/ viernes 7 de mayo de 2021

Día de las Madres

Estamos por celebrar la festividad del Día de las Madres, una celebración que se traduce en una verdadera fiesta nacional.

Y no es para menos, pues en una sociedad con la configuración como la nuestra, donde el imaginario alrededor del varón se muestra un tanto estoico, rayando en la frivolidad.

Se otorga un valor predominante a la celebración de la mamá. Esta celebración no solo trasciende por el hecho de nuestra composición social, sino por el verdadero cariño hacia nuestra madre; un cariño que se alberga en el corazón de cada uno. La figura de la mamá es una estampa rica en aplicaciones, y a la que diferentes ciencias le han dedicado su estudio. Para la psicología, la relación de los hijos con su madre es importante, pues en algunos casos es ella quien los anima en su desarrollo y, en otros –según la psicología– es ella quien mutila a los hijos. Algunos han dicho que en filosofía se nos propone una historia de las ideas un tanto machista, por eso, en lo general, cuando se habla de los grandes pensadores, generalmente se alude a varones.

Aunque, si nos disponemos a escuchar el canto de las sirenas, descubriremos el gran número de filósofas, pues también se cuentan muchas mujeres que han sabido encarnar esta tarea. Incluso algunas tendencias teológicas han gustado de afirmar que hay algunos gestos de Dios en los que éste más bien pareciera encarnar sentimientos maternos, de gran ternura, cobijo y cuidado. Lo que sí es cierto es que la madre es una figura importantísima: todos la recordamos enseñándonos a dar nuestros primeros pasos, deteniendo la bicicleta para que pudiéramos aprender a tener equilibrio.

La vemos llevando a los hijos a la escuela, interesada en las reuniones con los maestros sobre el desarrollo académico de sus hijos. Al tiempo que a ella es quien vemos cercana a los hijos, interesada por ellos y por las pequeñeces de la vida de los hijos. La madre es como una gran inclusión en nuestras vidas, porque toda nuestra obra está marcada por ellas, desde los inicios y hasta el final.

Una madre es la mujer que dota de una manera fuerte pero tierna las experiencias de la vida, cercana, pero con la distancia necesaria, amable al tiempo que disciplinada. El hecho de ser mujer la pone en una bella armonía en su modo de plantarse en el mundo. Las madres son un verdadero signo de esperanza para nuestra nación.

Estamos por celebrar la festividad del Día de las Madres, una celebración que se traduce en una verdadera fiesta nacional.

Y no es para menos, pues en una sociedad con la configuración como la nuestra, donde el imaginario alrededor del varón se muestra un tanto estoico, rayando en la frivolidad.

Se otorga un valor predominante a la celebración de la mamá. Esta celebración no solo trasciende por el hecho de nuestra composición social, sino por el verdadero cariño hacia nuestra madre; un cariño que se alberga en el corazón de cada uno. La figura de la mamá es una estampa rica en aplicaciones, y a la que diferentes ciencias le han dedicado su estudio. Para la psicología, la relación de los hijos con su madre es importante, pues en algunos casos es ella quien los anima en su desarrollo y, en otros –según la psicología– es ella quien mutila a los hijos. Algunos han dicho que en filosofía se nos propone una historia de las ideas un tanto machista, por eso, en lo general, cuando se habla de los grandes pensadores, generalmente se alude a varones.

Aunque, si nos disponemos a escuchar el canto de las sirenas, descubriremos el gran número de filósofas, pues también se cuentan muchas mujeres que han sabido encarnar esta tarea. Incluso algunas tendencias teológicas han gustado de afirmar que hay algunos gestos de Dios en los que éste más bien pareciera encarnar sentimientos maternos, de gran ternura, cobijo y cuidado. Lo que sí es cierto es que la madre es una figura importantísima: todos la recordamos enseñándonos a dar nuestros primeros pasos, deteniendo la bicicleta para que pudiéramos aprender a tener equilibrio.

La vemos llevando a los hijos a la escuela, interesada en las reuniones con los maestros sobre el desarrollo académico de sus hijos. Al tiempo que a ella es quien vemos cercana a los hijos, interesada por ellos y por las pequeñeces de la vida de los hijos. La madre es como una gran inclusión en nuestras vidas, porque toda nuestra obra está marcada por ellas, desde los inicios y hasta el final.

Una madre es la mujer que dota de una manera fuerte pero tierna las experiencias de la vida, cercana, pero con la distancia necesaria, amable al tiempo que disciplinada. El hecho de ser mujer la pone en una bella armonía en su modo de plantarse en el mundo. Las madres son un verdadero signo de esperanza para nuestra nación.