/ domingo 27 de septiembre de 2020

¿De Xalapa saldrá candidato a gobernador?

Quien desee ser gobernador de Veracruz en 2024 primero tendrá que ser candidato y triunfar en las elecciones de 2021, plantean ortodoxos de la política.

Lo anterior dependerá finalmente de las circuntancias del momento de cada organización política.

Por lo pronto se habla que está quedando más firme la posible alianza del PRI con el PRD para las elecciones de 2021.

No les queda de otra, esa alianza es necesaria para ambos dada su situación de caída en los votos. Si quieren tener triunfos deben juntarse.

Pero no han podido atraer al PAN, que en una lógica práctica -en la que no importan ideologías sino la sobrevivencia y la aspiración de ganarle al enemigo fuerte, en este caso Morena- debería formar parte también de esa alianza opositora.

Por lo mientras PRI y PRD avanzan en sus pláticas, con la idea, uno, de ganar algunas ciudades medias e incluso hasta Xalapa, y el otro alejar la posibilidad de perder el registro.

Ya que se menciona a Xalapa, puede suponerse que de la capital y de Veracruz, si las ganan, podrían salir los candidatos del PRI y del PAN a la gubernatura.

Por ahora, en el PRI, solo Héctor Yunes ha levantado la mano para decir que buscará la gubernatura en 2024, pero en su momento saldrán a la luz pública otros aspirantes y de ganar el priismo la alcaldía xalapeña, quien despache en el palacio municipal se convertirá casi en automático en prospecto a ser candidato gobernador.

Lo mismo puede decirse de Acción Nacional y quien sea su alcalde en Veracruz, si retienen esa presidencia municipal.

Pero decíamos que la ortodoxia política exige un triunfo en las elecciones del próximo año para llegar con aureola de ganador al 2024.

¿Qué planes, en el PRI, tendrán en ese sentido Héctor Yunes y Pepe Yunes? ¿Buscarán ser candidatos a diputados por la vía del voto directo o por el camino plurinominal? Un triunfo próximo terminaría de arroparlos, pero cada quien sabe su cuento.

Por lo que respecta a Morena, los locales andan con desconcierto luego de lo expresado por el gobernador, hace unos días, en el sentido de que sus colaboradores, a los que volvió a darles buena calificación, lo acompañarán hasta el final de su mandato.

Varios ya se veían como candidatos a alcaldes o diputados (al menos uno pensando en la sucesión) y de repente les metió freno.

Lo dicho por el gobernador Cuitláhuac García es interpretado como otra muestra de cortesía y deferencia para la secretaria de Energía, Rocío Nahle, a quien, en este momento, se ve muy difícil que alguien se le atraviese en su camino de ser candidata a gobernadora por el Movimiento de Regeneración Nacional.

Sorprendieron las palabras de ayer del presidente López Obrador, cuando en la ciudad de Veracruz, bastión de los Yunes azules, le manifestó al alcalde Fernando Yunes Márquez que aun cuando sabe que hay diferencias políticas deben trabajar juntos por el pueblo.

Ya era mucho que fuera invitado, aunque en un acto oficial realizado en el puerto se hubiera visto mal que no estuviera; en dado caso se esperaban palabras presidenciales de reproche indirecto, como ha sucedido en otros casos, pero fue todo lo contrario.

Mientras tanto, al término de la reunión encabezada por el Presidente, el Ayuntamiento de Veracruz emitió un comunicado en términos muy corteses.

AMLO hace política todo el día y en cada frase que emite, así que no puede suponerse que habló así solo porque amaneció de buenas o por simple cortesía.

Solo él sabe el fondo verdadero de sus palabras. Los demás pueden hacer un mar de suposiciones y preguntas sobre esto, pero aquí anotamos dos que ya circulan por las tierras jarochas: ¿acuerdo para recibir la alcaldía? o ¿generar confianza para el golpe que viene?, ya se verá. ¿Usted qué versión tiene?

