Al menos dos de los tres diputados priistas que ocupan curul en el Congreso local han pintado su raya con la dirigencia estatal de su partido, pues además de advertir que le van a exigir cuentas pretenden no pagar sus cuotas.
Antonio García Reyes, quien como suplente del asesinado Carlos Molina funge en una diputación, dijo que el comité partidista debe transparentar el destino de los recursos y el uso de los mismos.
Jorge Moreno Salinas fue más drástico al anunciar que no pagará las cuotas solicitadas y que él sólo podría reportarlas a los comités nacional o municipal, pero no al estatal.
Según él no tiene ningún compromiso ni obligación de pagar el dinero.
La actitud de ambos priistas sólo evidencia la poca confianza que le tienen al actual dirigente de su partido.
Por cierto que el nombre de García Reyes suena para la dirigencia de la Liga de Comunidades Agrarias, luego de que ésta quedó acéfala al ser ejecutado Molina Palacios.
Y a propósito de la Liga, hace unos días estuvo en el viejo edificio de Alcalde y García el dirigente de la CNC, Ismael Hernández Deras, donde tomó protesta a los nuevos responsables de esa central campesina.
El delegado Manuel Guerrero asumió funciones de presidente de la Liga, Victor Galicia funge como delegado general del CEN de la CNC en Veracruz, Jose Julio Espinosa como delegado en la zona norte, Axel Rockenverger despacha como delegado en el centro y Blino Hernández en el sur.
DOBLARON A DIPUTADOS YUNISTAS
Finalmente se recompuso la bancada del PAN en el Congreso local y los 13 diputados decidieron hacer un solo frente ante la intención de Morena de pulverizar a ese grupo.
Los ocho que se habían revelado a su dirigente estatal Joaquín Rosendo Guzmán porque designó como coordinador del grupo legislativo a Omar Miranda y formaron el GLPAN Veracruz, doblaron las manos.
María Josefina Gamboa, quien fungía como coordinadora de la llamada bancada a la que se había sumado el expetista y casi desaforado Erick Iván Aguilar, justificó que la decisión de disolver dicho grupo obedeció a acuerdos que lograron con el CDE panista.
Una versión que corre en los pasillos del palacio legislativo es que tanto la dirigencia nacional como la estatal de su partido les dieron como ultimátum que si los ocho identificados con el grupo Yunes no regresaban, no tendrían posibilidad de ser candidatos del partido albiazul el próximo año.
Con ellos llegó Erick y al mismo tiempo que hizo crecer la bancada azul volvió a cambiarse de chaqueta, aunque tal vez no por mucho tiempo, pues el proceso de desafuero en su contra sigue su curso.
Como se ve, atrás quedó la actitud belicosa de los yunistas cuando en diciembre pasado le dijeron a su dirigente nacional Marko Cortés que no reconocerían al nuevo coordinador legislativo Omar.
En ese encuentro celebrado en Veracruz también estuvieron Guzmán Avilés y el propio Miranda.
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