/ sábado 10 de julio de 2021

Diversidad y desigualdad educativa

En la obra "Los grandes problemas de México", editado por el Colegio de México, uno de sus 16 volúmenes está dedicado al tema de la educación, que coordinaron Alberto Arnaut y Silvia Giorguli, y en él sobresale un texto sobre la diversidad y desigualdad educativa.

La "desigualdad, sin duda, afecta a los sectores más pobres y marginados, existe una gran diferencia entre las diferentes opciones que existen a nivel primaria, secundaria, preparatoria y la educación superior".

La educación es clave para el desarrollo del ser humano, es por eso que la propia Constitución Política versa sobre el derecho que tiene el ciudadano mexicano a recibir una educación, el cual en su artículo tercero establece que "toda persona tiene derecho a recibir educación" y "la educación que imparta el Estado tenderá a desarrollar armónicamente, todas las facultades del ser humano y fomentará en él, a la vez, el amor a la Patria, el respeto a los derechos humanos y la conciencia de la solidaridad internacional, en la independencia y en la justicia". Además "el Estado garantizará la calidad en la educación obligatoria de manera que los materiales y métodos educativos, la organización escolar, la infraestructura educativa y la idoneidad de los docentes y los directivos garanticen el máximo logro de aprendizaje de los educandos...". Arnaut y Giorguli expresan: Todos sabemos que “la misma educación para todos, difícilmente puede cumplirse en la realidad, aun cuando todos tuvieran acceso a una escuela regida por un currículum nacional uniforme, pues la realidad escolar (contexto, organización, vida cotidiana, instalaciones, recursos, docentes y alumnos) es tan heterogénea y desigual como la vida misma del país. Ésta es, quizá, una de las principales presiones al sistema: un currículum uniforme para un país desigual y diverso. Es un formato curricular que tiende a expulsar o a alejar de la escuela a los niños y jóvenes para los que no fue pensado –sobre todo, a los pobres, marginados, aislados y diferentes–". Estos sectores son los que más contribuyen a engrosar las filas del rezago educativo de los jóvenes y adultos analfabetas o con estudios incompletos de educación básica. A principios de la década de los setenta, el currículum nacional uniforme empezó a reconocer sus límites y comenzaron a surgir algunos pequeños “boquetes” curriculares en las zonas marginales del sistema educativo y de la sociedad. Las autoridades educativas se percataron de que, para poder llevar la educación formal a los grupos de más difícil escolarización, tenían que comenzar a abandonar la idea de adaptarlos a la escuela y comenzar a pensar en adaptar la escuela a sus condiciones y necesidades específicas. De esa manera, aun en el marco de una política expansiva y uniformizante, comenzaron a desarrollarse algunos programas innovadores y diversificados para diferentes grupos sociales: educación indígena, especial, comunitaria, telesecundaria, de adultos". Distintos investigadores han abordado el tema de la diversidad y desigualdad educativa. En 2001 se creó la Coordinación General de Educación Intercultural y Bilingüe para atender no sólo la educación básica sino también el resto de los niveles educativos, y no sólo en las escuelas indígenas sino también en las escuelas regulares del país. Fernando Salmerón Castro y Ricardo Porras Delgado analizan todos estos cambios y los principales problemas que ha afrontado la política de educación intercultural y bilingüe. En la década de los setenta también surgieron otras dos modalidades educativas diferenciadas, la educación comunitaria y la telesecundaria, para satisfacer la demanda educativa en las comunidades más pobres, marginadas, aisladas y dispersas del país atendidas por el Conafe. Claudia Cárdenas Cabello "hace una amplia reflexión sobre la equidad educativa y se pregunta si los programas compensatorios y las escuelas comunitarias y telesecundarias han contribuido o no a ofrecer una educación más equitativa".

Para que una reforma sea congruente es necesario "igualar las oportunidades de ingresar al sistema educativo que estén al alcance de los miembros de todos los estratos sociales, independientemente de sus características demográficas y de sus habilidades intelectuales. Lograr que quienes pertenecen a los diferentes estratos sociales, adquieran las mismas habilidades para el aprendizaje, mediante el acceso a insumos educativos de calidad inversamente proporcional, a las habilidades con que ingresen a cada curso, y así puedan obtener los mismos resultados al final del mismo", apunta Carlos Muñoz Izquierdo en Origen y consecuencias de las desigualdades educativas: investigaciones realizadas en América Latina sobre el problema.

Asumir un panorama de equidad en su amplio entendimiento, requiere de ofrecer oportunidades a los niños, jóvenes, padres de familia y docentes, que generen una formación académica integral sólida, y con esto se brinde un mejor horizonte para lograr una mejor calidad de vida. De manera que las opciones improvisadas, que resultan ser deficientes para sectores menos favorecidos, cierran las posibilidades de que transiten por un mejor camino.

