/ miércoles 24 de marzo de 2021

Cuidado con la tercera ola

A estas alturas se ha aplicado la primera dosis de la vacuna contra el coronavirus, inicialmente la de Pfizer pero también ya se aplican la de otros laboratorios, de hecho ya salió la primera remesa de la vacuna de AstraZeneca embasada en Querétaro y ya se tienen programadas las vacunas chinas para algunas delegaciones de la Ciudad de México.

Sin embargo, el ritmo de vacunación, a excepción de algunos sectores de los servicios médicos encargados de la atención de pacientes de Covid, que ya han alcanzado la segunda dosis, la mayoría apenas tenemos la primera aplicación, que no da el total de protección contra el virus, pues esto se logra hasta después de la segunda dosis y pasados 40 o 50 días, una vez que el sistema inmunológico haya generado la cantidad mínima necesaria de anticuerpos para defendernos y como el ritmo de la aplicación de vacunas ha ido lento, primero por la llegada fraccionada de las vacunas y por cuestiones de organización y logística, que apenas está tomando su ritmo, el porcentaje de personas vacunadas es muy bajo en todo el país.

El pasado fin de semana estuve en el puerto de Veracruz y me di cuenta que en los hoteles, plazas y restaurantes están cumpliendo con los protocolos básicos para mantener bajo el riesgo de contagio, con mesas separadas en los restaurantes y toma de temperatura con aplicación de gel antibacterial, además de la exigencia de uso constante de cubrebocas, sin embargo, me encontré con mucha gente local y turistas que en la calle caminaban sin ponerse el cubrebocas y sin tomar las medidas de distancia necesarias, y viendo imágenes en los medios de comunicación es notorio que aún hay muchas personas que deambulan por las calles sin tomar en serio todas las medidas precautorias, tanto para no infectarse como para ser los vectores de contagio. Por otra parte, he escuchado a muchas personas que aún siguen dudando vacunarse ante tanta noticia falsa que se propaga, principalmente, en las redes sociales.

Lo anterior debe ser un llamado de atención para que en las próximas vacaciones, que están a punto de iniciar, tomemos conciencia y disciplina para comportarnos y conducirnos en las calles y los centros vacacionales, aun cuando ya se ha permitido la apertura de playas, albercas y centros de diversión, pues basta con una persona que esté contagiada de manera asintomática, para que el virus se propague de manera masiva y de nueva cuenta se tenga que regresar a las medidas extremas de cerrar negocios, plazas comerciales, restaurantes y se restrinja el libre tránsito por otro largo tiempo, con las consecuencias económicas que recién acabamos de pasar y que nos mantienen en números rojos, tanto en el bolsillo como en el flujo de dinero, con grandes dificultades para poder iniciar la recuperación. Debemos voltear a ver lo que está sucediendo en Europa, especialmente en Francia, donde la llamada tercera ola está golpeando de nuevo a la sociedad, saturando hospitales, incrementándose de nuevo la mortandad y las secuelas de la enfermedad en quienes se han librado de la muerte.

A estas alturas se ha aplicado la primera dosis de la vacuna contra el coronavirus, inicialmente la de Pfizer pero también ya se aplican la de otros laboratorios, de hecho ya salió la primera remesa de la vacuna de AstraZeneca embasada en Querétaro y ya se tienen programadas las vacunas chinas para algunas delegaciones de la Ciudad de México.

Sin embargo, el ritmo de vacunación, a excepción de algunos sectores de los servicios médicos encargados de la atención de pacientes de Covid, que ya han alcanzado la segunda dosis, la mayoría apenas tenemos la primera aplicación, que no da el total de protección contra el virus, pues esto se logra hasta después de la segunda dosis y pasados 40 o 50 días, una vez que el sistema inmunológico haya generado la cantidad mínima necesaria de anticuerpos para defendernos y como el ritmo de la aplicación de vacunas ha ido lento, primero por la llegada fraccionada de las vacunas y por cuestiones de organización y logística, que apenas está tomando su ritmo, el porcentaje de personas vacunadas es muy bajo en todo el país.

El pasado fin de semana estuve en el puerto de Veracruz y me di cuenta que en los hoteles, plazas y restaurantes están cumpliendo con los protocolos básicos para mantener bajo el riesgo de contagio, con mesas separadas en los restaurantes y toma de temperatura con aplicación de gel antibacterial, además de la exigencia de uso constante de cubrebocas, sin embargo, me encontré con mucha gente local y turistas que en la calle caminaban sin ponerse el cubrebocas y sin tomar las medidas de distancia necesarias, y viendo imágenes en los medios de comunicación es notorio que aún hay muchas personas que deambulan por las calles sin tomar en serio todas las medidas precautorias, tanto para no infectarse como para ser los vectores de contagio. Por otra parte, he escuchado a muchas personas que aún siguen dudando vacunarse ante tanta noticia falsa que se propaga, principalmente, en las redes sociales.

Lo anterior debe ser un llamado de atención para que en las próximas vacaciones, que están a punto de iniciar, tomemos conciencia y disciplina para comportarnos y conducirnos en las calles y los centros vacacionales, aun cuando ya se ha permitido la apertura de playas, albercas y centros de diversión, pues basta con una persona que esté contagiada de manera asintomática, para que el virus se propague de manera masiva y de nueva cuenta se tenga que regresar a las medidas extremas de cerrar negocios, plazas comerciales, restaurantes y se restrinja el libre tránsito por otro largo tiempo, con las consecuencias económicas que recién acabamos de pasar y que nos mantienen en números rojos, tanto en el bolsillo como en el flujo de dinero, con grandes dificultades para poder iniciar la recuperación. Debemos voltear a ver lo que está sucediendo en Europa, especialmente en Francia, donde la llamada tercera ola está golpeando de nuevo a la sociedad, saturando hospitales, incrementándose de nuevo la mortandad y las secuelas de la enfermedad en quienes se han librado de la muerte.

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