/ lunes 8 de noviembre de 2021

Deuda municipal: colesterol malo

Platicando con un buen amigo, conocedor de los temas financieros públicos, me decía que en foros y reuniones con funcionarios hacendarios calificados y de la iniciativa privada, en su generalidad comentaban que el crédito público es bueno, no dejando de reconocer que gran parte no cumple con las expectativas al contraerlo.

La conclusión de ellos es que este instrumento se asemeja al colesterol, porque hay bueno y hay malo.

Y hablamos de ejemplos como la obra realizada en Xalapa en los años de Fidel Herrera, en el puente vehicular frente a Plaza Crystal, que es una obra trascendente de beneficio social cuya vida es de muchos años, que durará si se le da el mantenimiento adecuado; es una obra visible (no tuvo financiamiento).

Por el contrario, hay obras con financiamiento específico que no se conocen y lo que perdura es el pago, como es el caso de la bursatilización.

Un ejemplo relevante de obra pública es la realizada con financiamiento en el estado de Puebla, donde se constatan los puentes, los centros de atención ciudadana, los centros de seguridad en los accesos al estado, la red hospitalaria, en una deuda de coinversión publica-privada; lo tangible es que existen.

Por el contrario, en nuestro estado debemos lo mismo, pero son pocas las obras que se vislumbran.

La deuda prácticamente tiene inmovilizado al actual gobierno, inmersos en reestructuras y con múltiples necesidades que atender.

En Veracruz lo que existe, con honrosas excepciones, es colesterol malo.

Hasta principios de este siglo el estado mantenía un crédito menor. A partir de 2004 inicia el financiamiento externo, los municipios mantenían finanzas sin compromisos de pago, ajustados a la norma financiera del ingreso regular.

Dos eventos marcaron el endeudamiento municipal: en 2008 la bursatilización con el famoso programa peso a peso, ofertado por Herrera Beltrán, a quien se adhiriera a la bursatilización.

La colocación se hizo en la Bolsa Mexicana de Valores con el marco financiero del gran público inversionista, esa era el tono, como un adelanto en el progreso financiero al recurrir a un mercado no tradicional, con un denominador en ciernes.

Las “Unidades de Inversión”, figura inmejorable para garantizar al inversionista su capital.

El préstamo fue de mil 200 millones de pesos en dos créditos, uno en Udis y otro en pesos –VRZCBU y VRZCB–. La colocación se hizo en 2008 a 199 municipios participantes, los cuales recibieron dos veces lo comprometido.

Este crédito fue inducido por el Gobierno del Estado, siendo secretario de Finanzas Javier Duarte de Ochoa, quien se encargó de la logística para su realización al contar con la aceptación de los cabildos para su contratación.

Para dar reversa debieron pasar algunos años, para reestructurarlo a financiamiento bancario se requiere la aceptación de los 199 municipios, lo que no se logró por razones estrictamente políticas; financieramente es inviable. Ya se ha pagado más de una vez lo recibido y el vencimiento estipulado es hasta 2036. Este es el primer colesterol HDL.

El segundo se da en el segundo semestre de 2018, con el arribo a Veracruz del Concepto de Asociación Público Privadas, implementado por la Secretaría de Hacienda para incorporar a 23 ayuntamientos salientes (que se dejaron) y el Poder Judicial. Para los municipios fue el concepto de alumbrado público bajo el esquema de concesión, que incluía luminarias LED de alta tecnología, servicios de mantenimiento y pago de energía a CFE; para el Poder Judicial, la construcción de Ciudades Judiciales en todo el estado.

El endeudamiento de Veracruz se dio a partir del 2007, se incrementó en 2016 y progresa de manera absoluta en el 2020. Las principales causas: la bursatilización y las asociaciones público privadas, con la salvedad que los municipios con deudas bursátiles son 199 y con adeudos derivados de la asociación público privada son, cuando mucho, 23; no son cifras que correspondan a contratos, seguramente la cifra es mayor.

Con todo ello queda claro que el colesterol HDL está para rato, con obras bursátiles que no se conocen y con sistemas de alumbrado público perecederos en un plazo menor al convenido; esto van a recibir las nuevas administraciones municipales.

