/ lunes 26 de octubre de 2020

Doña Chofi, amnésica

De todos los abogados veracruzanos que han tenido el privilegio de presidir el Tribunal Superior de Justicia (TSJ), ninguno había tenido la suerte de Sofía Martínez Huerta, quien hace un año, en escasos 45 días, fue nombrada magistrada por el Congreso local y luego elegida fast track por el Pleno como presidenta del Poder Judicial del Estado.

Ni Edel Álvarez Peña, su antecesor, quien tampoco tenía trayectoria judicial cuando en 2010 el gobernador Fidel Herrera Beltrán lo propuso como magistrado, tuvo su buena fortuna, ya que el exalcalde de Coatzacoalcos pasó seis años en diferentes Salas del TSJ antes de que en noviembre de 2016 lo promoviera el aun gobernador electo Miguel Ángel Yunes Linares para presidir el PJE.

Por eso, como se recordará, el 2 de diciembre de 2019, luego de rendir protesta como presidenta del TSJE, durante el saludo a los integrantes del Pleno, la magistrada Yolanda Cecilia Castañeda, aspirante también a la presidencia del Poder Judicial, le echó en cara a Martínez Huerta: “Veracruz siempre estará dominada por el dedazo. Aquí no importan los méritos”.

Posteriormente, ante los medios de comunicación, Castañeda Palmeros, quien cuenta con una trayectoria de más de 48 años en el Poder Judicial –inició como escribiente del Juzgado Primero de Primera Instancia de Xalapa, en enero de 1972–, dijo en esa ocasión que a doña Sofía “la nombraron hace unas semanas por dedazo en el Congreso y por dedazo llega a la presidencia del Tribunal. Yo no le reconozco más mérito que haber encontrado un asesor que la ha llevado a este éxito”, en presunta alusión al magistrado jubilado Dionisio Gutiérrez, con quien la flamante titular del PJE había trabajado como secretaria.

Además de Yolanda Cecilia, otros dos magistrados, Concepción Flores Saviaga y Raúl Pimentel, aspiraban también a la presidencia del Poder Judicial, pero Flores Saviaga denunció que a pesar de que hicieron una petición al Pleno para ser considerados como candidatos a la titularidad del TSJ y del Consejo de la Judicatura, se les negó la recepción de sus documentos que presentaron antes de las 10 horas de ese lunes 2 de diciembre, por lo que anunció que impugnaría ante los tribunales federales la elección de Martínez Huerta.

Sin embargo, ahora que fue destituida el pasado viernes con las similares reglas no escritas y maniobras legaloides por los mismos actores y factores políticos que hace un año la hicieron magistrada y le dieron la representatividad del Poder Judicial, doña Sofía se niega a admitir su desahucio y, por ende, reconocer que la sacan porque les falló.

Sin embargo, ella –cuya prole ha abusado metiendo amigos, novias y amantes a la nómina del Poder Judicial con sueldos de hasta 30 mil pesos mensuales– acusa a funcionarios de los poderes Ejecutivo y Legislativo de la “ilegal” embestida, señalándolos de pretender encubrir presuntos desvíos financieros del pasado, contra los que ella tampoco ha procedido penalmente a lo largo de todo este año.

De todos los abogados veracruzanos que han tenido el privilegio de presidir el Tribunal Superior de Justicia (TSJ), ninguno había tenido la suerte de Sofía Martínez Huerta, quien hace un año, en escasos 45 días, fue nombrada magistrada por el Congreso local y luego elegida fast track por el Pleno como presidenta del Poder Judicial del Estado.

Ni Edel Álvarez Peña, su antecesor, quien tampoco tenía trayectoria judicial cuando en 2010 el gobernador Fidel Herrera Beltrán lo propuso como magistrado, tuvo su buena fortuna, ya que el exalcalde de Coatzacoalcos pasó seis años en diferentes Salas del TSJ antes de que en noviembre de 2016 lo promoviera el aun gobernador electo Miguel Ángel Yunes Linares para presidir el PJE.

Por eso, como se recordará, el 2 de diciembre de 2019, luego de rendir protesta como presidenta del TSJE, durante el saludo a los integrantes del Pleno, la magistrada Yolanda Cecilia Castañeda, aspirante también a la presidencia del Poder Judicial, le echó en cara a Martínez Huerta: “Veracruz siempre estará dominada por el dedazo. Aquí no importan los méritos”.

Posteriormente, ante los medios de comunicación, Castañeda Palmeros, quien cuenta con una trayectoria de más de 48 años en el Poder Judicial –inició como escribiente del Juzgado Primero de Primera Instancia de Xalapa, en enero de 1972–, dijo en esa ocasión que a doña Sofía “la nombraron hace unas semanas por dedazo en el Congreso y por dedazo llega a la presidencia del Tribunal. Yo no le reconozco más mérito que haber encontrado un asesor que la ha llevado a este éxito”, en presunta alusión al magistrado jubilado Dionisio Gutiérrez, con quien la flamante titular del PJE había trabajado como secretaria.

Además de Yolanda Cecilia, otros dos magistrados, Concepción Flores Saviaga y Raúl Pimentel, aspiraban también a la presidencia del Poder Judicial, pero Flores Saviaga denunció que a pesar de que hicieron una petición al Pleno para ser considerados como candidatos a la titularidad del TSJ y del Consejo de la Judicatura, se les negó la recepción de sus documentos que presentaron antes de las 10 horas de ese lunes 2 de diciembre, por lo que anunció que impugnaría ante los tribunales federales la elección de Martínez Huerta.

Sin embargo, ahora que fue destituida el pasado viernes con las similares reglas no escritas y maniobras legaloides por los mismos actores y factores políticos que hace un año la hicieron magistrada y le dieron la representatividad del Poder Judicial, doña Sofía se niega a admitir su desahucio y, por ende, reconocer que la sacan porque les falló.

Sin embargo, ella –cuya prole ha abusado metiendo amigos, novias y amantes a la nómina del Poder Judicial con sueldos de hasta 30 mil pesos mensuales– acusa a funcionarios de los poderes Ejecutivo y Legislativo de la “ilegal” embestida, señalándolos de pretender encubrir presuntos desvíos financieros del pasado, contra los que ella tampoco ha procedido penalmente a lo largo de todo este año.

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