/ lunes 24 de febrero de 2020

De arriba hacia abajo

Andrés Manuel manifestó como candidato y ahora como presidente de la República: “Vamos a barrer de corrupción al gobierno; lo haremos de arriba para abajo, y voy a ser el ejemplo, cero corrupción e impunidad, tratase de quien se trate, aunque sean mis amigos, mis compañeros de lucha, los que llevan conmigo cuarenta años luchando, aunque se trate de mis familiares.

La lucha contra la corrupción se da con el ejemplo, por ello quien cometa una ilegalidad y un acto de corrupción será castigado”.

Dejó claro: La pobreza de millones de mexicanos acabará cuando se termine la corrupción. Citó: La corrupción no se realiza de abajo hacia arriba, el problema es de arriba, ahí es donde se da el mal ejemplo, por eso iniciamos de arriba.

Se requiere honestidad y austeridad; con ello acabaremos con la corrupción.

Este es el discurso, el arma de la Cuarta Transformación, eso fue lo que convenció a millones de mexicanos de que Andrés Manuel era la mejor opción, su elección lo posicionó como uno de los presidentes con el mayor poder político de los últimos años, comparable a los del hegemónico PRI.

¿Pero cómo podemos saber si la lucha contra la corrupción es exitosa?; no existe ningún aparato que la mida, la única forma es a través del pueblo, de las organizaciones y asociaciones, ¿pero ellos cómo saben?, no lo saben, conocerán quizá parcialidades.

La única forma de medirla es a través de la percepción, es decir qué veo y cómo la veo.

Percepción: Es una función que le posibilita al organismo recibir, procesar e interpretar información que llega desde el exterior valiéndose de los sentidos.

Entonces es algo que el individuo percibe en su vida diaria, porque habrá que decir que la corrupción está por todas partes, desde dar un lugar en una fila a cambio de algo, hasta otorgar un concurso de muchos millones a un sujeto que no lo merezca.

Entonces tenemos que definir la corrupción:

El investigador mexicano David Arellano Gault la define como: “El abuso de la posición organizacional para obtener beneficios de manera ilegítima”.

Estamos pues ante el hecho que personas obtienen beneficios porque tienen una posición que se los permite.

Desde luego este silogismo aplica tanto al sector privado como al público, seguramente de quien más se percibe es el del sector público.

En México el primer corrupto fue Hernán Cortez, primero cuando se autonombra jefe de la plaza de Veracruz, y segundo con el tesoro de Moctezuma él se llevo la mayor parte, algo sus capitanes, lo menos a la tropa, a esta solo que le tocaran los residuos.

Transparencia Mexicana ONG dedicada a estudiar estos hechos, cita que los mexicanos perciben menos corrupción; uno de cada tres tuvo que pagar sobornos, 34% de los encuestados.

En la edición 2019 del Barómetro de la Corrupción de Transparencia Internacional, cita que nueve de cada diez mexicanos señalan que la corrupción sigue siendo un problema para el país, aunque percibieron cambios positivos en comparación con años anteriores; 21% de la población encuestada consideró que había disminuido en los últimos doce meses.

Lo anterior confirma que México avanzo ocho lugares en el Índice de Percepción, de Transparencia Internacional, al ubicarse en el lugar 130 (en el 2018 tenía el 138) de acuerdo con los niveles percibidos del sector público, en opinión de expertos y empresarios.

Se detuvo la caída que durante cinco años seguidos se tuvo con la administración de Enrique Peña Nieto, actualmente se ubica con países como Guinea, Laos, Maldivas Myanmar y Togo; Brasil. El Salvador y Bolivia tienen mejor percepción.

En el discurso AMLO ha cumplido, en los hechos han sido generales, como disminución de sueldos, eliminación de plazas y otros.

Esperamos que actúe, los resultados de auditorías practicadas a la Conade, donde se determinaron desviaciones por 52 millones pendientes de solventar, fueron encontradas facturas apócrifas y otros gastos sin comprobante, veremos que pasa.

Qué decir de los informes del auditor superior de la Federación, David Vázquez Colmenares, del último año de la administración de Peña Nieto, donde señala que están pendiente de solventar 50 mil 944 millones de pesos y por parte de los estados y municipios en el gasto federalizado 144 mil 430 millones de pesos.

¿Esta corrupción es grande o chiquita será solventada?, difícilmente lo sabremos porque en esta materia todo es despacio, lleno de procedimientos que cuando se terminan, nadie, pero nadie se acuerda de ella.

En Veracruz en materia de lucha anticorrupción se ha avanzado, se pretende combatirlo, esto se logra si hay voluntad política, lo ha expresado el gobernador Cuitláhuac García Jiménez, seguramente atendiendo las políticas del Ejecutivo federal.

He leído con detenimiento los mensajes del Dr. José Emilio Cárdenas Escoboza y puedo asegurar que conceptualmente no tienen desperdicio y está bien enterado de lo que pasa en el estado.

Ojalá se aterricen las tesis simples y sencillas del Presidente que para acabar con la corrupción se debe ser honrado, austero, desde arriba, para ser ejemplo para los de abajo. Eso tan simple podría acabar con la impunidad, cuando los funcionarios medios o bajos se den cuenta que son otros tiempos.

Falta mucho para que Veracruz sea el “Granero y Yunque de México”, o bien “Contra Veracruz nunca tendremos Razón”.