Quien desee ser gobernador de Veracruz en 2024 primero tendrá que ser candidato y triunfar en las elecciones de 2021, plantean ortodoxos de la política.

Lo anterior dependerá finalmente de las circuntancias del momento de cada organización política.

Por lo pronto se habla que está quedando más firme la posible alianza del PRI con el PRD para las elecciones de 2021.

No les queda de otra, esa alianza es necesaria para ambos dada su situación de caída en los votos. Si quieren tener triunfos deben juntarse.

Pero no han podido atraer al PAN, que en una lógica práctica -en la que no importan ideologías sino la sobrevivencia y la aspiración de ganarle al enemigo fuerte, en este caso Morena- debería formar parte también de esa alianza opositora.

Por lo mientras PRI y PRD avanzan en sus pláticas, con la idea, uno, de ganar algunas ciudades medias e incluso hasta Xalapa, y el otro alejar la posibilidad de perder el registro.

Ya que se menciona a Xalapa, puede suponerse que de la capital y de Veracruz, si las ganan, podrían salir los candidatos del PRI y del PAN a la gubernatura.

Por ahora, en el PRI, solo Héctor Yunes ha levantado la mano para decir que buscará la gubernatura en 2024, pero en su momento saldrán a la luz pública otros aspirantes y de ganar el priismo la alcaldía xalapeña, quien despache en el palacio municipal se convertirá casi en automático en prospecto a ser candidato gobernador.

Lo mismo puede decirse de Acción Nacional y quien sea su alcalde en Veracruz, si retienen esa presidencia municipal.

Pero decíamos que la ortodoxia política exige un triunfo en las elecciones del próximo año para llegar con aureola de ganador al 2024.

¿Qué planes, en el PRI, tendrán en ese sentido Héctor Yunes y Pepe Yunes? ¿Buscarán ser candidatos a diputados por la vía del voto directo o por el camino plurinominal? Un triunfo próximo terminaría de arroparlos, pero cada quien sabe su cuento.

Por lo que respecta a Morena, los locales andan con desconcierto luego de lo expresado por el gobernador, hace unos días, en el sentido de que sus colaboradores, a los que volvió a darles buena calificación, lo acompañarán hasta el final de su mandato.

Varios ya se veían como candidatos a alcaldes o diputados (al menos uno pensando en la sucesión) y de repente les metió freno.

Lo dicho por el gobernador Cuitláhuac García es interpretado como otra muestra de cortesía y deferencia para la secretaria de Energía, Rocío Nahle, a quien, en este momento, se ve muy difícil que alguien se le atraviese en su camino de ser candidata a gobernadora por el Movimiento de Regeneración Nacional.

Sorprendieron las palabras de ayer del presidente López Obrador, cuando en la ciudad de Veracruz, bastión de los Yunes azules, le manifestó al alcalde Fernando Yunes Márquez que aun cuando sabe que hay diferencias políticas deben trabajar juntos por el pueblo.

Ya era mucho que fuera invitado, aunque en un acto oficial realizado en el puerto se hubiera visto mal que no estuviera; en dado caso se esperaban palabras presidenciales de reproche indirecto, como ha sucedido en otros casos, pero fue todo lo contrario.

Mientras tanto, al término de la reunión encabezada por el Presidente, el Ayuntamiento de Veracruz emitió un comunicado en términos muy corteses.

AMLO hace política todo el día y en cada frase que emite, así que no puede suponerse que habló así solo porque amaneció de buenas o por simple cortesía.

Solo él sabe el fondo verdadero de sus palabras. Los demás pueden hacer un mar de suposiciones y preguntas sobre esto, pero aquí anotamos dos que ya circulan por las tierras jarochas: ¿acuerdo para recibir la alcaldía? o ¿generar confianza para el golpe que viene?, ya se verá. ¿Usted qué versión tiene?