En la obra "Los grandes problemas de México", editado por el Colegio de México, uno de sus 16 volúmenes está dedicado al tema de la educación, que coordinaron Alberto Arnaut y Silvia Giorguli, y en él sobresale un texto sobre la diversidad y desigualdad educativa.

La "desigualdad, sin duda, afecta a los sectores más pobres y marginados, existe una gran diferencia entre las diferentes opciones que existen a nivel primaria, secundaria, preparatoria y la educación superior".

La educación es clave para el desarrollo del ser humano, es por eso que la propia Constitución Política versa sobre el derecho que tiene el ciudadano mexicano a recibir una educación, el cual en su artículo tercero establece que "toda persona tiene derecho a recibir educación" y "la educación que imparta el Estado tenderá a desarrollar armónicamente, todas las facultades del ser humano y fomentará en él, a la vez, el amor a la Patria, el respeto a los derechos humanos y la conciencia de la solidaridad internacional, en la independencia y en la justicia". Además "el Estado garantizará la calidad en la educación obligatoria de manera que los materiales y métodos educativos, la organización escolar, la infraestructura educativa y la idoneidad de los docentes y los directivos garanticen el máximo logro de aprendizaje de los educandos...". Arnaut y Giorguli expresan: Todos sabemos que “la misma educación para todos, difícilmente puede cumplirse en la realidad, aun cuando todos tuvieran acceso a una escuela regida por un currículum nacional uniforme, pues la realidad escolar (contexto, organización, vida cotidiana, instalaciones, recursos, docentes y alumnos) es tan heterogénea y desigual como la vida misma del país. Ésta es, quizá, una de las principales presiones al sistema: un currículum uniforme para un país desigual y diverso. Es un formato curricular que tiende a expulsar o a alejar de la escuela a los niños y jóvenes para los que no fue pensado –sobre todo, a los pobres, marginados, aislados y diferentes–". Estos sectores son los que más contribuyen a engrosar las filas del rezago educativo de los jóvenes y adultos analfabetas o con estudios incompletos de educación básica. A principios de la década de los setenta, el currículum nacional uniforme empezó a reconocer sus límites y comenzaron a surgir algunos pequeños “boquetes” curriculares en las zonas marginales del sistema educativo y de la sociedad. Las autoridades educativas se percataron de que, para poder llevar la educación formal a los grupos de más difícil escolarización, tenían que comenzar a abandonar la idea de adaptarlos a la escuela y comenzar a pensar en adaptar la escuela a sus condiciones y necesidades específicas. De esa manera, aun en el marco de una política expansiva y uniformizante, comenzaron a desarrollarse algunos programas innovadores y diversificados para diferentes grupos sociales: educación indígena, especial, comunitaria, telesecundaria, de adultos". Distintos investigadores han abordado el tema de la diversidad y desigualdad educativa. En 2001 se creó la Coordinación General de Educación Intercultural y Bilingüe para atender no sólo la educación básica sino también el resto de los niveles educativos, y no sólo en las escuelas indígenas sino también en las escuelas regulares del país. Fernando Salmerón Castro y Ricardo Porras Delgado analizan todos estos cambios y los principales problemas que ha afrontado la política de educación intercultural y bilingüe. En la década de los setenta también surgieron otras dos modalidades educativas diferenciadas, la educación comunitaria y la telesecundaria, para satisfacer la demanda educativa en las comunidades más pobres, marginadas, aisladas y dispersas del país atendidas por el Conafe. Claudia Cárdenas Cabello "hace una amplia reflexión sobre la equidad educativa y se pregunta si los programas compensatorios y las escuelas comunitarias y telesecundarias han contribuido o no a ofrecer una educación más equitativa".

Para que una reforma sea congruente es necesario "igualar las oportunidades de ingresar al sistema educativo que estén al alcance de los miembros de todos los estratos sociales, independientemente de sus características demográficas y de sus habilidades intelectuales. Lograr que quienes pertenecen a los diferentes estratos sociales, adquieran las mismas habilidades para el aprendizaje, mediante el acceso a insumos educativos de calidad inversamente proporcional, a las habilidades con que ingresen a cada curso, y así puedan obtener los mismos resultados al final del mismo", apunta Carlos Muñoz Izquierdo en Origen y consecuencias de las desigualdades educativas: investigaciones realizadas en América Latina sobre el problema.

Asumir un panorama de equidad en su amplio entendimiento, requiere de ofrecer oportunidades a los niños, jóvenes, padres de familia y docentes, que generen una formación académica integral sólida, y con esto se brinde un mejor horizonte para lograr una mejor calidad de vida. De manera que las opciones improvisadas, que resultan ser deficientes para sectores menos favorecidos, cierran las posibilidades de que transiten por un mejor camino.