/ miércoles 14 de julio de 2021

Desarrollo, empleos y convivencia

He seguido con particular atención la controversia que se ha generado entre particulares por un desarrollo habitacional en una zona de Los Berros, conocida antiguamente como “La Playita” o “La ciénega”, en donde muchos xalapeños vivieron días felices de recreación en una alberca que ahí se encontraba.

El predio, que originalmente era de unos 25 mil metros cuadrados, se fue vendiendo y los capitalinos, con todo el derecho que les correspondía, construyeron ahí residencias y edificios. Nadie les dijo nada.

Sin embargo, ahora que la dueña del último reducto de ese predio, con 4 mil 200 metros cuadrados, los cuales adquirió hace 30 años, pretende construir un complejo habitacional con 32 departamentos y 14 casas, los vecinos han iniciado un movimiento de oposición, poniendo de alguna manera contra las cuerdas a las autoridades municipales, que tienen que mediar entre el legítimo derecho de un particular y las inquietudes o protestas de otros.

He escuchado con atención las voces de algunos vecinos quejosos, la de la propietaria del inmueble y de alguna manera la de la autoridad municipal. Para la alicaída economía capitalina, una inversión de 60 millones de pesos y la generación de 250 empleos directos e indirectos representa una bocanada de aire fresco. Junto a eso, el proyecto “Berros Eco Residencial” que promueven la propietaria y la empresa xalapeña Código Construcciones representa una oportunidad para atender el déficit de vivienda en esta ciudad.

Vecino de la zona, Magno Garcimarrero Ochoa, me ha dicho que le preocupa el tema de la movilidad, de la distribución de agua en una ciudad con estiajes cada vez más severos y del saneamiento. Me lo dijo con su tradicional estilo jocoso y escatológico: “A mí no me afectaría mucho que hagan ahí unos ‘rascacielitos’ chaparritos, pero sí me afectaría a la hora de que el vecino se siente en el excusado, porque dónde va a mandar su cacota, la van a tener que echar al río, de este lado y van a tener que tapar el río y van a tener que hacer obra hidráulica para poder recibir y a dónde va a ir todo eso, pues a la Laguna de Las Ánimas”.

Sobre el agua señalan los empresarios que ya cuentan con la autorización de factibilidades que otorga la CMAS y que incluso donarán el vital líquido de un manantial que se encuentra en el predio.

Este asunto no es menor. La dueña del terreno y la empresa involucrada han estado abiertos al diálogo y han mostrado todas sus cartas e intereses. Los vecinos, reitero, muchos de los cuales construyeron de manera irregular, se oponen aguerridamente, siguiendo el viejo adagio de “hágase la ley en los bueyes de mi compadre”, porque finalmente, ‘haiga sido como haiga sido’ ellos ya viven ahí en la comodidad de sus residencias. Estamos seguros que esta controversia se resolverá con diálogo y acuerdos. En Xalapa urgen inversiones, empleos, dinero fresco. Los vecinos tienen que ser escuchados y también escuchar, pensando en aquella vieja parábola de la viga en el ojo ajeno. Nos vemos los jueves

valeramk@hotmail.com

He seguido con particular atención la controversia que se ha generado entre particulares por un desarrollo habitacional en una zona de Los Berros, conocida antiguamente como “La Playita” o “La ciénega”, en donde muchos xalapeños vivieron días felices de recreación en una alberca que ahí se encontraba.

El predio, que originalmente era de unos 25 mil metros cuadrados, se fue vendiendo y los capitalinos, con todo el derecho que les correspondía, construyeron ahí residencias y edificios. Nadie les dijo nada.

Sin embargo, ahora que la dueña del último reducto de ese predio, con 4 mil 200 metros cuadrados, los cuales adquirió hace 30 años, pretende construir un complejo habitacional con 32 departamentos y 14 casas, los vecinos han iniciado un movimiento de oposición, poniendo de alguna manera contra las cuerdas a las autoridades municipales, que tienen que mediar entre el legítimo derecho de un particular y las inquietudes o protestas de otros.

He escuchado con atención las voces de algunos vecinos quejosos, la de la propietaria del inmueble y de alguna manera la de la autoridad municipal. Para la alicaída economía capitalina, una inversión de 60 millones de pesos y la generación de 250 empleos directos e indirectos representa una bocanada de aire fresco. Junto a eso, el proyecto “Berros Eco Residencial” que promueven la propietaria y la empresa xalapeña Código Construcciones representa una oportunidad para atender el déficit de vivienda en esta ciudad.

Vecino de la zona, Magno Garcimarrero Ochoa, me ha dicho que le preocupa el tema de la movilidad, de la distribución de agua en una ciudad con estiajes cada vez más severos y del saneamiento. Me lo dijo con su tradicional estilo jocoso y escatológico: “A mí no me afectaría mucho que hagan ahí unos ‘rascacielitos’ chaparritos, pero sí me afectaría a la hora de que el vecino se siente en el excusado, porque dónde va a mandar su cacota, la van a tener que echar al río, de este lado y van a tener que tapar el río y van a tener que hacer obra hidráulica para poder recibir y a dónde va a ir todo eso, pues a la Laguna de Las Ánimas”.

Sobre el agua señalan los empresarios que ya cuentan con la autorización de factibilidades que otorga la CMAS y que incluso donarán el vital líquido de un manantial que se encuentra en el predio.

Este asunto no es menor. La dueña del terreno y la empresa involucrada han estado abiertos al diálogo y han mostrado todas sus cartas e intereses. Los vecinos, reitero, muchos de los cuales construyeron de manera irregular, se oponen aguerridamente, siguiendo el viejo adagio de “hágase la ley en los bueyes de mi compadre”, porque finalmente, ‘haiga sido como haiga sido’ ellos ya viven ahí en la comodidad de sus residencias. Estamos seguros que esta controversia se resolverá con diálogo y acuerdos. En Xalapa urgen inversiones, empleos, dinero fresco. Los vecinos tienen que ser escuchados y también escuchar, pensando en aquella vieja parábola de la viga en el ojo ajeno. Nos vemos los jueves

valeramk@hotmail.com

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