/ miércoles 12 de junio de 2019

Del “no te preocupes Rosario” al “Claudia, no estás sola”

Todavía está fresca en la memoria de los mexicanos la entrevista entre Peña Nieto y Lula Da Silva, en visita al estado de Chiapas, acompañados del entonces gobernador Manuel Velasco y la secretaria de Desarrollo Social Rosario Robles Berlanga, memorable evento por las expresiones recíprocas de esperanza, confianza y triunfalismo de los presidentes de México y Brasil, unidos por el propósito de sus gobiernos para “acabar con el hambre”.

Los reportes periodísticos señalaron la coincidencia en los discursos de los mandatarios, al afirmar que el hambre no existe por falta de dinero, sino por falta de producción agrícola, por carencia de tecnología en el campo, pero más que nada, por la falta de vergüenza de los gobernantes en aquellos países donde reina la pobreza y la hambruna ante la indiferencia oficial.

Hoy Lula Da Silva se encuentra en prisión por actos de corrupción y de rapiña, que la justicia brasileña se ha encargado de consignar ante sus tribunales. Por su parte Enrique Peña Nieto goza de impunidad total, a pesar de las múltiples denuncias, acusaciones y señalamientos de corrupción en contra de sus más cercanos colaboradores, quienes con excepción de Emilio Lozoya Austin, gozan de completa y absoluta libertad.

Rosario Robles Berlanga ha sido señalada de presuntos desvíos de recursos públicos, que debían aplicarse a programas sociales del pasado gobierno. Fue entonces, cuando Peña Nieto en público y a voz en cuello lanzara la célebre frase “Rosario, no te preocupes, hay que aguantar, nuestro objetivo es acabar con el hambre”. Y de ahí en adelante la extitular de Desarrollo Social se ensoberbeció y en forma retadora y prepotente desechó las acusaciones de desvío de recursos públicos que incluyen la llamada Estafa Maestra.

El martes pasado, la gobernadora de la CDMX, Claudia Sheinbaum, recibió un feliz respaldo de AMLO, quien le expresó: Me siento muy tranquilo en la ciudad, porque la gobierna Claudia Sheinbaum y lo hace muy bien, además de que “no está sola y la vamos a defender de los grandulones que la atacan”. El respaldo de Peña Nieto a Rosario fue en las postrimerías de su sexenio y desde entonces nada ha pasado; el apoyo a la señora Sheinbaum se da al inicio del segundo semestre de este gobierno y seguramente nada ocurrirá.

Todavía está fresca en la memoria de los mexicanos la entrevista entre Peña Nieto y Lula Da Silva, en visita al estado de Chiapas, acompañados del entonces gobernador Manuel Velasco y la secretaria de Desarrollo Social Rosario Robles Berlanga, memorable evento por las expresiones recíprocas de esperanza, confianza y triunfalismo de los presidentes de México y Brasil, unidos por el propósito de sus gobiernos para “acabar con el hambre”.

Los reportes periodísticos señalaron la coincidencia en los discursos de los mandatarios, al afirmar que el hambre no existe por falta de dinero, sino por falta de producción agrícola, por carencia de tecnología en el campo, pero más que nada, por la falta de vergüenza de los gobernantes en aquellos países donde reina la pobreza y la hambruna ante la indiferencia oficial.

Hoy Lula Da Silva se encuentra en prisión por actos de corrupción y de rapiña, que la justicia brasileña se ha encargado de consignar ante sus tribunales. Por su parte Enrique Peña Nieto goza de impunidad total, a pesar de las múltiples denuncias, acusaciones y señalamientos de corrupción en contra de sus más cercanos colaboradores, quienes con excepción de Emilio Lozoya Austin, gozan de completa y absoluta libertad.

Rosario Robles Berlanga ha sido señalada de presuntos desvíos de recursos públicos, que debían aplicarse a programas sociales del pasado gobierno. Fue entonces, cuando Peña Nieto en público y a voz en cuello lanzara la célebre frase “Rosario, no te preocupes, hay que aguantar, nuestro objetivo es acabar con el hambre”. Y de ahí en adelante la extitular de Desarrollo Social se ensoberbeció y en forma retadora y prepotente desechó las acusaciones de desvío de recursos públicos que incluyen la llamada Estafa Maestra.

El martes pasado, la gobernadora de la CDMX, Claudia Sheinbaum, recibió un feliz respaldo de AMLO, quien le expresó: Me siento muy tranquilo en la ciudad, porque la gobierna Claudia Sheinbaum y lo hace muy bien, además de que “no está sola y la vamos a defender de los grandulones que la atacan”. El respaldo de Peña Nieto a Rosario fue en las postrimerías de su sexenio y desde entonces nada ha pasado; el apoyo a la señora Sheinbaum se da al inicio del segundo semestre de este gobierno y seguramente nada ocurrirá.