/ miércoles 19 de junio de 2019

Desertificación, grave problema ambiental, reto de nuestro tiempo poco conocido

El lunes pasado se celebró el Día Mundial de la Lucha contra la Desertificación, implantado por la ONU como consecuencia del avance del fenómeno que está considerado como uno de los grandes problemas de la actualidad.

Tan serio es el asunto que de acuerdo con estudios del Colegio de Postgraduados, se estima que la degradación de suelos en México es progresiva y abarca una superficie de dos terceras partes del territorio nacional.

La causa, por una parte, es el aprovechamiento irracional de los bosques, selvas, chaparrales y manglares y, por otra, la práctica de la ganadería extensiva sin la precaución de la reforestación.

En México avanzan los desiertos de manera inexorable, pues la degradación es un fenómeno que conlleva repercusiones graves para la biodiversidad, la ecoseguridad, la erradicación de la pobreza, la estabilidad socioeconómica y el desarrollo sostenible.

En ese contexto, la Confederación Nacional de Propietarios Rurales considera que este fenómeno se perfila como uno de los problemas fundamentales que deben enfrentar los gobiernos con voluntad política y decisión, por la vía de la cooperación internacional, la capacitación de agricultores, ganaderos y habitantes de las zonas forestales y de selvas tropicales.

De acuerdo con Eduardo Orihuela Estefan, presidente de la CNPR, hacen falta políticas públicas para la protección de los recursos naturales, sobre todo aquellos que son vulnerables a las acciones y actividades humanas, como la pérdida de los bosques y el consecuente arrastre de los suelos por la acción del viento y por las lluvias.

Como consecuencia de este descuido humano, advirtió, las presentes generaciones dejaremos a nuestros hijos y nietos recursos naturales destruidos, contaminados y, en muchos casos, con pocas posibilidades de recuperación.

Uno de los problemas es que se van a requerir grandes cantidades de recursos económicos, de la ciencia y tecnologías para trabajar la recuperación del suelo degradado y estos recursos escasean y, además, cada vez son más caros.

Pero no sólo eso, se necesita una buena dosis de voluntad política de los gobiernos que deben emprender acciones para recuperar esa superficie afectada.

De acuerdo con National Geographic, la desertificación está causada fundamentalmente por la actividad humana y las variaciones climáticas y se trata de uno de los principales retos medioambientales de nuestro tiempo.

Sin embargo, lo más grave es que la mayoría de la población nunca ha oído hablar de esta cuestión o desconoce la dimensión del problema, que consiste en la degradación de la tierra en las zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas.

O sea que también urge una política de comunicación al respecto.

Opine, comente e informe a los correos electrónicos srdonrene@gmail.com y rvalle@diariodexalapa.com.mx. Y en Twitter@renedelvalleb. También puede leernos en la web site www.diariodexalapa.com.mx.

El lunes pasado se celebró el Día Mundial de la Lucha contra la Desertificación, implantado por la ONU como consecuencia del avance del fenómeno que está considerado como uno de los grandes problemas de la actualidad.

Tan serio es el asunto que de acuerdo con estudios del Colegio de Postgraduados, se estima que la degradación de suelos en México es progresiva y abarca una superficie de dos terceras partes del territorio nacional.

La causa, por una parte, es el aprovechamiento irracional de los bosques, selvas, chaparrales y manglares y, por otra, la práctica de la ganadería extensiva sin la precaución de la reforestación.

En México avanzan los desiertos de manera inexorable, pues la degradación es un fenómeno que conlleva repercusiones graves para la biodiversidad, la ecoseguridad, la erradicación de la pobreza, la estabilidad socioeconómica y el desarrollo sostenible.

En ese contexto, la Confederación Nacional de Propietarios Rurales considera que este fenómeno se perfila como uno de los problemas fundamentales que deben enfrentar los gobiernos con voluntad política y decisión, por la vía de la cooperación internacional, la capacitación de agricultores, ganaderos y habitantes de las zonas forestales y de selvas tropicales.

De acuerdo con Eduardo Orihuela Estefan, presidente de la CNPR, hacen falta políticas públicas para la protección de los recursos naturales, sobre todo aquellos que son vulnerables a las acciones y actividades humanas, como la pérdida de los bosques y el consecuente arrastre de los suelos por la acción del viento y por las lluvias.

Como consecuencia de este descuido humano, advirtió, las presentes generaciones dejaremos a nuestros hijos y nietos recursos naturales destruidos, contaminados y, en muchos casos, con pocas posibilidades de recuperación.

Uno de los problemas es que se van a requerir grandes cantidades de recursos económicos, de la ciencia y tecnologías para trabajar la recuperación del suelo degradado y estos recursos escasean y, además, cada vez son más caros.

Pero no sólo eso, se necesita una buena dosis de voluntad política de los gobiernos que deben emprender acciones para recuperar esa superficie afectada.

De acuerdo con National Geographic, la desertificación está causada fundamentalmente por la actividad humana y las variaciones climáticas y se trata de uno de los principales retos medioambientales de nuestro tiempo.

Sin embargo, lo más grave es que la mayoría de la población nunca ha oído hablar de esta cuestión o desconoce la dimensión del problema, que consiste en la degradación de la tierra en las zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas.

O sea que también urge una política de comunicación al respecto.

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