Platicando con un buen amigo, conocedor de los temas financieros públicos, me decía que en foros y reuniones con funcionarios hacendarios calificados y de la iniciativa privada, en su generalidad comentaban que el crédito público es bueno, no dejando de reconocer que gran parte no cumple con las expectativas al contraerlo.

La conclusión de ellos es que este instrumento se asemeja al colesterol, porque hay bueno y hay malo.

Y hablamos de ejemplos como la obra realizada en Xalapa en los años de Fidel Herrera, en el puente vehicular frente a Plaza Crystal, que es una obra trascendente de beneficio social cuya vida es de muchos años, que durará si se le da el mantenimiento adecuado; es una obra visible (no tuvo financiamiento).

Por el contrario, hay obras con financiamiento específico que no se conocen y lo que perdura es el pago, como es el caso de la bursatilización.

Un ejemplo relevante de obra pública es la realizada con financiamiento en el estado de Puebla, donde se constatan los puentes, los centros de atención ciudadana, los centros de seguridad en los accesos al estado, la red hospitalaria, en una deuda de coinversión publica-privada; lo tangible es que existen.

Por el contrario, en nuestro estado debemos lo mismo, pero son pocas las obras que se vislumbran.

La deuda prácticamente tiene inmovilizado al actual gobierno, inmersos en reestructuras y con múltiples necesidades que atender.

En Veracruz lo que existe, con honrosas excepciones, es colesterol malo.

Hasta principios de este siglo el estado mantenía un crédito menor. A partir de 2004 inicia el financiamiento externo, los municipios mantenían finanzas sin compromisos de pago, ajustados a la norma financiera del ingreso regular.

Dos eventos marcaron el endeudamiento municipal: en 2008 la bursatilización con el famoso programa peso a peso, ofertado por Herrera Beltrán, a quien se adhiriera a la bursatilización.

La colocación se hizo en la Bolsa Mexicana de Valores con el marco financiero del gran público inversionista, esa era el tono, como un adelanto en el progreso financiero al recurrir a un mercado no tradicional, con un denominador en ciernes.

Las “Unidades de Inversión”, figura inmejorable para garantizar al inversionista su capital.

El préstamo fue de mil 200 millones de pesos en dos créditos, uno en Udis y otro en pesos –VRZCBU y VRZCB–. La colocación se hizo en 2008 a 199 municipios participantes, los cuales recibieron dos veces lo comprometido.

Este crédito fue inducido por el Gobierno del Estado, siendo secretario de Finanzas Javier Duarte de Ochoa, quien se encargó de la logística para su realización al contar con la aceptación de los cabildos para su contratación.

Para dar reversa debieron pasar algunos años, para reestructurarlo a financiamiento bancario se requiere la aceptación de los 199 municipios, lo que no se logró por razones estrictamente políticas; financieramente es inviable. Ya se ha pagado más de una vez lo recibido y el vencimiento estipulado es hasta 2036. Este es el primer colesterol HDL.

El segundo se da en el segundo semestre de 2018, con el arribo a Veracruz del Concepto de Asociación Público Privadas, implementado por la Secretaría de Hacienda para incorporar a 23 ayuntamientos salientes (que se dejaron) y el Poder Judicial. Para los municipios fue el concepto de alumbrado público bajo el esquema de concesión, que incluía luminarias LED de alta tecnología, servicios de mantenimiento y pago de energía a CFE; para el Poder Judicial, la construcción de Ciudades Judiciales en todo el estado.

El endeudamiento de Veracruz se dio a partir del 2007, se incrementó en 2016 y progresa de manera absoluta en el 2020. Las principales causas: la bursatilización y las asociaciones público privadas, con la salvedad que los municipios con deudas bursátiles son 199 y con adeudos derivados de la asociación público privada son, cuando mucho, 23; no son cifras que correspondan a contratos, seguramente la cifra es mayor.

Con todo ello queda claro que el colesterol HDL está para rato, con obras bursátiles que no se conocen y con sistemas de alumbrado público perecederos en un plazo menor al convenido; esto van a recibir las nuevas administraciones municipales.