Andrés Manuel manifestó como candidato y ahora como presidente de la República: “Vamos a barrer de corrupción al gobierno; lo haremos de arriba para abajo, y voy a ser el ejemplo, cero corrupción e impunidad, tratase de quien se trate, aunque sean mis amigos, mis compañeros de lucha, los que llevan conmigo cuarenta años luchando, aunque se trate de mis familiares.

La lucha contra la corrupción se da con el ejemplo, por ello quien cometa una ilegalidad y un acto de corrupción será castigado”.

Dejó claro: La pobreza de millones de mexicanos acabará cuando se termine la corrupción. Citó: La corrupción no se realiza de abajo hacia arriba, el problema es de arriba, ahí es donde se da el mal ejemplo, por eso iniciamos de arriba.

Se requiere honestidad y austeridad; con ello acabaremos con la corrupción.

Este es el discurso, el arma de la Cuarta Transformación, eso fue lo que convenció a millones de mexicanos de que Andrés Manuel era la mejor opción, su elección lo posicionó como uno de los presidentes con el mayor poder político de los últimos años, comparable a los del hegemónico PRI.

¿Pero cómo podemos saber si la lucha contra la corrupción es exitosa?; no existe ningún aparato que la mida, la única forma es a través del pueblo, de las organizaciones y asociaciones, ¿pero ellos cómo saben?, no lo saben, conocerán quizá parcialidades.

La única forma de medirla es a través de la percepción, es decir qué veo y cómo la veo.

Percepción: Es una función que le posibilita al organismo recibir, procesar e interpretar información que llega desde el exterior valiéndose de los sentidos.

Entonces es algo que el individuo percibe en su vida diaria, porque habrá que decir que la corrupción está por todas partes, desde dar un lugar en una fila a cambio de algo, hasta otorgar un concurso de muchos millones a un sujeto que no lo merezca.

Entonces tenemos que definir la corrupción:

El investigador mexicano David Arellano Gault la define como: “El abuso de la posición organizacional para obtener beneficios de manera ilegítima”.

Estamos pues ante el hecho que personas obtienen beneficios porque tienen una posición que se los permite.

Desde luego este silogismo aplica tanto al sector privado como al público, seguramente de quien más se percibe es el del sector público.

En México el primer corrupto fue Hernán Cortez, primero cuando se autonombra jefe de la plaza de Veracruz, y segundo con el tesoro de Moctezuma él se llevo la mayor parte, algo sus capitanes, lo menos a la tropa, a esta solo que le tocaran los residuos.

Transparencia Mexicana ONG dedicada a estudiar estos hechos, cita que los mexicanos perciben menos corrupción; uno de cada tres tuvo que pagar sobornos, 34% de los encuestados.

En la edición 2019 del Barómetro de la Corrupción de Transparencia Internacional, cita que nueve de cada diez mexicanos señalan que la corrupción sigue siendo un problema para el país, aunque percibieron cambios positivos en comparación con años anteriores; 21% de la población encuestada consideró que había disminuido en los últimos doce meses.

Lo anterior confirma que México avanzo ocho lugares en el Índice de Percepción, de Transparencia Internacional, al ubicarse en el lugar 130 (en el 2018 tenía el 138) de acuerdo con los niveles percibidos del sector público, en opinión de expertos y empresarios.

Se detuvo la caída que durante cinco años seguidos se tuvo con la administración de Enrique Peña Nieto, actualmente se ubica con países como Guinea, Laos, Maldivas Myanmar y Togo; Brasil. El Salvador y Bolivia tienen mejor percepción.

En el discurso AMLO ha cumplido, en los hechos han sido generales, como disminución de sueldos, eliminación de plazas y otros.

Esperamos que actúe, los resultados de auditorías practicadas a la Conade, donde se determinaron desviaciones por 52 millones pendientes de solventar, fueron encontradas facturas apócrifas y otros gastos sin comprobante, veremos que pasa.

Qué decir de los informes del auditor superior de la Federación, David Vázquez Colmenares, del último año de la administración de Peña Nieto, donde señala que están pendiente de solventar 50 mil 944 millones de pesos y por parte de los estados y municipios en el gasto federalizado 144 mil 430 millones de pesos.

¿Esta corrupción es grande o chiquita será solventada?, difícilmente lo sabremos porque en esta materia todo es despacio, lleno de procedimientos que cuando se terminan, nadie, pero nadie se acuerda de ella.

En Veracruz en materia de lucha anticorrupción se ha avanzado, se pretende combatirlo, esto se logra si hay voluntad política, lo ha expresado el gobernador Cuitláhuac García Jiménez, seguramente atendiendo las políticas del Ejecutivo federal.

He leído con detenimiento los mensajes del Dr. José Emilio Cárdenas Escoboza y puedo asegurar que conceptualmente no tienen desperdicio y está bien enterado de lo que pasa en el estado.

Ojalá se aterricen las tesis simples y sencillas del Presidente que para acabar con la corrupción se debe ser honrado, austero, desde arriba, para ser ejemplo para los de abajo. Eso tan simple podría acabar con la impunidad, cuando los funcionarios medios o bajos se den cuenta que son otros tiempos.

Falta mucho para que Veracruz sea el “Granero y Yunque de México”, o bien “Contra Veracruz nunca tendremos Razón”.