/ sábado 19 de junio de 2021

Derechos de las niñas, niños y adolescentes

Ante la insistencia de las autoridades educativas y gubernamentales del retorno a clases presenciales de los estudiantes, que por motivos educativos, económicos, sociales, políticos es “necesario”, uno se pregunta y dónde quedaron los derechos de los niños, niñas y jóvenes para proteger su salud y tener una educación de calidad.

La historia sobre los derechos humanos de las niñas y niños ha estado sujeta al planteamiento general sobre la evolución de los derechos humanos. Lo que es evidente es un reconocimiento explícito a los derechos de libertad, igualdad y seguridad establecidos en la Convención sobre los derechos del niño de 1989, comentan Paulí Dávila Balsera y Luis Ma. Naya Garmendia, de la Universidad del País Vasco. Se ha dado un proceso en la concepción de los derechos, pasando los niños y niñas de ser objetos de derecho a sujetos de derecho. En la evolución de dicho proceso se observa el desarrollo de la personalidad del niño y sus necesidades y la protección y atención en situaciones vulnerables.

Derivado de los derechos establecidos en la Convención ahora Internacional, Dávila Balsera y Naya Garmendia señalan que se podría hablar también de satisfacer las necesidades básicas de la infancia: atención a la salud y servicios médicos, seguridad social, nivel de vida, educación y desarrollo de la personalidad y juego entre otros.

El Sistema Nacional de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes asevera que “actualmente en México se han dado grandes pasos para garantizar los derechos de 39.8 millones de niñas, niños y adolescentes que viven en el país; no obstante, estimaciones del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval, 2019) señalan que aún 51.1% de estas personas se encuentran en situación de pobreza; mientras que la última Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT, 2018) indica que hay alrededor de un millón cien mil niñas y niños que presentan desnutrición o baja talla y peso para su edad”.

Como se puede observar, aunque México suscribió el Acuerdo de la Convención y estableció una Ley para darle atención a niñas, niños y adolescentes, ahora están sujetos a las decisiones de las autoridades educativas para que regresen a clases, aunque “no es obligatorio”, no importa la salud, pobreza, marginación, el sano desarrollo y las condiciones de bienestar. Se ha dicho que el Interés Superior de la Niñez “contrapone la visión adulto-céntrica es decir antepone el mejor interés de esta población por encima de la visión a lo que las personas adultas consideran que es lo mejor para ellas y ellos”. El Interés debe considerarse “un parámetro: a partir del cual las personas encargadas de tomar decisiones públicas o en el ámbito privado, deben dirigir sus acciones al observar, en primera instancia, el impacto que tendrían las medidas adoptadas en todos los ámbitos de la vida de niñas, niños y adolescentes”.

Las noticias hablan de contagio de Covid de niños en varias partes del país. En Baja California Sur, Campeche, Quintana Roo, Sinaloa, Tabasco, Tamaulipas, Veracruz, Yucatán se ha incrementado el número de casos recientemente, hay un repunte de coronavirus; el Dr. Héctor Pérez Monsiváis, de la Jurisdicción Sanitaria número dos en Tamaulipas, señala: “La evolución clínica de los niños o muy jóvenes, no es tan severa, sin embargo, aquí lo que sí debemos tomar en cuenta es que la transmisión se sigue dando, porque todavía hay mucha población vulnerable”.

En las redes circula este testimonio de una maestra de preescolar. ¿Eres de los que ya quieren que los niños regresen a las clases presenciales? “Terminada la primera semana de clases en el jardín de niños, quiero decirles algo a los genios y genias de saco y corbata, en oficinas de aire acondicionado, que se sentaron a escribir un estúpido protocolo que jamás van a llevar a la práctica ellos mismos. Les quiero decir: que los nenes necesitan adaptación, que tienen 3, 4 y 5 añitos, que cuando lloran se les caen los mocos, que cuando corren tropiezan y les duele, que por más distancia que haya, alguno siempre quiere el objeto que tiene el nene o la nena de al lado, que se les desatan los cordones, o que no pueden abrir el paquetito de galletas ellos solos, entre muchas otras cosas. Que no me vengan a decir que tienen que llegar al jardín y retirarse con tapabocas o máscara, si ni yo la aguanto”.

La Convención Internacional de los Derechos de los Niños recoge los derechos y garantiza su consecución, el instrumento legal existe, ahora falta que realmente sea llevado a la práctica. Todavía se producen todo tipo de violaciones de derechos del niño diariamente, todavía queda un largo camino por recorrer para que todos los niños de México puedan disfrutar de sus derechos. Como ya se comentó las personas encargadas de tomar decisiones públicas o en el ámbito privado, deben dirigir sus acciones al observar, en primera instancia, el impacto que tendrían las medidas adoptadas en todos los ámbitos de la vida de niñas, niños y adolescentes.

