Sin poses demagógicas, Américo Zúñiga Martínez, en el discurso con que inicia su campaña política para obtener el triunfo que lo lleve a la Cámara federal de Diputados, fue claro, preciso y congruente con las circunstancias que vive el país.
Su compromiso con Xalapa es muy fuerte, por el gran número de personas nacidas y avecindadas en la capital veracruzana, que reconocen en el candidato de la alianza “Va Por México” la preparación de un político capaz de recuperar la confianza de la gente en el Estado de derecho y las instituciones públicas.
La dignificacion de la política se sustenta en el cumplimiento de los compromisos adquiridos por quien solicita el apoyo del pueblo a través de su voto; Américo Zúñiga ha pedido el voto de los xalapeños militantes y simpatizantes de los tres más importantes partidos opositores a Morena, que tiene sumida a Xalapa en una crisis económica, de salud pública y de criminalidad creciente e imparable, por la falta de compromiso de quienes hoy detentan el poder político.
De ahí que Zuñiga Martínez ha empeñado su honor y su credibilidad de hombre público, ofreciendo como el prócer de la independencia, Guadalupe Victoria, su “espada en prenda” para luchar por la salud, el desarrollo y la seguridad de sus representados en la Cámara de Diputados, y auguramos que seguramente al final de su gestión recuperará la espada que garantiza el cumplimiento de su palabra. El gobierno de la 4T no ha sabido enfrentar la pandemia del coronavirus con prontitud y eficacia, a ello se debe que en un año lamentablemente hayan muerto ya más de 200 mil mexicanos. Morena, en vez de promover el desarrollo económico, en dos años y un trimestre de gobierno ha cerrado más de 10 millones de fuentes de empleo; y en inseguridad y criminalidad, la 4T está por alcanzar el mismo número de muertos y desaparecidos que tanto criticó AMLO a sus antecesores en sus periodos sexenales, en solo un tercio de su periodo presidencial.
El presidente López Obrador pretende el sometimiento de los poderes Legislativo y Judicial, por debajo del Poder Ejecutivo que él detenta, lo cual eliminaría el concepto de República democrática y convertiría al gobierno de México en una dictadura de poder absoluto. No permitir ese abuso será nuestra responsabilidad con el voto el próximo 6 de junio.
