Ayer, en Coatzacoalcos, el gobernador Cuitláhuac García Jiménez, puso en marcha el programa ‘Unidos para la Construcción de la Paz’ que no solamente refuerza la presencia (y debe pensarse que también la vigilancia) de las fuerzas públicas del orden, también dar soporte a la construcción de una mejor sociedad, basada en cuatro ejes: atención al campo, los jóvenes, el fortalecimiento de la Policía Estatal y la coordinación con las fuerzas federales, con la participación de los tres órdenes de gobierno, y principalmente Ejército, Marina y la Policía Federal, en apoyo a las policías estatal y municipales. Es un buen plan que puede funcionar a mediano plazo, dos años como mínimo, para comenzar a dar resultados en la disminución de los índices delictivos, concretamente los de alto impacto, los que más aterran a los ciudadanos: homicidios y secuestros, sobre todo en Coatzacoalcos que sufre el azote de las bandas criminales que han pintado de rojo toda esa zona. Dar estímulos a los policías para que se capaciten, es una decisión inteligente, sin duda, no los exponen a las extorciones y complicidad con las mafias, aunque también siempre habrá policías corruptos. Dijo algo más el gobernador: “ha llegado el cambio, y la percepción de inseguridad de la zona sur va a cambiar, irá disminuyendo”. Es rebatible esa afirmación, no sólo es percepción, es una triste realidad que viven los municipios del sur del estado con ejecuciones diarias, secuestros a granel y violencia extrema contra las mujeres y niños. ¿Eso esperaban escuchar los empresarios, medios de comunicación y sociedad civil? Seguramente que tenían otras expectativas, de crear unidades policiales especializadas de respuesta rápida o crear polígonos de alto riesgo con medidas preventivas que incluyan alarmas directas a las corporaciones de auxilio, en fin, remedios para ese gran mal que es la inseguridad. Lo dicho por el jefe del Ejecutivo no tranquiliza ni puede ser suficiente para una sociedad urgida de que su autoridad la proteja de los apetitos insaciables de los criminales. Sólo eso, no más: protección, dar seguridad en vidas y bienes a la población, y es apenas lo necesario que deben exigir los pobladores, y la autoridad lo mínimo que debe garantizar.
NO IBAN A PASAR AMÉRICO, NI SILVIO NI TOMÁS
+++Es muy probable que el ex presidente estatal priista, Américo Zúñiga Martínez, y el ex director de Rescate de Espacios Públicos de la que fuera Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (SEDATU), Silvio Lagos Galindo, se hayan enterado de que no iban a pasar el filtro del Congreso como prospectos a magistrados en el Poder Judicial del estado, y eso hizo que el primero declinara públicamente en su cuenta de Twitter, y el otro retiró su expediente y su nombre no apareció en la lista de los 433, aunque el ex delegado de Migración, Tomás Carrillo Sánchez, se mantuvo firme en esa aspiración, que es legítima. El Congreso afinó filtros para asegurar que esos aspirantes cubran los requisitos de ley y cuenten con experiencia y trayectoria intachable. Lo que trascendió es que ellos no pasarían, con todo y su promotor y la supuesta reunión con Cuitláhuac García Jiménez. Sería esta la primera vez en la historia que se realice un proceso de elección de magistrados sin favores políticos; eso se dice, habrá que esperar, pues en política, por lo regular una cosa se dice y se hace otra. Además, los diputados tienen mucha tela de dónde cortar, la lista es extensa y hay muchos aspirantes para ocupar magistraturas, aunque pocos, muy pocos, con atributos para desempeñar esa alta responsabilidad.
Escriba a opedro2006@gmail.com
