a disposición de los fiscales si después se pone en libertad bajo cualquier pretexto a delincuentes reincidentes.

Atrás quedó la doctrina que basaba la responsabilidad de los delitos únicamente en la “autoría y participación”. Ahora la nueva normatividad determina que en cada caso se debe identificar al autor material, al intelectual y a sus cómplices, atendiendo al principio jurídico que establece “nullum crimen, nulla poena sine lege”, que significa que no hay delito sin ley y no hay pena si no está establecida en la ley. La modernización impuesta por el nuevo sistema penal está frenada y no avanza, como la puerta negra, por tres candados: 1.- Representado por la corrupción. 2.- El que representa la impunidad. 3.- El influyentismo.

El peregrinar por todo el territorio nacional del presidente López Obrador ha sido cuestionado por considerarse una campaña permanente en favor del gobierno de la 4T, con un año de anticipación a las elecciones federales de 2021. Sería bueno que se dieran a conocer la evaluación, acuerdos y disposiciones que se dictaron en la reunión de seguridad que presidió el jefe del Ejecutivo federal para borrar el tinte político que se ha dado a ese foro en favor del partido Morena.