/ lunes 17 de mayo de 2021

Dónde quedó el credo maderista

Últimamente el presidente Andrés Manuel López Obrador habla con frecuencia de su “reelección” o menciona dicha palabra, y aunque él dice ser un “partidario maderista”, podríamos ser mal pensados y a como reza el conocido refrán, “entre broma y broma, la verdad se asoma”.

Aunque no hay pruebas, el presidente contó que en sus últimas giras le han pedido reelegirse, un día anterior López Obrador reiteró que no buscará la reelección al terminar su mandato en 2024, al decir que le faltaban seis años a su gobierno de tres años, pero como él trabaja el doble –que los anteriores presidentes– es como si fueran seis.

Ojalá nunca llegue el día que tenga que decir que tuvo un sueño revelador y que un pajarito le pidió reelegirse, y de paso que deje sus intentos de perpetuar figuras en el poder, como lo hizo con la llamada “Ley Bonilla”, que se le vino abajo y ahora con la actual “Ley Zaldívar”, esta última le abre la puerta para que el mandatario federal busque la reelección.

Esa reelección que pretende buscar y deshacerse del “sufragio efectivo no reelección”, que efectuó Francisco I. Madero para poner fin al gobierno de Porfirio Díaz y establecer elecciones libres y democráticas, pretende disfrazarla de una ampliación de mandato, bajo el pretexto que “lo pide la gente”.

En estos últimos días se ha visto la desesperación de Andrés Manuel López Obrador, que repite la palabra “reelección”, como queriendo llegar al subconsciente de los mexicanos y de manera sutil quiere dejar su mensaje intencionado.

Un día lo dice de broma y otro como anécdota, pero el tema está como prioridad en la mente del presidente, “AMLO” quiere olvidar su credo maderista ante el inminente riesgo que su partido pierda la mayoría en la Cámara de Diputados, el próximo 6 de junio.

Van más de 800 días de este gobierno y en la campaña del ahora presidente prometió medicamentos gratuitos y un sistema de salud de primera; respetar el Estado de Derecho y que habría más nuevos empleos, entre otras promesas más, pero nada de eso se ha visto.

La emergencia sanitaria del Covid-19 solo le cayó como “anillo al dedo” al presidente, a su familia y a quienes integran su gabinete, pero la mayoría de los mexicanos se enfrentan cada día a la falta de empleos e incluso mantener los actuales, eso sí, sin apoyos de parte del gobierno, tanto a las pequeñas, medianas y pequeñas empresas.

La inflación cada día limita a los hogares mexicanos, la canasta básica ya no es ni básica, el gas doméstico, el huevo, la tortilla de maíz y hasta la gasolina cada día se incrementan más, la fallida estrategia económica de este gobierno y su “austeridad republicana” solo ha servido para duplicar la pobreza.

Si en estos casi tres años este gobierno de la llamada “transformación” ha causado tanto daño al país, qué nos esperaría en un total de 12 años. Pero el poder está en nuestras manos, en las manos de los mexicanos que salgan a votar el próximo 6 de junio. Votando en este 2021, no habrá 2024 para Morena.

Senador por Veracruz del PAN

Últimamente el presidente Andrés Manuel López Obrador habla con frecuencia de su “reelección” o menciona dicha palabra, y aunque él dice ser un “partidario maderista”, podríamos ser mal pensados y a como reza el conocido refrán, “entre broma y broma, la verdad se asoma”.

Aunque no hay pruebas, el presidente contó que en sus últimas giras le han pedido reelegirse, un día anterior López Obrador reiteró que no buscará la reelección al terminar su mandato en 2024, al decir que le faltaban seis años a su gobierno de tres años, pero como él trabaja el doble –que los anteriores presidentes– es como si fueran seis.

Ojalá nunca llegue el día que tenga que decir que tuvo un sueño revelador y que un pajarito le pidió reelegirse, y de paso que deje sus intentos de perpetuar figuras en el poder, como lo hizo con la llamada “Ley Bonilla”, que se le vino abajo y ahora con la actual “Ley Zaldívar”, esta última le abre la puerta para que el mandatario federal busque la reelección.

Esa reelección que pretende buscar y deshacerse del “sufragio efectivo no reelección”, que efectuó Francisco I. Madero para poner fin al gobierno de Porfirio Díaz y establecer elecciones libres y democráticas, pretende disfrazarla de una ampliación de mandato, bajo el pretexto que “lo pide la gente”.

En estos últimos días se ha visto la desesperación de Andrés Manuel López Obrador, que repite la palabra “reelección”, como queriendo llegar al subconsciente de los mexicanos y de manera sutil quiere dejar su mensaje intencionado.

Un día lo dice de broma y otro como anécdota, pero el tema está como prioridad en la mente del presidente, “AMLO” quiere olvidar su credo maderista ante el inminente riesgo que su partido pierda la mayoría en la Cámara de Diputados, el próximo 6 de junio.

Van más de 800 días de este gobierno y en la campaña del ahora presidente prometió medicamentos gratuitos y un sistema de salud de primera; respetar el Estado de Derecho y que habría más nuevos empleos, entre otras promesas más, pero nada de eso se ha visto.

La emergencia sanitaria del Covid-19 solo le cayó como “anillo al dedo” al presidente, a su familia y a quienes integran su gabinete, pero la mayoría de los mexicanos se enfrentan cada día a la falta de empleos e incluso mantener los actuales, eso sí, sin apoyos de parte del gobierno, tanto a las pequeñas, medianas y pequeñas empresas.

La inflación cada día limita a los hogares mexicanos, la canasta básica ya no es ni básica, el gas doméstico, el huevo, la tortilla de maíz y hasta la gasolina cada día se incrementan más, la fallida estrategia económica de este gobierno y su “austeridad republicana” solo ha servido para duplicar la pobreza.

Si en estos casi tres años este gobierno de la llamada “transformación” ha causado tanto daño al país, qué nos esperaría en un total de 12 años. Pero el poder está en nuestras manos, en las manos de los mexicanos que salgan a votar el próximo 6 de junio. Votando en este 2021, no habrá 2024 para Morena.

Senador por Veracruz del PAN