/ sábado 3 de octubre de 2020

Deserción escolar en educación media superior

El programa Aprende en Casa II, al no poder (ni tratar de evitar) la estructura de “la clase”, sino recargarse en ella (enseñar un tema específico de equis materia, de tal hora a tal hora para cada uno de los grados en todo el país) hace visible lo que, se supone, acontece por parte de quienes somos maestras o maestros todos los días en millones de espacios escolares. Según ellos, los meros jefes, nos retrata de cuerpo entero, señala Manuel Gil Antón. A este comentario se suma que el tema educativo no le hubiera merecido al presidente en su segundo informe, una sola referencia al programa Aprende en Casa, ni a las previsiones para el regreso al aula ni a los retos diarios que enfrentan estudiantes y maestros.

Erick Juárez Pineda recoge la opinión de Inés Dussel (CINVESTAV); Carlota Guzmán, del Centro (CRIM, UNAM), y Sylvia Ortega (Mejoredu). Sobre dicho problema, “en el caso de los estudiantes de educación media superior, un gran número de estudiantes está en riesgo de abandonar la escuela --muchos ya lo hicieron en el nuevo ciclo escolar-- en este tiempo de pandemia por causas socioeconómicas, por lo que recomendaron establecer una nueva generación de políticas públicas con las que se refuerce la coordinación intersectorial para hacer frente a este conflicto”.

Carlota Guzmán Gómez, investigadora titular del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias de la UNAM, señaló que “en la educación media superior 19 por ciento de las y los estudiantes no ha tenido contacto con sus profesoras y profesores, cifra bastante preocupante que orilla al abandono escolar”.

Destacó que la insuficiente conectividad, la falta de interés al no poder acoplarse a la educación a distancia y el deterioro económico de sus familias están entre los factores que influyen para que los jóvenes dejen la escuela. Comunicó que la exclusión, la desigualdad y el bajo logro escolar deben atenderse en la educación media superior, pues es posible que empeoren con la pandemia.

En Veracruz, pese al entusiasmo e interés expresado por muchos jóvenes para estudiar el nivel medio superior, algunos tuvieron que abandonar la escuela debido a los bajos ingresos familiares y la falta de apoyo escolar (útiles, computadoras, celulares, conectividad), sumados a los factores de orden psicológico, emocional, motivacional. El programa “Aprende en Casa II”, realizado a través de la televisión y la plataforma virtual, se sigue operando con planeaciones académicas de la educación presencial, no cumple del todo sus objetivos; la certeza de la comunicación clara con los niños, niñas y jóvenes, padres y madres de familia está en entredicho.

José Edgar Correa Terán considera que persisten los alumnos sin acceso a dispositivos tecnológicos, sin acceso a internet o, peor aún, en algunas comunidades rurales e indígenas, sin acceso a la energía eléctrica. Como se comentó en párrafos anteriores, este fenómeno ha agravado aún más el rezago educativo y marginación social y por lo tanto favorece el riesgo de abandono escolar prematuro y como se ha señalado de aquellos jóvenes que aspiran a estudiar el nivel medio superior en los centros de bachillerato tecnológico, industrial y de servicios, ya que ello les permitiría tener ingresos para ellos y sus familias.

Es evidente que las autoridades carecen de una “conciencia real” sobre la situación en los contextos más desprotegidos o vulnerables, prácticamente han sido marginados del modelo a distancia o virtual que actualmente opera la SEP. “A pesar de las intenciones de innovar, los profesores, así como cerraron el ciclo escolar anterior, volverán a acercar material concreto a los alumnos para avanzar en los programas de estudio, pues la SEP no ha definido estrategias o acciones que ayuden a enfrentar el rezago y marginación social de los contextos rurales e indígenas”. Y los problemas socioeducativos y económicos se agravan.

El programa Aprende en Casa II, al no poder (ni tratar de evitar) la estructura de “la clase”, sino recargarse en ella (enseñar un tema específico de equis materia, de tal hora a tal hora para cada uno de los grados en todo el país) hace visible lo que, se supone, acontece por parte de quienes somos maestras o maestros todos los días en millones de espacios escolares. Según ellos, los meros jefes, nos retrata de cuerpo entero, señala Manuel Gil Antón. A este comentario se suma que el tema educativo no le hubiera merecido al presidente en su segundo informe, una sola referencia al programa Aprende en Casa, ni a las previsiones para el regreso al aula ni a los retos diarios que enfrentan estudiantes y maestros.

Erick Juárez Pineda recoge la opinión de Inés Dussel (CINVESTAV); Carlota Guzmán, del Centro (CRIM, UNAM), y Sylvia Ortega (Mejoredu). Sobre dicho problema, “en el caso de los estudiantes de educación media superior, un gran número de estudiantes está en riesgo de abandonar la escuela --muchos ya lo hicieron en el nuevo ciclo escolar-- en este tiempo de pandemia por causas socioeconómicas, por lo que recomendaron establecer una nueva generación de políticas públicas con las que se refuerce la coordinación intersectorial para hacer frente a este conflicto”.

Carlota Guzmán Gómez, investigadora titular del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias de la UNAM, señaló que “en la educación media superior 19 por ciento de las y los estudiantes no ha tenido contacto con sus profesoras y profesores, cifra bastante preocupante que orilla al abandono escolar”.

Destacó que la insuficiente conectividad, la falta de interés al no poder acoplarse a la educación a distancia y el deterioro económico de sus familias están entre los factores que influyen para que los jóvenes dejen la escuela. Comunicó que la exclusión, la desigualdad y el bajo logro escolar deben atenderse en la educación media superior, pues es posible que empeoren con la pandemia.

En Veracruz, pese al entusiasmo e interés expresado por muchos jóvenes para estudiar el nivel medio superior, algunos tuvieron que abandonar la escuela debido a los bajos ingresos familiares y la falta de apoyo escolar (útiles, computadoras, celulares, conectividad), sumados a los factores de orden psicológico, emocional, motivacional. El programa “Aprende en Casa II”, realizado a través de la televisión y la plataforma virtual, se sigue operando con planeaciones académicas de la educación presencial, no cumple del todo sus objetivos; la certeza de la comunicación clara con los niños, niñas y jóvenes, padres y madres de familia está en entredicho.

José Edgar Correa Terán considera que persisten los alumnos sin acceso a dispositivos tecnológicos, sin acceso a internet o, peor aún, en algunas comunidades rurales e indígenas, sin acceso a la energía eléctrica. Como se comentó en párrafos anteriores, este fenómeno ha agravado aún más el rezago educativo y marginación social y por lo tanto favorece el riesgo de abandono escolar prematuro y como se ha señalado de aquellos jóvenes que aspiran a estudiar el nivel medio superior en los centros de bachillerato tecnológico, industrial y de servicios, ya que ello les permitiría tener ingresos para ellos y sus familias.

Es evidente que las autoridades carecen de una “conciencia real” sobre la situación en los contextos más desprotegidos o vulnerables, prácticamente han sido marginados del modelo a distancia o virtual que actualmente opera la SEP. “A pesar de las intenciones de innovar, los profesores, así como cerraron el ciclo escolar anterior, volverán a acercar material concreto a los alumnos para avanzar en los programas de estudio, pues la SEP no ha definido estrategias o acciones que ayuden a enfrentar el rezago y marginación social de los contextos rurales e indígenas”. Y los problemas socioeducativos y económicos se agravan.