Ante la insistencia de las autoridades educativas y gubernamentales del retorno a clases presenciales de los estudiantes, que por motivos educativos, económicos, sociales, políticos es “necesario”, uno se pregunta y dónde quedaron los derechos de los niños, niñas y jóvenes para proteger su salud y tener una educación de calidad.

La historia sobre los derechos humanos de las niñas y niños ha estado sujeta al planteamiento general sobre la evolución de los derechos humanos. Lo que es evidente es un reconocimiento explícito a los derechos de libertad, igualdad y seguridad establecidos en la Convención sobre los derechos del niño de 1989, comentan Paulí Dávila Balsera y Luis Ma. Naya Garmendia, de la Universidad del País Vasco. Se ha dado un proceso en la concepción de los derechos, pasando los niños y niñas de ser objetos de derecho a sujetos de derecho. En la evolución de dicho proceso se observa el desarrollo de la personalidad del niño y sus necesidades y la protección y atención en situaciones vulnerables.

Derivado de los derechos establecidos en la Convención ahora Internacional, Dávila Balsera y Naya Garmendia señalan que se podría hablar también de satisfacer las necesidades básicas de la infancia: atención a la salud y servicios médicos, seguridad social, nivel de vida, educación y desarrollo de la personalidad y juego entre otros.

El Sistema Nacional de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes asevera que “actualmente en México se han dado grandes pasos para garantizar los derechos de 39.8 millones de niñas, niños y adolescentes que viven en el país; no obstante, estimaciones del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval, 2019) señalan que aún 51.1% de estas personas se encuentran en situación de pobreza; mientras que la última Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT, 2018) indica que hay alrededor de un millón cien mil niñas y niños que presentan desnutrición o baja talla y peso para su edad”.

Como se puede observar, aunque México suscribió el Acuerdo de la Convención y estableció una Ley para darle atención a niñas, niños y adolescentes, ahora están sujetos a las decisiones de las autoridades educativas para que regresen a clases, aunque “no es obligatorio”, no importa la salud, pobreza, marginación, el sano desarrollo y las condiciones de bienestar. Se ha dicho que el Interés Superior de la Niñez “contrapone la visión adulto-céntrica es decir antepone el mejor interés de esta población por encima de la visión a lo que las personas adultas consideran que es lo mejor para ellas y ellos”. El Interés debe considerarse “un parámetro: a partir del cual las personas encargadas de tomar decisiones públicas o en el ámbito privado, deben dirigir sus acciones al observar, en primera instancia, el impacto que tendrían las medidas adoptadas en todos los ámbitos de la vida de niñas, niños y adolescentes”.

Las noticias hablan de contagio de Covid de niños en varias partes del país. En Baja California Sur, Campeche, Quintana Roo, Sinaloa, Tabasco, Tamaulipas, Veracruz, Yucatán se ha incrementado el número de casos recientemente, hay un repunte de coronavirus; el Dr. Héctor Pérez Monsiváis, de la Jurisdicción Sanitaria número dos en Tamaulipas, señala: “La evolución clínica de los niños o muy jóvenes, no es tan severa, sin embargo, aquí lo que sí debemos tomar en cuenta es que la transmisión se sigue dando, porque todavía hay mucha población vulnerable”.

En las redes circula este testimonio de una maestra de preescolar. ¿Eres de los que ya quieren que los niños regresen a las clases presenciales? “Terminada la primera semana de clases en el jardín de niños, quiero decirles algo a los genios y genias de saco y corbata, en oficinas de aire acondicionado, que se sentaron a escribir un estúpido protocolo que jamás van a llevar a la práctica ellos mismos. Les quiero decir: que los nenes necesitan adaptación, que tienen 3, 4 y 5 añitos, que cuando lloran se les caen los mocos, que cuando corren tropiezan y les duele, que por más distancia que haya, alguno siempre quiere el objeto que tiene el nene o la nena de al lado, que se les desatan los cordones, o que no pueden abrir el paquetito de galletas ellos solos, entre muchas otras cosas. Que no me vengan a decir que tienen que llegar al jardín y retirarse con tapabocas o máscara, si ni yo la aguanto”.

La Convención Internacional de los Derechos de los Niños recoge los derechos y garantiza su consecución, el instrumento legal existe, ahora falta que realmente sea llevado a la práctica. Todavía se producen todo tipo de violaciones de derechos del niño diariamente, todavía queda un largo camino por recorrer para que todos los niños de México puedan disfrutar de sus derechos. Como ya se comentó las personas encargadas de tomar decisiones públicas o en el ámbito privado, deben dirigir sus acciones al observar, en primera instancia, el impacto que tendrían las medidas adoptadas en todos los ámbitos de la vida de niñas, niños y adolescentes.