/ domingo 16 de septiembre de 2018

Dispersa la Cuarta Transformación; falta cohesión y dinero a los morenistas

Para entender lo que sucede en la lucha interna de los afiliados, los elegidos y simpatizantes del partido Movimiento de Regeneración Nacional, para conseguir un posicionamiento en el partido, convertirlo en “coto de poder” y lograr el acercamiento al presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador; vemos a los diputados federales y locales, senadores y gobernadores dispersos en el trabajo político que a cada quien le corresponde hacer, para aligerar la carga laboral del nuevo “tlatoani”, quien en forma anticipada está asumiendo funciones fuera del orden constitucional y sin la fuerza ejecutiva de un jefe político nacional, debido a que los perdedores que conservan sus puestos, saben sus días contados y los que ganaron puestos en la pasada elección están invadidos por el desencanto que causan las medidas de “austeridad” tan estrictas, dictadas por el jefe nato de la tan cacareada Cuarta Transformación.

La casa de transición se está convirtiendo en un “muro de los lamentos” debido a que la mayoría de quienes forman tumultos a las entradas y salidas de AMLO, tienen que luchar a brazo partido para ser escuchados y sus peticiones de “ayudas” son en su mayoría de apoyos económicos, para cuya solución, AMLO necesitaría una “varita mágica” o disponer de todo el presupuesto público federal, que no está a su alcance pues por lo que se sabe, el gobierno de EPN sólo le facilitó 150 millones de pesos para gastos de la entrega-recepción de la administración gubernamental.

Si quienes votaron por Morena, pensaron que los nuevos elegidos resolverían los graves problemas que aquejan a los mexicanos en general, se están llevando la más grande desilusión, y es que los más de 50 millones de pobres y los 15 millones más de quienes viven en extrema pobreza, no resolverán su situación por más que el líder del Senado, Martí Batres, ahorre en alimentos y lleve diariamente sus comidas en un “toper” de plástico para poner el ejemplo a los 120 senadores de la República, quienes tampoco quieren imitar al otro senador Ricardo Monreal, para trasladarse en bicicleta y contribuir así a la austeridad oficial.

El otro grave problema de inseguridad, corrupción e impunidad, tampoco puede resolverse tan inmediato como el pueblo lo demanda; y los asaltos, secuestros, muertes y desapariciones afectan en general a los 130 millones de mexicanos, por lo que el panorama político para AMLO no es nada alentador.


Para entender lo que sucede en la lucha interna de los afiliados, los elegidos y simpatizantes del partido Movimiento de Regeneración Nacional, para conseguir un posicionamiento en el partido, convertirlo en “coto de poder” y lograr el acercamiento al presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador; vemos a los diputados federales y locales, senadores y gobernadores dispersos en el trabajo político que a cada quien le corresponde hacer, para aligerar la carga laboral del nuevo “tlatoani”, quien en forma anticipada está asumiendo funciones fuera del orden constitucional y sin la fuerza ejecutiva de un jefe político nacional, debido a que los perdedores que conservan sus puestos, saben sus días contados y los que ganaron puestos en la pasada elección están invadidos por el desencanto que causan las medidas de “austeridad” tan estrictas, dictadas por el jefe nato de la tan cacareada Cuarta Transformación.

La casa de transición se está convirtiendo en un “muro de los lamentos” debido a que la mayoría de quienes forman tumultos a las entradas y salidas de AMLO, tienen que luchar a brazo partido para ser escuchados y sus peticiones de “ayudas” son en su mayoría de apoyos económicos, para cuya solución, AMLO necesitaría una “varita mágica” o disponer de todo el presupuesto público federal, que no está a su alcance pues por lo que se sabe, el gobierno de EPN sólo le facilitó 150 millones de pesos para gastos de la entrega-recepción de la administración gubernamental.

Si quienes votaron por Morena, pensaron que los nuevos elegidos resolverían los graves problemas que aquejan a los mexicanos en general, se están llevando la más grande desilusión, y es que los más de 50 millones de pobres y los 15 millones más de quienes viven en extrema pobreza, no resolverán su situación por más que el líder del Senado, Martí Batres, ahorre en alimentos y lleve diariamente sus comidas en un “toper” de plástico para poner el ejemplo a los 120 senadores de la República, quienes tampoco quieren imitar al otro senador Ricardo Monreal, para trasladarse en bicicleta y contribuir así a la austeridad oficial.

El otro grave problema de inseguridad, corrupción e impunidad, tampoco puede resolverse tan inmediato como el pueblo lo demanda; y los asaltos, secuestros, muertes y desapariciones afectan en general a los 130 millones de mexicanos, por lo que el panorama político para AMLO no es nada alentador.