/ miércoles 30 de octubre de 2019

Dos meses sin fiscal culpable

El próximo domingo se cumplirán dos meses de que Jorge Winckler fue removido de la Fiscalía General del Estado.

A partir del martes 3 de septiembre pasado, los responsables de garantizar la seguridad, ya no tienen al fiscal culpable de los hechos violentos.

Dejó de escucharse la frase “la culpa es del fiscal”, que era pronunciada cada vez que ocurría un feminicidio, un secuestro, una ejecución o desaparecía alguna joven.

La separación de Winckler Ortiz, de acuerdo con lo expuesto por la Diputación Permanente del Congreso local, fue temporal.

En esa condición de temporal rindió protesta entre empujones y protestas y gritos de los diputados panistas Verónica Hernández Giadans.

Pues resulta que en estos dos meses, además de que ya no hay a quién echarle la culpa, los delitos no han disminuido como tampoco ha mejorado la percepción de seguridad en el estado.

Mientras que a nivel federal ha cambiado el discurso del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien ha dejado de echarle la culpa a los que gobernaron en el pasado, aquí en Veracruz ocurre lo contrario.

Sucede que como ya no hay fiscal culpable, de todas maneras él sigue teniendo la culpa porque dejó todo hecho un cochinero.

El caso es que la Secretaría de Seguridad Pública, responsable de garantizar la seguridad de los veracruzanos, no ha podido con el paquete. Como muestra están los asaltos, los secuestros, las desapariciones, los feminicidios y otros delitos.

El domingo serán dos meses de la separación de Winckler de la Fiscalía y después, el viernes 15 de noviembre el gobernador Cuitláhuac García entregará su primer informe de labores a la Legislatura.

Más tarde, el domingo primero de diciembre el mismo Cuitláhuac cumplirá su primer año al frente de la gubernatura y no se ve ni se siente la mejoría en materias de seguridad, empleo y salud, las más neurálgicas en Veracruz.

La protesta ayer, por ejemplo, de los transportistas se dio en parte por la inseguridad en la que desempeñan su labor los choferes, quienes de manera constante sufren asaltos, robos, secuestros y otras agresiones.

Es cierto, los bloqueos y las manifestaciones también se dieron por lo caro de las casetas de peaje y por el tema de los dobles remolques de los tráileres, pero en las demandas estuvo incluida la falta de seguridad.

Morena, mientras tanto, protagoniza una batalla campal interna por el control del partido y de las instancias que habrán de definir las próximas candidaturas.

No son casuales las acusaciones de diputados federales y locales contra la intervención en asuntos partidistas del secretario de Gobierno, Eric Patrocinio Cisneros, y de otros funcionarios que laboran en sus oficinas.

Los señalamientos, las fotografías y los videos son públicos, pese a que funcionarios del gobierno estatal nieguen tal intervención.

Y en tanto Patrocinio y otros funcionarios se distraen con asuntos políticos y de su partido, los veracruzanos siguen padeciendo la inseguridad y la violencia que generan bandas delincuenciales.

Asimismo, los niños enfermos de cáncer sufren también por la falta de medicamentos y de tratamientos y los hoteleros y restauranteros se siguen quejando por la baja afluencia de clientes y turistas.

También es recurrente la queja de los maestros por amenazas, asaltos, secuestros y otras agresiones de que son víctimas.

Pero el optimismo de la cuarta transformación no disminuye y el gobierno morenista mantiene su discurso igual de optimista, a pesar de que choca con la realidad.

Opine, comente e informe. También puede leernos en la web site www.diariodexalapa.com.mx.

El próximo domingo se cumplirán dos meses de que Jorge Winckler fue removido de la Fiscalía General del Estado.

A partir del martes 3 de septiembre pasado, los responsables de garantizar la seguridad, ya no tienen al fiscal culpable de los hechos violentos.

Dejó de escucharse la frase “la culpa es del fiscal”, que era pronunciada cada vez que ocurría un feminicidio, un secuestro, una ejecución o desaparecía alguna joven.

La separación de Winckler Ortiz, de acuerdo con lo expuesto por la Diputación Permanente del Congreso local, fue temporal.

En esa condición de temporal rindió protesta entre empujones y protestas y gritos de los diputados panistas Verónica Hernández Giadans.

Pues resulta que en estos dos meses, además de que ya no hay a quién echarle la culpa, los delitos no han disminuido como tampoco ha mejorado la percepción de seguridad en el estado.

Mientras que a nivel federal ha cambiado el discurso del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien ha dejado de echarle la culpa a los que gobernaron en el pasado, aquí en Veracruz ocurre lo contrario.

Sucede que como ya no hay fiscal culpable, de todas maneras él sigue teniendo la culpa porque dejó todo hecho un cochinero.

El caso es que la Secretaría de Seguridad Pública, responsable de garantizar la seguridad de los veracruzanos, no ha podido con el paquete. Como muestra están los asaltos, los secuestros, las desapariciones, los feminicidios y otros delitos.

El domingo serán dos meses de la separación de Winckler de la Fiscalía y después, el viernes 15 de noviembre el gobernador Cuitláhuac García entregará su primer informe de labores a la Legislatura.

Más tarde, el domingo primero de diciembre el mismo Cuitláhuac cumplirá su primer año al frente de la gubernatura y no se ve ni se siente la mejoría en materias de seguridad, empleo y salud, las más neurálgicas en Veracruz.

La protesta ayer, por ejemplo, de los transportistas se dio en parte por la inseguridad en la que desempeñan su labor los choferes, quienes de manera constante sufren asaltos, robos, secuestros y otras agresiones.

Es cierto, los bloqueos y las manifestaciones también se dieron por lo caro de las casetas de peaje y por el tema de los dobles remolques de los tráileres, pero en las demandas estuvo incluida la falta de seguridad.

Morena, mientras tanto, protagoniza una batalla campal interna por el control del partido y de las instancias que habrán de definir las próximas candidaturas.

No son casuales las acusaciones de diputados federales y locales contra la intervención en asuntos partidistas del secretario de Gobierno, Eric Patrocinio Cisneros, y de otros funcionarios que laboran en sus oficinas.

Los señalamientos, las fotografías y los videos son públicos, pese a que funcionarios del gobierno estatal nieguen tal intervención.

Y en tanto Patrocinio y otros funcionarios se distraen con asuntos políticos y de su partido, los veracruzanos siguen padeciendo la inseguridad y la violencia que generan bandas delincuenciales.

Asimismo, los niños enfermos de cáncer sufren también por la falta de medicamentos y de tratamientos y los hoteleros y restauranteros se siguen quejando por la baja afluencia de clientes y turistas.

También es recurrente la queja de los maestros por amenazas, asaltos, secuestros y otras agresiones de que son víctimas.

Pero el optimismo de la cuarta transformación no disminuye y el gobierno morenista mantiene su discurso igual de optimista, a pesar de que choca con la realidad.

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